El término “asesino en serie” fue acuñado en 1981, a pesar de que la crueldad y el desequilibrio mental han estado presentes en todas las sociedades desde el origen de la humanidad. Hasta ese momento la denominación más popular para este tipo de crímenes era “asesino de desconocidos”, “asesinato en patrón” o, simplemente, “multicidio”.
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Lectores de todo el mundo tiene una especial avidez por las novelas en las que aparecen los asesinos en serie. Todos ellos cumplen con un patrón psicológico característico, la mayoría suelen ser varones de edad media, con elevada capacidad para distanciarse emocionalmente de la víctima, con alto grado de manipulación y seducción, lo cual les permite acercarse a sus víctimas con cierta facilidad y sin excesiva resistencia y, además, suelen proceder de familias o entornos desestructurados.
En nuestro particular recorrido por la literatura recabaremos en algunos de los asesinos en serie más famosos de la literatura, algunos de los cuales han sido llevados con éxito a la gran pantalla.
Del reino de los olores a la Rusia estalinista
Uno de los asesinos en serie más conocidos de la literatura es, sin duda, Jean-Baptiste Grenouille, un creador de perfumes de la Francia del siglo dieciocho que en su afán por conseguir la fragancia perfecta no dudará un instante en matar a mujeres. Jean-Baptiste es el protagonista de “El perfume” de Patrick Süskind. Como dice el autor, el olfato es el único de los cinco sentidos que nunca descansa.
Diez perfectos desconocidos son invitados por un misterioso señor Owen a disfrutar de su lujosa mansión en una isla solitaria. Después de la primera cena todos ellos son acusados de haber cometido un crimen en el pasado. Cada día, de forma asombrosa y rápida, uno de los invitados aparecerá asesinado… Así de desconcertante es la popular novela “Diez negritos” de la escritora inglesa Agatha Christie.
A Clarice Starling, la joven y ambiciosa estudiante de la Academia del FBI, le encomiendan la labor de entrevistarse con Hannibal Lecter, un brillante psiquiatra confinado por crímenes de canibalismo. El motivo del encuentro no es otro que intentar obtener un perfil psicológico de un asesino en serie apodado Buffalo Bill que ha acabado con la vida de varias jóvenes adolescentes. Es muy difícil no conocer la trama de “El silencio de los corderos” de Thomas Harris debido a su enorme éxito cinematográfico.
Lincoln Rhyme es un criminalista forense tetrapléjico, exjefe de la División de Investigación de la policía de Nueva York, que se va a enfrentar a un asesino en serie conocido como el coleccionista de huesos. Esta es la trama de la novela homónima del escritor estadounidense de novelas policiales Jeffery Deaver.
La novela “El niño 44” de Tom Rob Smith está ambientada en la Rusia estalinista. Allí Leo Stepánovich investiga una serie de asesinatos en serie de niños. Una línea de ferrocarril será el nexo de unión entre todos ellos.
Made in Spain
En nuestro país una de las mejores novelas de asesinos en serie es la que protagoniza el inspector Unai López de Ayala –alias Kraken– y su jefa, la subcomisaria Alba de la División de Investigación Criminal de Vitoria. Con estas mimbres “El silencio de la ciudad blanca”, de la escritora Eva García Sáenz de Urturi, ha atrapado entre sus páginas a miles de lectores de todo el mundo.
Un asesino en serie, un tablero de ajedrez, la heredera de una importante casa comercial y la invasión de las tropas napoleónicas son las piezas del puzle de “El asedio”, de Arturo Pérez Reverte. En la tacita de plata un montaraz jefe de policía –Rogelio Tizón– será el encargado de descifrar el extraño patrón de los asesinatos en serie y capturar al criminal.
Antonio Mercero en “El caso de las japonesas muertas” nos propone una apuesta muy arriesgada. Sofía Luna –en las primeras páginas Carlos Luna– será la encargada de descubrir al asesino que escoge a sus víctimas, todas ellas japonesas, en el centro turístico de la capital española. No lo hará sola, contará con la valiosa ayuda de una traductora de japonés, que buscará algo más que simplemente colaborar…