Los matrimonios católicos dan cumplimiento a uno de los siete sacramentos, es por ello una de las ceremonias más importantes para quien se precie ser parte de dicha feligresía. Más que un contrato como el que se puede considerar a través de un acto civil, los matrimonios religiosos son un pacto de espiritualidad, amor y unión voluntaria de por vida entre dos personas enamoradas y con el compromiso de educar a sus hijos en la fe cristiana. A continuación qué es el sacramento del matrimonio católico; cómo se celebra el sacramento del matrimonio, objetivo del matrimonio religioso y el significado de casarse por la iglesia para las personas en el mundo.
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El concepto de matrimonio cristiano señala que se trata de la unión de un hombre y una mujer bautizados por una religión, que pactan libremente en edad adulta una alianza ante Dios y sus semejantes, con la intención de dar y recibir amor, así como procrear y educación a sus hijos.
La Iglesia católica en concreto promueve que el matrimonio entre dos personas bautizadas es uno de los siete sacramentos, visto desde el Antiguo Testamento como símbolo de la relación y el compromiso entre Dios y su pueblo. En las formas en que las parejas casadas se cuidan y se entusiasman el uno por otro en la vida diaria, junto a sus hijos y la comunidad, se manifiesta un signo vivo (sacramento) del amor predicado por Jesús.
Para los católicos, el matrimonio en la Iglesia es más una relación espiritual que contractual cuyos principales objetivos son: unirse con alguien a quien aman por el resto de sus vidas; ser fiel y cumplir el sacramento con la bendición de Dios y tener hijos que también puedan ser parte de la fe cristiana.
Dicha promesa eterna o acuerdo de lo qué es el matrimonio católico, es realizada por la pareja cristiana en presencia de familiares y amigos que actúen como testigos; en una ceremonia religiosa en la que se intercambian simbólicamente votos (palabras formales) y anillos de boda; y la novia usa un vestido blanco en reflejo de su pureza y respeto por Dios. La mayoría optar por casarse en una iglesia, luego del matrimonio civil.
Una ceremonia civil es el registro de la unión de un hombre y una mujer de acuerdo a las legislaciones y normas jurídicas de una localidad, región o país.
Con fines legales puede llevarse a efecto en una oficina de registro o en locales autorizados. También debe ser conducida por el superintendente de registro y/o el registrador del distrito en el que se lleva a cabo la ceremonia, frente a la presencia de al menos dos testigos. Las partes interesadas deben declarar que no existe impedimento para la unión y firmar los documentos que dan conformidad al acuerdo.
Aunque esta es la forma de legalizar un matrimonio en casi cualquier lugar en el mundo, algunos cristianos consideran que solo una ceremonia en la iglesia es vinculante a los ojos de Dios, de la cual se encarga un miembro del clero y de acuerdo con las reglas del catolicismo, de acuerdo a la definición de matrimonio cristiano.
En caso de otras religiones, por ejemplo para las bodas judías no es necesario que la ceremonia de matrimonio tenga lugar en un edificio registrado, ni que sea en público; ya que el oficial que realiza el acto registrará el matrimonio. Mientras los matrimonios musulmanes, hindúes y sijs, deben cumplir requisitos civiles adicionales para que sean reconocidos en la ley de contenido civil.
Así como cada jurisdicción exige ciertos requisitos para el matrimonio civil, la Iglesia Católica también tiene requisitos que solicita a su feligresía para considerar la validez de un casamiento ante los ojos de Dios. Un matrimonio católico válido resulta de estos tres elementos generales, pero que abarcan una lista de normas y costumbres religiosas a cumplir:
La pareja debe ser capaz de contraer matrimonio estando libre de cualquier impedimento, para lo cual la Iglesia restringe el acto a quienes incumplan ciertos requisitos y depende de la evaluación previa por parte de un sacerdote o representante:
Libre de impedimentos la pareja debe intercambiar libremente su consentimiento; en un acto de su voluntad para establecer el matrimonio. Para contraer un matrimonio válido, ambos deben elegirse y aceptarse de manera irrevocable de acuerdo a la ley de la iglesia. Las palabras y acciones durante la ceremonia o boda de Iglesia demostraran ante los otros la intención de hacerlo, a través de los votos matrimoniales y el consentimiento a las preguntas que el sacerdote asistente o diácono realiza, entre ellas:
Si durante el proceso de preparación el sacerdote observa dudas o confusiones por parte de la pareja para dar su consentimiento sin reservas, está en la obligación de prorrogar la fecha de boda y dedicar más tiempo a la orientación de sus intenciones, para resolver las dificultades.
