El miedo es una reacción humana frente a ciertas situaciones o estímulos. Se trata de una reacción natural y, en muchas ocasiones, es bastante positivo, ya que los miedos nos mantienen alerta frente a riesgos reales e impulsan la capacidad de supervivencia. Por eso se suele recomendar empezar a leer historias de terror cortas, adaptadas a la edad, lo antes posible.
Creencias limitantes:
Guía completa para entenderlas, identificarlas y erradicarlas
Sin embargo, cuando se experimentan miedos irracionales o fobias, puede resultar peligroso y dañino, hasta el punto de causar trastornos médicos.
Sigue leyendo para conocer qué son exactamente los miedos irracionales, cómo pueden superarse, cómo afectan a la salud y qué tipo de miedos irracionales son los más comunes en la actualidad…
Los miedos irracionales son los miedos que se producen frente a riesgos irreales, inexistentes o imaginarios. También pueden presentarse frente a situaciones que son percibidas como insuperables.
Casi todo el mundo se enfrenta a miedos irracionales en algún momento de su vida frente a determinadas situaciones. En especial, suele ocurrir cuando se están viviendo situaciones nuevas que provocan un alejamiento de la zona de confort.
Se debe tener especial cuidado con este tipo de miedos, porque suelen tener consecuencias perjudiciales para el desarrollo personal.
Los miedos irracionales pueden desencadenar bloqueos emocionales o limitar el desarrollo dentro de un área o situación concreta,lo que puede provocar la desaparición o pérdida de oportunidades que se presentan en la vida.
El primer paso es reconocer que se teme algo y tener la capacidad de descifrar exactamente a qué se le tiene miedo. Aunque puede parecer sencillo, llegar a la raíz de ese miedo irracional no siempre es tan fácil.
Si uno no conoce a fondo su propio miedo, no podrá trabajar para superarlo.
Una de las técnicas más útiles para identificarlos es escribir una lista de miedos con los escenarios más temibles relacionados con esa fobia. Se recomienda ordenarlos de menor a mayor impacto.
Por ejemplo, poniendo el caso de tener miedo irracional a los aviones, uno de los primeros puntos de la lista podría ser ver anuncios de líneas aéreas, o encontrar la maleta de viaje guardada en casa, y en los últimos puestos del listado estaría coger un avión y que se produzca un accidente aéreo.
Muchas personas suelen lidiar con sus fobias al pretender que el miedo no existe. Esto es un error, porque si los miedos no son aceptados, mucho menos se puede tomar la decisión de superarlos.
Se debe aceptar que existen, y que están obstaculizando el camino hacia el alcance de una meta. Aceptarlo también implica saber cómo esa fobia influye en el comportamiento, ya sea de forma física o psicológica. En base a esto, se puede trabajar en un plan de acción para empezar a superarlo.
Para muchas personas, entender que no se trata de un caso único puede ayudar a superar el miedo al miedo. Comprender que otras personas pueden estar atravesando el mismo temor y que están trabajando para superarlo puede ser una motivación.
También se pueden conocer casos de éxito de cómo quitar los miedos, lo que ayuda mucho en el desarrollo personal.
Pero sobre todo, es importante rodearse de personas que, aunque no padezcan el mismo miedo, puedan comprender al individuo y ayudarle a salir de ese lugar en el que se encuentra, ya sea acompañándole cuando decide superar el miedo, o ayudándole a observar por qué ese miedo no tiene un fundamento real.
Una de las formas más exitosas es sustituir el miedo por emociones o pensamientos positivos.
En lugar de enfrascarse en todo lo malo que puede suceder, se puede entrenar al cerebro para empezar a observar las posibilidades que se tienen para superar esos escenarios. También es vital confiar en que uno es capaz de hacerlo.
Por otro lado, se debe dejar de ver al miedo como algo negativo y observarlo como una oportunidad para aprender y para crecer. Esto ayudará a perder el miedo al miedo.
Después de todo, las personas suelen experimentar este tipo de miedos principalmente cuando se enfrentan a una situación nueva o desconocida. Es una oportunidad de desafiarse a uno mismo y de avanzar.
Una de las reacciones más comunes es paralizarse ante el miedo. Sin embargo, es una de las más perjudiciales. Más allá de buscar una respuesta infalible a cómo quitarse los miedos, es necesario tener la voluntad para hacerle frente y actuar.
Para muchos, es necesario realizar un plan de actuación previo. Esto les motiva a tomar decisiones con el fin de enfrentar y superar el miedo irracional que les impide avanzar.
Se debe mantener en mente que vencer ese temor es un escenario mucho más positivo que pasar el resto de la vida evitando situaciones por causa de ese miedo.
En ocasiones, mantener el miedo como algo interno hace que continúe creciendo. Por el contrario, expresarlo, hablar de él y comentarlo con otros funciona como una forma de exteriorizar el temor.
Permite que aquellos que se encuentran alrededor puedan ayudar a descifrar cómo superar un miedo. Pero también es posible que, al expresar los miedos, uno se dé cuenta de que no son tan temibles como la mente los presentaba.
De cualquier forma, si no se logra eliminar el miedo del todo, el hecho de expresarlo funciona como un buen primer paso hacia el dominio de dicho temor.
Cuando ese miedo irracional es tan fuerte que afecta el funcionamiento regular de la persona o sus capacidades sociales, se recomienda buscar ayuda de profesionales.
En los casos extremos, los profesionales podrán ofrecer guía a sus pacientes para que logren identificar la raíz de esos miedos que los paralizan, o ayudar a encontrar cómo controlar el miedo. Progresivamente podrán ayudarles a superar esos temores.
