Leonardo da Vinci fue uno de los grandes artistas de la era del Renacimiento, pero se sabe muy poco sobre sus estudios científicos, que también eran parte de su arte.
Podría decirse que da Vinci fue el maestro de las obras inconclusas y perdidas, pues muchas de ellas no llegaron a concretarse, como es el caso de los proyectos escultóricos y arquitectónicos que no se ejecutaron, así como los tratados de anatomía y de arte que no pudo terminar.
Algunos de sus dibujos han sido recuperados y se exhiben en The Royal Collection Trust de Reino Unido.
Estas obras maestras que en algún momento estuvieron perdidas, muestran el gran ingenio y comprensión artística y científica de da Vinci en una amplia gama de temas y áreas como la escultura, la pintura, arquitectura, anatomía, geología, botánica y cartografía.
Lo mejor de estos dibujos, es que muestran el trazo real de da Vinci sin restauraciones de por medio, evidenciando que el maestro empleaba tinta, tiza y lavado de colores como sus principales herramientas.
El dibujo previo a su cuadro La dama del armiño, y el que muestra los pliegues del ropaje del brazo de la Madonna, eran guías muy detalladas para los asistentes que le ayudaban a trabajar en las pinturas.
Algunos de estos bocetos recuperados permiten ver el trabajo previo de da Vinci a algunas de sus obras maestra perdidas.
Los bocetos de las composiciones para Leda y el Cisne son muy detallados y poseen gran valor entre las colecciones del artista.
Da Vinci era muy atento al detalle en sus obras y eso se muestra en sus bocetos y dibujos. Él concibió como se vería el cabello de Leda desde la parte posterior de su cabeza, lo que denota que imaginó una peluca y que este dibujo era parte de los estudios de pelucas reales.
En ese dibujo de la cabeza de Leda, Leonardo da Vinci realizó un peinado elaborado con espirales y trenzas densas.
Las obras anatómicas del artista son de las más importantes, siendo el conocimiento de la anatomía una constante de los artistas de la época. Da Vinci llevó sus estudios anatómicos más allá de la forma, pues su objetivo era retratar la función y el espíritu.
Uno de los dibujos anatómicos de Leonardo da Vinci es El cráneo seccionado, de 1489. En un dibujo del cerebro, el artista retrató los ventrículos cerebrales como tres cavidades, las cuales denominó: imaginación, razonamiento y memoria.
Una de las técnicas que empleó el artista para poder obtener la forma anatómica del cerebro era la inyección del mismo con cera fundida.
Sus estudios también refutaban ciertas creencias o tratados ya establecidos en su tiempo y ello se evidencia en uno de sus estudios del corazón y los vasos coronarios, donde contradijo la creencia de que el aire pasaba de los pulmones directo al corazón.
Para sus estudios de corazón, el artista se dispuso a examinar el órgano de un buey, lo que le llevó a dar con ciertas conclusiones en cuanto al funcionamiento de las válvulas. Todos estos dibujos carecían de color, a excepción de sus trabajos embrionarios.
Sin duda, a da Vinci le apasionaba el estudio del feto humano por tratarse del gran milagro de la vida. Por ello sus dibujos de fetos muestran algo de color. En El feto en el útero, c. 1511, puede verse el uso de la tiza roja.
Los dibujos de la naturaleza y los elementos de da Vinci mostraban gran simbolismo de fondo, que denotaban la comprensión del artista de cómo cada ser vivo en la Tierra, incluso si era una planta, reflejaba el concepto de la universalidad y su infinitud.
El artista y científico también cuestionó relatos bíblicos a través de sus dibujos realizados al agua, a las formaciones rocosas y a los fósiles marinos.
En sus estudios de agua, c 1510-12, Leonardo da Vinci congela la caída de agua desde una compuerta a una piscina, mostrando burbujas y remolinos, como si se tratase de una fotografía.
Estos estudios fueron parte de su interés en la ingeniería civil y como un trabajo previo a su participación en una serie de proyectos para drenar pantanos palúdicos, que nunca llegaron a concretarse.
Da Vinci también se interesó por la cartografía y el arte escultórico. El mapa de Da Vinci de Imola, 1502, fue tan precisamente elaborado, que todavía se podría usar como referencia en la actualidad.
El artista pudo elaborar este mapa de la ciudad italiana de Imola después de recorrer todas las calles de la ciudad y de orientarse desde una torre central. El dibujo fue realizado usando las nociones geométricas.
Por la década de 1480, el gobernante de Milán, Ludovico Sforza, encargó al artista la elaboración de una escultura ecuestre de bronce que fuese de un tamaño superior al tamaño real de un equino.
Da Vinci realizó innumerables dibujos para el boceto de su escultura, llegando a crear un modelo de arcilla, el cual fue destruido por las tropas del rey francés Carlos VII cuando invadió Milán.
Los dibujos perdidos de da Vinci muestran en conjunto la constante búsqueda del artista por comprender la conciencia humana.
A la par que iba creando más bocetos y obras, también escribía ensayos, diarios y fábulas, intentado contestar a la incógnita que se convirtió en una constante en su vida como artista, pensador y científico: por qué el hombre, siendo un ser tan perfecto, era capaz de destruirse a sí mismo a través de la codicia.