Si algo puede ser afirmado sobre los atardeceres, es que nunca se verán dos que sean exactamente iguales. Muchos factores influyen, como la luz, el viento, la densidad de las nubes e incluso la época del año.
A pesar de eso, existen sitios famosos por sus ocasos que nunca defraudan. En ellos, el cielo cada noche da un espectáculo soberbio cuando el sol se está ocultando.
Este sitio fue declarado Patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Allí se sitúa Anjani Hills, lugar de nacimiento de Lord Hanuman, el dios mono de la mitología hindú.
Para llegar hasta su cima hay que subir 570 escalones, pero el esfuerzo es recompensado con uno de los mejores atardeceres del mundo. Además, no suele contar con gran cantidad de turistas, por lo que el ambiente está lleno de calma.
Comúnmente llamada ‘La tierra de los cielos vivientes’, debido a que el cielo parece cobrar vida cada vez que el sol sale o se oculta. Los ocasos en esta localidad canadiense varían mucho, pero siempre están llenos de movimiento y de luz.
El ocaso se mezcla con un escenario natural que queda marcado en la memoria de quienes lo ven. En Cap Ferret no se encuentra ningún tipo de construcciones en kilómetros a la redonda. Como resultado, el atardecer solo es acompañado por la visión de dunas, de bosque y del Atlántico.
Esta región de Texas también ofrece un escenario natural irrepetible que acompaña al ocaso. Las montañas que allí se sitúan fueron formadas por actividad volcánica hace 25 ó 30 millones de años. Hoy en día, las formaciones rocosas hacen que este parque natural sea uno de los mejores lugares del mundo para ver atardecer.
Lo más atractivo de su atardecer es la combinación de colores que pueden observarse en él. Otorgan un aire surrealista al ambiente, y el cielo parece ser un océano. Las tonalidades predominantes son el azul, el amarillo y el rosado.
Son muchos los que piensan que Colorado tiene los mejores atardeceres, y no es para menos. Sin importar desde dónde se mire, se puede observar el cielo teñido de tonalidades naranjas, amarillas y rosadas brillantes.
La vista es aún mejor en Colorado Springs, donde se añade la silueta de las formaciones rocosas en el horizonte.
La cascada, con una caída de 108 metros, es un espectáculo natural por sí misma. Pero al combinarla con el atardecer, ofrece una de las mejores vistas que pueden verse en la Tierra.
Se sitúa en la frontera entre Zimbabwe y Zambia. La cascada puede ser visitada a cualquier hora, pero la experiencia es mejor si se hace durante el ocaso.
Los atardeceres de verano son especialmente atractivos en este parque natural de Arizona. En especial, por las tormentas que suelen formarse en esa época del año.
Los colores rojizos del Gran Cañón se reflejan en las nubes y, al mezclarse con la iluminación, ofrecen una vista única y peculiar. El cielo cambia de tono en cuestión de segundos, pasando de grises a naranjas, en ocasiones salpicado de zonas de color púrpura.
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Atardecer en la Bahía de Juan Griego isla de Margarita en Venezuela; debe formar parte de esta selección.
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