Antes de plantearse metas de vida es necesario saber de qué se tratan, su relevancia y cómo se formulan según el tiempo autoimpuesto para lograrlas. En este artículo encontrarás estos detalles, así como 40 ejemplos de metas personales que se pueden alcanzar en plazos razonables.
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Las metas de vida definen en una palabra o una frase un objetivo por alcanzar. Además, son relevantes para alcanzar objetivos mayores y así materializar el proyecto de vida personal.
Es oportuno conceptualizar qué es una meta antes de formularla. Una meta personal u objetivo de vida de define como una propuesta clara de una acción por concretar en un tiempo definido.
Las metas y objetivos de vida representan desafíos para ir más allá de los límites personales. De tal manera que, al cumplirlos, se obtengan nuevas o mejores habilidades de cara al futuro.
Los objetivos de vida se redactan con verbos en infinitivo, ya que definen acciones para las cuales se llevan a cabo actividades concretas. Por ejemplo, superar una adicción implica: asistir a terapia con regularidad, apoyarse emocionalmente en otras personas, ir al gimnasio, planificar el tiempo libre, etcétera.
Es fundamental plantear metas en la vida de una persona para trascender y lograr concretar el proyecto personal. Ese proyecto de vida constituye la misión que cada quien se plantea en su paso por la existencia terrena.
Por ello, cada una de las metas de vida constituye la proyección del ser en el futuro, tal y como se ha pensado en los momentos de reflexión personal.
En esa visión se puede mencionar dónde se quiere estar, qué es lo que se quiere conocer, cuáles habilidades se pueden adquirir y qué tanto se puede mejorar para sentirse bien consigo mismo.
De ella se desprenden decisiones que van marcando un rumbo estratégico para conseguir un anhelo de mayor relevancia en el tiempo. Así pueden organizarse jerárquicamente según su grado de importancia, o en un sentido lógico para lograr resultados efectivos en el tiempo esperado.
En síntesis, las metas personales van dándole forma al proyecto de vida que le da sentido a la existencia personal.
La definición de sueños o metas se ve marcada no solo por las decisiones y acciones a llevar a cabo. Otro factor preponderante es el tiempo destinado a lograr cada una de esas metas.
Por ello se plantean metas a corto, mediano y a largo plazo.
Para saber cuál es su meta en la vida y lograrla exitosamente se tienen que proponer metas a corto plazo, es decir, acciones que se desean alcanzar en un lapso cercano.
Estas conllevan un menor tiempo de ejecución. Además, suelen ser acciones prioritarias en el proceso de cómo lograr tus metas y objetivos de proyecto de vida.
Se considera que una meta de vida es a corto plazo cuando se puede cumplir entre unos pocos días y 6 meses.
Por ejemplo, para ser un deportista de alto rendimiento en el futuro, es necesario concretar la meta de lograr ejercitarse a diario, cada vez con mayor intensidad. Entonces se pueden plantear metas cada 6 meses en los que se aumente el tiempo, la intensidad y el tipo de ejercicio por realizar a diario.
Las metas a corto plazo son responsables de los grandes cambios que ser observan a mediano y largo plazo, ya que son el punto de constancia en la consecución de un gran objetivo.
Por ejemplo, no se puede plantear la obtención de un postdoctorado como proyecto de vida, sin antes pasar por los estudios de pregrado y especialización. Y estos serán imposibles de alcanzar si antes no se hace el esfuerzo diario por leer, estudiar, asistir a clases y mejorar técnicas en tu área profesional. Cada 6 meses podrás ver tus avances en el estudio profesional al observar tus calificaciones y el avance a otro semestre de la carrera.
Los deseos personales a mediano plazo constituyen aquellos que se pueden alcanzar en un tiempo de 6 a 12 meses.
Se trata de alcanzar objetivos en un futuro cercano, aproximadamente en un año. De esa forma, se podrán plantear nuevas metas de un valor similar al año siguiente.