Las parejas deben seguir la forma canónica para el matrimonio, o lo mismo, deben estar casados de acuerdo con las leyes de la iglesia para que la comunidad esté segura de la validez de su matrimonio, para este fin tiene ciertas reglas establecidas en un Código de Derecho Canónico, destinado a garantizar la validez del acto de unión.
Básicamente, un matrimonio válido debe ser presenciado por un representante autorizado o ministro de la Iglesia, sacerdote o diácono, además de otros dos testigos que pueden ser civiles. De igual forma debe seguir un Orden de celebración, detallado en el libro que contiene las palabras y acciones que componen la liturgia nupcial.
Estas son las reglas más genéricas pero existen otras adicionales que se ocupan de circunstancias especiales y los detalles administrativos, así como las políticas sobre preparación del matrimonio y la ceremonia de la boda.
La planificación de una boda católica debe iniciarse al menos seis meses antes de la fecha tentativa e incluye el registro ante la oficina parroquial para iniciar un proceso de evaluación o preparación que permitirá a las parejas comprometidas, discutir los planes y expectativas del matrimonio junto a un sacerdote que además dará instrucciones sobre varios aspectos del matrimonio y la vida familiar. Este protocolo debe llevarse a cabo con suficiente antelación y abarca los siguientes pasos sobre cómo se realiza el matrimonio religioso:
Puede concederse permisos para utilizar otro lugar, pero la iglesia católica requiere que las bodas se celebren en la iglesia parroquial de la novia o el novio, es decir aquella ubicada geográficamente en el lugar de residencia. El motivo es que el sacramento del matrimonio es una celebración de toda la comunidad de fe y existe preferencia porque las parejas sean miembros de la comunidad parroquial en la que se casan y sus conocidos junto a la familia sean testigo de la unión.
Ante de cualquier otra planificación asegure el contacto con la oficina parroquial, que como mencionamos requieren un aviso anticipado de al menos seis meses antes de la boda. Una vez seleccionada la parroquia y antes de establecer comunicación, sugerimos consultar los sitios web disponible a fin de recolectar información básica sobre las políticas o pautas específicas que emite la parroquia sobre este sacramento.
Lo mejor es acercarse personalmente e informar al párroco sobre su compromiso y la intención de formalizarlo ante Dios y la iglesia, este registrará formalmente la fecha tentativa de la celebración y programará conjuntamente las entrevistas y las actividades de capacitación matrimonial y familiar, también emitirá la lista de requisitos y papeleo que deberá consignar.
Una vez comunicada la intención de un casamiento eclesiástico y antes de la fijación de la fecha definitiva de boda, el sacerdote o diácono que dirigirá el acto realizará una entrevista cara a cara con la pareja de novios. En este encuentro el representante del clero revisará si existen impedimentos para el matrimonio que deban o puedan resolverse, así como cualquier circunstancia especial por enfermedad, dificultades financieras, embarazo, etc. Y se fijarán los encuentros para completar el programa de preparación.
Algunas parroquias cobran una tarifa por la inversión de tiempo y dinero que exigen un matrimonio; otras solo aceptan una contribución voluntaria; pero lo correcto es ofrecer un regalo monetario.
Si tiene dudas sobre el monto, puede consultar los sitios web de parroquias cercanas o simplemente, decidir diezmar un porcentaje de lo que espera gastar en toda la boda. En caso de no puede pagar la tarifa, es probable que la parroquia haga una exención o reducción sin mayores inconvenientes ya que el sacramento del matrimonio es un derecho de los feligreses, independientemente de su capacidad financiera.
Durante estos meses de preparación debe procurar entregar a la parroquia algunos documentos que solicita, principalmente una copia oficial reciente de su certificado de bautismo, incluso si usted o su prometido recibieron el bautismo cristiano fuera de la iglesia católica. Dicho certificado indicará que no ha estado casado anteriormente y por tanto es elegible para casarse. Otros de los papeles que debe reunir son:
Los matrimonios religiosos y en este caso, los matrimonios católicos que une a dos personas como socios ante los ojos de Dios y la iglesia; le otorgan categoría espiritual a las uniones reconocidas y certificadas por las leyes de cada sociedad. Es el sello moral que entinta el contrato de amor entre un hombre y una mujer y que pone de testigo a toda la comunidad creyente, es parte de una identidad cultural y del arraigo a los valores.