El escritor inglés Michael John Moorcock, nacido un dieciocho de diciembre de 1939, se convierte en el fundador de la Nueva Ola cuando, en los años sesenta, a través de su creación literaria, hace que la fantasía occidental clásica, basada en el combate entre el bien y el mal donde siempre gana el bien, y con influencia del cristianismo, gire a una nueva visión de cierta ambigüedad y descontrol de sentimientos.
Esto dio origen a la fantasía heroica centrada en sus novelas bajo el concepto de un héroe que vive en distintas realidades, creando el multiverso, donde se desarrollan luchas entre la ley y el caos. Y así podemos percatarnos, en cada una de sus novelas, que, donde hay orden (ley), puede haber cambio (caos); donde hay jerarquía (ley), se desata la locura por el poder (caos); donde hay civilización (ley), puede darse el desorden (caos), etcétera.
Sus historias terminan en el momento en que el caos y la ley se equilibran para dar inicio al conformismo, al poder, al conocimiento o a la pérdida de cierta libertad intelectual o física.
Esta corriente de la Nueva Ola creada por Moorcock sigue creando nuevas fantasías a través de nuevos símbolos: el consumo de drogas sintéticas que dan poderes a los seres humanos, y un nuevo rol de la mujer en la sociedad, donde es presa de sus demonios psíquicos, mientras al hombre es presentado como un ser más ecuánime, capaz de controlar sus pasiones a través de los pensamientos, que lo llevan a una aceptación conformista de la “realidad”.
También en la narrativa fantástica de terror (actual) se centra con mayor énfasis en el rol femenino, basado en supersticiones culturales. A través del consumo de drogas, pueden vencer a un grupo que se dedica a hacer ritos satánicos, demonios y vampiros, ya que las drogas pueden hacer que sus cerebros trabajen a una velocidad de nanosegundos, anticipándose a las acciones de los demás.
La corriente de la Nueva Ola nos presenta ahora una lucha entre el control y el descontrol de los sentimientos, donde los personajes ya no compiten, sino que se unen para cumplir una misión. Un ejemplo muy claro es la novela El nombre de la rosa, donde el maestro y su discípulo resuelven una serie de asesinatos ocurridos en una abadía; o la mayoría de las películas donde la mujer muestra poder para lograr un fin común junto al hombre, quedando los sentimientos en un segundo término.
Moorcock fue uno de los primeros en dar origen a la ucronía a través de la reconstrucción ficticia de nuestro mundo, creando una existencia paralela de lo que podría ser la lucha entre la ley y el caos o el control de los sentimientos y su descontrol. Un mundo donde los héroes son humanos que luchan contra sus demonios.