Existen técnicas y ejercicios que ayudan a calmar el miedo y entrar en un estado óptimo para poder enfrentarlo, en especial, en situaciones en las que ese temor irracional causa ansiedad, o se traduce en incomodidades físicas que impiden la actuación.
Uno de los temas más recurrentes con el que se encuentran los especialistas es cómo superar el miedo a la muerte. Una de las formas de hacerlo es a través de la meditación o de técnicas de relajación profunda.
En ocasiones, los profesionales también guían al paciente a través de ejercicios de visualización para que logren controlar sus reacciones de forma progresiva. Para que tenga éxito, se suelen elegir diversos ejercicios para su práctica diaria.
Enfrentar los miedos no es sencillo. Todos tenemos miedos que los paralizan y resulta difícil conseguir la voluntad de hacerles frente y superarlos.
Ante la duda de cómo enfrentar los miedos, la respuesta más adecuada suele ser “con la práctica”. Cuanto más se practican los ejercicios o los consejos anteriores, más rápido será el progreso.
La práctica debe realizarse a un ritmo adecuado, evitando la sensación de agobio y los consecuentes problemas de ansiedad. Sin embargo, hay que comprender que esa incomodidad que se siente al enfrentar los miedos es temporal y va desapareciendo poco a poco según se planta cara al temor irracional.
La última clave para aquellos que se preguntan cómo combatir el miedo es analizando la escena que se teme. Haciendo esto se puede llegar a comprender que el miedo es en efecto irracional y carece de fundamento.
Hay que hacer el esfuerzo de ponerse en la situación en que se presenta ese escenario tan temible y cuestionarse a uno mismo. ¿Qué acciones puedo tomar para superarlo? ¿Tengo la capacidad de hacerle frente a esta situación? En otras palabras, hay que llegar a saber cómo atacaría el problema si estuviera sucediendo en la realidad.
De cualquier manera, todo depende de los niveles de temor. En los casos más extremos, siempre es fundamental asistir a sesiones con un profesional que pueda ofrecer la mejor guía para lograr superar los miedos irracionales de forma adecuada y progresiva.
Aunque existen varias formas de responder a la pregunta de cómo quitarme el miedo, no es posible predecir cómo reaccionará cada persona frente al mismo miedo. Las situaciones que se presentan son únicas y difieren en gran medida entre sí.
Sin embargo, estas son las formas más comunes con las que solemos lidiar de manera automática frente al miedo:
Es una reacción muy común desde la infancia. Buscamos, de forma automática, ignorar la existencia de esas situaciones que producen temor. En el caso de los niños suele ser más notable, porque reaccionan cerrando los ojos y esperando que el miedo o la situación desaparezca por sí sola.
Lo mismo pasa cuando somos adultos: se suele pensar que si no se presta atención a una situación determinada que causa ansiedad, eventualmente, dejará de existir o se arreglará sola. Esta reacción no ayuda a descifrar cómo vencer los miedos.
Es una reacción natural: alejarse de aquello que causa incomodidad tanto física como psicológica. Solemos buscar la forma más rápida de huir de esos escenarios.
En los casos más extremos, la gente suele organizar su vida de forma que siempre logra evitar encontrarse con ese tipo de situaciones que disparan su miedo irracional.
Como consecuencia, el temor se mantiene o incluso llega a aumentar. Entendemos que evitar esas situaciones evita también la aparición de la ansiedad o la incomodidad que generan. Por ello, preferimos huir en lugar de descifrar cómo enfrentarnos a los miedos.
Algunas personas suelen quedarse paralizadas y no son capaces de actuar en situaciones que desencadenan sus miedos irracionales.
En estos casos, ni huyen de ellos, ni actúan para superarlos porque el temor les congela y hace que no sepan cómo enfrentar el miedo.
En muchas ocasiones (aunque no en todas) este tipo de temores desatan problemas de salud mental y casos de ansiedad que resultan difíciles de manejar. Los casos de fobias o miedos irracionales más severos incluso pueden producir ataques de pánico de forma constante.
Tanto en las situaciones en las que solo se presiente el temor, como cuando se está convencido de que sucederá algo malo y no se sabe cómo vencer el miedo, se pueden experimentar reacciones físicas como resequedad en los labios, aceleración del pulso, sudoración excesiva, dificultades para respirar, náuseas y hasta desmayos.
Al hablar sobre qué es el miedo, la Asociación de Psiquiatría Americana, en su Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, clasifica los miedos irracionales en cinco categorías principales:
En específico, los más comunes son los miedos a las arañas, a las serpientes y a los perros. Sin embargo, es muy frecuente que se cree un miedo generalizado, es decir, que si se teme a un animal en específico, se termine temiendo a todos los animales.
Entre ellos, los más frecuentes son los miedos a las alturas, a los truenos y a la oscuridad.
Puede tratarse de heridas, de sangre, o de cualquier situación que involucre visitas al médico.
El medio relacionado con lesiones médicas que más se repite a nivel global es el miedo a las inyecciones.
Son las fobias que se presentan frente a escenarios que pueden ocurrir regularmente, en el día a día, como entrar en un ascensor, conducir un coche o, uno de los más comunes y que ya hemos mencionado anteriormente, viajar en avión.
Fuera de las cuatro categorías anteriores se encuentran miedos irracionales como el temor a ahogarse, a los gérmenes, o incluso miedos sociales que hacen que se deje de asistir a eventos o que se reduzca el contacto con otras personas.