Por lo general, las metas de vida a mediano plazo marcan un punto de inflexión en el rumbo personal. A partir del hecho de alcanzarla o no, se toman otras decisiones relevantes que marcarán el sentido de nuevas metas a corto y mediano plazo.
Las metas a mediano plazo se tienen que evaluar con rigurosidad, basándose también el éxito o fracaso en metas a corto plazo. Porque ¿cómo se pueden planear vacaciones de lujo si no se ha ahorrado diariamente para cumplir metas semestrales de pago de pasajes y hospedaje?
Asimismo, los objetivos de mediano plazo son un empalme entre la realidad cotidiana de los esfuerzos diarios y la consecución de un objetivo más importante a largo plazo.
El principal objetivo de un plan de vida suele alcanzarse a largo plazo, es decir, que se cumple en un momento lejano en el tiempo.
Los objetivos a largo plazo suelen ser el resultado de las metas a corto y mediano plazo.
Estos se distinguen por ser pocos, ya que su esencia es la misión de aquello que una persona desea emprender para marcar la historia.
Por ejemplo, ser destacado en su área profesional, distinguirse como miembro de su comunidad, o ser reconocido como un bastión en su familia.
También se puede ejemplificar como meta personal a largo plazo, lograr un cambio radical en la vida. Cabe mencionar la superación de la adicción por sustancias tóxicas, ahorrar un fondo para la comprar un inmueble o cambiar de hábitos nocivos a otros saludables.
A largo plazo se logran objetivos relacionados con el ser y la visión que se desea que otros tengan de uno mismo. Por ello, son pate esencial del proyecto de vida, la autorrealización y el deseo de trascendencia.
Los ejemplos de propósitos a corto plazo suelen estar marcados por la estrategia SMART. Este nombre se asigna por sus siglas en inglés: Specific (específico), mensurable (medible), achievable (alcanzable), relevant (relevante) y timely (temporal).
Las metas se catalogan como temporales en el sentido de asignarles un tiempo específico. En este particular, un lapso de días hasta 6 meses de duración.
Tienen que ser relevantes, en especial las que se implementan como ejercicio diario, ya que al cabo de un tiempo, modifican la conducta.
También deben ser metas alcanzables en ese tiempo establecido. Carece de sentido plantearse como meta a corto plazo una que solo se puede materializar tras varios años de trabajo.
Además, se tienen que medir, por eso han de tener un carácter específico. Por ejemplo, ¿quieres perder peso? Debes entonces especificar cuántos kilos deseas perder semanalmente y llevar las anotaciones de tu peso inicial, así como el resultado semanal de subir a la balanza.
Entre los objetivos de vida a corto plazo se ejemplifican desde propósitos de un estudiante hasta metas concretas para profesionales. Cada una de ellas es un escaño en la escalera hacia el éxito y la autorrealización en el futuro.
En un lapso de 6 a 12 meses son muchas las metas que se pueden alcanzar.
Estas son más definitorias, por lo que se pueden tomar ejemplos de desarrollo personal, en los que se den cambios estructurales que mejoran las cualidades de cada quien.
También se enumeran ejemplos de vida personal que consisten en cambios radicales que conducen a un nuevo proyecto de vida.
Las metas a mediano plazo requieren de constancia, por lo que hay que ser consecuente y no perderlas de vista. Si se flaquea una vez, hay que tener el suficiente valor para retomar las actividades fijadas a mediano plazo.
Los ejemplos de meta en la vida a largo plazo se trata de objetivos complejos que se alcanzan cumpliendo metas pequeñas.
Estos propósitos de vida se relacionan con la autorrealización y el deseo de trascender en la vida.
Las metas de vida se establecen como un método para completar el proyecto de vida personal. Con las metas personales el individuo toma las riendas de su destino, siendo responsable de construir paso a paso aquello que desea ser. Cada meta personal es un paso esencial en el trabajo de hacer realidad esos sueños que no te dejan dormir.