El concepto fast-fashion ha venido teniendo el control de gran parte de la industria textil a nivel mundial, desde inicios de este siglo. Esta tendencia conocida como “moda rápida” tiene como objetivo el diseño y creación de prendas para consumo masivo, a un bajo costo, y por supuesto de no muy buena calidad, con la intención de que sean renovadas constantemente.
Grandes cadenas del estilo de H&M o Zara, parecían haberse establecido como líderes en el sector, lo que proyectaba que se mantuviese así por mucho tiempo. Sin embargo, según informe presentado por Thredup, una página de reventa de moda, se plantea una alternativa totalmente diferente.
En comparación al mercado textil que se manejaba hasta ahora, las nuevas generaciones han dejado atrás las grandes cadenas, y la mora rápida, para buscar opciones más amigables con el medio ambiente.
Ahora la realidad ha cambiado y se está apostando por otro tipo de ropa. La generación Z, por ejemplo, donde un 54% de los encuestados expresaron su compromiso por comprar prendas de mejor calidad, a un precio más elevado, pero con una duración mayor.
Por otro lado, el 40% de los millennials encuestados afirmaron que habían dejado de apoyar estas tiendas de “moda rápida”.
Más allá de estas tendencias que buscan comprar prendas de mayor calidad, una gran parte de la población ha comenzado a apostar por la ropa de segunda mano, siendo una excelente alternativa sostenible.
Adicionalmente, el 50% de mujeres en edades comprendidas entre los 18 y los 25 años, aseguraron que comenzarán a comprar ropa de segunda mano para apoyar la tendencia de moda sostenible.
En el otro lado de la moneda se encuentran algunas marcas de ropa, con políticas proteccionistas del ambiente y sostenibles, que buscan desde su industria dejar un granito de arena en asunto tan importante como la preservación del planeta.
Sin embargo, y lamentablemente, la sostenibilidad es cara, haciendo que este tipo de prendas tengan un precio mucho mayor, pero que, a largo plazo, resultan una buena inversión.
Afortunadamente, han surgido nuevas marcas que buscan diseñar y prendas de calidad hechas con materiales sin procesos químicos, que permiten reducir el impacto ambiental que la industria textil causa en el ambiente.
Más allá de modificar los patrones de compra de ropa, en la actualidad existen cientos de influencers, bloggers y YouTubers que enseñan con sencillos tutoriales, a extender la vida útil de las prendas de ropa al transformarlas en algo nuevo.
La mayoría de las opciones presentadas ni siquiera requieren de una gran habilidad de costura, sino un poco de ingenio, para transformar un viejo vestido en una linda bufanda, por ejemplo.
Esta tendencia es solo una muestra más de que en el futuro el cuidado y preservación del planeta, será un asunto de importancia tal vital, que todos aquellos procesos y productos que no limiten el impacto negativo al ambiente, quedarán obsoletos.