Hoy en día disponemos de muchos métodos y trucos caseros para detectar embarazos y también para evitarlos, pero no es algo exclusivo de la edad moderna. También en la antigüedad fueron capaces de fabricar diversos productos anticonceptivos. De hecho, la historia del preservativo se remonta a la época de los egipcios.
Las mujeres utilizaban como métodos anticonceptivos remedios caseros orales con mezclas de hierbas, especias e incluso metales pesados, con entrañas de animales y otros ingredientes que pudieran bloquear el semen. Se los aplicaban en el interior o sobre los genitales.
Las mujeres egipcias alargaban el periodo de lactancia para espaciar posibles embarazos. Por su parte, el método anticonceptivo de las mujeres romanas, sobre todo de aquellas que se dedicaban a la prostitución en la Antigua Roma, consistía en introducirse en la vagina una bola de lana empapada en vino, miel y resinas. También se lavaban rápidamente con agua fría una vez terminado el coito.
En Egipto, El Papiro Ebers (1150 a.C.) habla de un método anticonceptivo que evitaba los embarazos durante tres años. Se preparaba una mezcla con puntas de acacia, miel y dátil y se impregnaba en un tampón y se introducía en la vagina.
En el Papiro de Petri y el de Lahun (850 a.C.) se comentan otros métodos, como por ejemplo una mezcla elaborada a base de leche agria, excrementos de cocodrilo y miel.
El padre de la ginecología, Sorano de Éfeso, recomienda, en un texto encontrado en 1838, varios métodos para evitar la concepción, entre otros, el coitus interruptus, siendo responsabilidad de la mujer la retirada a tiempo.
Aconsejaba aguantar la respiración y, en cuclillas, estornudar para favorecer la expulsión de los espermatozoides. También recomendaba infusiones de ruda, semillas de distintas plantas, el mirto o la mirra.
El padre de la medicina, Hipócrates de Cos, comenta que la introducción de un objeto en el útero podría evitaba el embarazo. Algo parecido al DIU.
Aristóteles menciona untar la matriz con aceite de cedro para impedir el embarazo y Pliniopropone un gran componente supersticioso: la utilización de amuletos para evitar los embarazos.
El silfio era parecido al hinojo. Se tomaba oralmente, también se introducían en la vagina hebras y jugo de la planta empapando un algodón. Las semillas de silfio sirvieron como moneda debido a su gran demanda.
Se remojaban una mezcla del fruto de la acacia con miel en hebras de algodón, que se introducían dentro la vagina antes del coito.
En Mesopotamia y en Egipto se mezclaba estiércol de cocodrilo con otros ingredientes y se introducían en la vagina. En la India también utilizaban estiércol de elefante. Posiblemente había muchas muertes por infecciones.
En la antigüedad también utilizaban metales pesados como el mercurio, el plomo y el arsénico, para evitar los embarazos. Las civilizaciones antiguas, como la egipcia, la asiria, la griega y la china, tomaban una bebida de mercurio líquido, plomo líquido o arsénico (o una combinación de estos) para evitar la concepción.
Una de las medidas que se utilizó durante más tiempo como forma eficaz para evitar el embarazo fue la flor de la zanahoria silvestre. Hipócrates lo nombra como un anticonceptivo oral y abortivo. En algunos lugares aún se sigue tomando hoy en día.
Las mujeres griegas utilizaban aceite de cedro mezclado con aceite de oliva. Creían que esta mezcla ralentizaba la movilidad de los espermatozoides. Después del coito se tenían que lavar internamente para evitar el embarazo.
Las mujeres de la antigua Roma lavaban sus partes íntimas con diferentes sustancias, zumo de limón, vinagre y agua de mar.
Existía la creencia de que el ácido del limón tenía cualidades espermicidas. Remojaban algodón con zumo de limón y se lo introducían en la vagina.
La utilización de preservativas es una práctica muy antigua. Se utilizaban para evitar enfermedades. La arqueología ha encontrado evidencias en Egipto y en la Antigua Grecia, a pesar del papel sumiso y reprimido de las griegas de aquella época. Estos preservativos, también conocidos como olisbos, eran confeccionados con membranas de animales, intestinos y vejigas.
En época de Lucio Cornelio Sila (82 a.C. – 79 a.C.) se prohibieron los anticonceptivos como consecuencia de la baja natalidad y la gran cantidad de abortos.