El Mundial de fútbol Femenino ha copado buena parte de la atención mediática en el verano de 2023. El mayor protagonismo que están adquiriendo los eventos deportivos de mujeres y el notable aumento de la calidad y la competitividad son los factores que han llevado al torneo que se celebra en Australia y Nueva Zelanda a una posición preferente para medios de comunicación y aficionados. El interés también alcanza a los pronosticadores, que acceden a portales especializados como todascasasdeapuestas.com para conocer la última información sobre el torneo relacionada con las apuestas deportivas. El restado no es otro que el hecho que la Copa del Mundo de féminas es una prioridad.
El cambio de paradigma es evidente, pues a principio de siglo el interés mediático y social de este campeonato era muy inferior al actual. Si bien es cierto que esta cita internacional se lleva realizando desde 1991 (la primera edición del Mundial masculino se celebró en 1930), durante estos más de treinta años se han producido cambios muy destacados.
Una importante culpa de este giro radica en el gran salto que algunos países han dado en su seccion femenina de fútbol. El mejor ejemplo es que la actual campeona de Europa, Inglaterra, y las Selecciones de Española y Francia están entre los equipos favoritos para ser campeones pese a que nunca han alcanzado una final mundialista. Países con mucha tradición en el balompie de hombres que no se habían preocupado por el otro género. La situación ahora es bien diferente. El creciente interés de los aficionados ha llevado a los clubes a realizar una fuerte apuesta por sus equipos femeninos y ello tiene consecuencias sobre el nivel competitivo de sus representantes nacionales.
Que Estados Unidos, campeón de cuatro de los ocho Mundiales disputados (los dos últimos, de forma consecutiva) haya caído eliminada en los octavos de final, tres rondas antes de la final, es muy significativo de la revolución que se está produciendo. Las norteamericanas quedaron segundas en su grupo y perdieron la eliminatoria, ante Suecia y en penaltis.
A nivel mediático, esta transformación se aprecia en las audiencias y el seguimiento realizado por la prensa. Las portadas de los periódicos digitales más reconocidos del mundo abren con la última hora del Mundial, a la vez que el usuario aumento el consumo en la misma dirección. No hay dudas de que la década actual será clave para la consolidación del fútbol femenino como una modalidad de masas.
La caída de Estados Unidos abre una puerta, de par en par, a la llegada de nuevas reinas del fútbol mundial. Japón es la única campeona (en 2011) que ha logrado clasificarse para los cuartos de final en la edición de 2023. Los otros dos campeones, Alemania y Noruega, tampoco se clasificaron entre las ocho mejores. La buena noticia llega para otros países, que aspiran a ser protagonistas. Países Bajos, subcampeona en 2019, Colombia, Australia o Suecia también se apuntan a esta revolución que está poniendo el foco del fútbol femenino en cada vez más lugares del planeta.