Olas del feminismo es un término que se usa para representar los diferentes momentos de las luchas feministas en la historia. La expresión comenzó a usarse 1968 con un artículo publicado por Martha Weinman Lear en el New York Times, titulada “La segunda ola feminista”. Pronto la expresión se hizo popular y se usó para definir estos períodos de tiempo. Respecto a cuántas olas del feminismo hay, en la historia del movimiento feminista existen diferentes corrientes que discrepan en cuanto a la cronología de las diferentes etapas de las olas feministas. Según la corriente anglosajona se divide en las tres olas del feminismo, mientras que el feminismo teórico concibe cuatro.
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Características del feminismo de la Ilustración
Muchos opinan que los inicios del feminismo tienen lugar durante la Ilustración. En esta época de las luces, el pensamiento crítico toma protagonismo y la polémica de la jerarquía entre los sexos es un tema que toma vigencia.
Es en ese momento que tiene origen un discurso nuevo sobre el feminismo. En el siglo XVIII, siglo de la razón, la desigualdad es un tema que debe ser discutido. Frente a las posiciones de destacados filósofos como Rousseau, que exceptuaba a las mujeres de los derechos ciudadanos, el feminismo en la Ilustración se organizaba en movimientos en pro de la igualdad civil.
En el origen del feminismo, activistas, amas de casa y todo tipo de mujeres se daban cita en clubes donde se discutían, se hacían planteamientos y se formulaban estrategias para divulgar el movimiento.
Autoras feministas como Wollstonecraft, escritora y filósofa inglesa, defienden la posición de que las diferencias entre hombres y mujeres vienen dadas por la falta de oportunidades y educación que el sistema ofrece a las mujeres. En el libro Vindicación de Derechos de la Mujer (1792) alega contra la exclusión rousseauniana de la mujer. La obra se convierte en un clásico de la primera ola del feminismo. Fue criticado por algunos sectores, ya que no se hace referencias a las reivindicaciones políticas, como el derecho al sufragio.
El feminismo en la historia ha sido un proceso difícil. Como dato curioso, en 1776, en la ciudad de Nueva Jersey se autorizó de manera accidental el voto femenino por un error que mencionaba en la definición de sufragismo y en la ley, la palabra “personas” en lugar de “hombres”, pero fue abolido tiempo después.
La primera ola del feminismo (1789-1848)
La primera ola del feminismo comienza a partir de la Revolución Francesa en 1789 (siglo XIII). El feminismo moderno tiene aquí su punto de partida con los movimientos producidos en ese momento histórico, cuando por primera vez existe una participación política organizada.
El feminismo vive el difícil clima político reinante de Francia en 1789. Muchas valientes mujeres se propusieron hacer valer sus derechos y tomaron un activo papel en la política del país, en un momento donde la mujer era considerada “ciudadana pasiva”.
En octubre de ese año miles de mujeres marcharon desde el mercado de París al Palacio de Versalles para exigir que el rey atendiera la dramática situación de la falta de alimentos. Las mujeres del feminismo de primera ola sentaron importantes bases históricas del movimiento.
La Declaración de Derechos de la Mujer y la Ciudadana, de Olympes de Gouges (asesinada en la guillotina posteriormente), donde se declara que las mujeres son libres e iguales a los hombres ante la ley, fue fuente de inspiración para muchas activistas.
La Revolución Francesa
La Revolución Francesa tiene como uno de sus objetivos la igualdad jurídica, igualdad de derechos políticos y libertades, sin embargo, la contradicción pronto se hace notar, ya que las mujeres no estaban incluidas en estos principios tan aclamados.
Es así que de forma colectiva la voz de la mujer comenzó a expresarse. Algunos ilustrados franceses como Condorcet ayudaron en el proceso, reclamando el reconocimiento al rol social de la mujer.
Desenlace del movimiento de Francia
Aunque las mujeres se identificaron entre sí como un colectivo oprimido, la época de la Revolución Francesa fue una derrota para estos primeros movimientos feministas. En la primera ola feminista las mujeres seguirían siendo las madres y las esposas de los ciudadanos. El exilio o la guillotina fue el final de aquellas que tuvieron una relevante participación política.
En 1804 se resumen las mejoras revolucionarias en el napoleónico Código Civil, donde los derechos civiles de los hombres son negados a las mujeres. Se las consideró como menores de edad, en poder de sus esposos, padres e incluso hijos, y se consideró el hogar su ámbito exclusivo. Se excluyeron de la educación media y superior. También se crearon leyes específicas para la mujer en relación al aborto y al adulterio.
Movimiento de la Templanza
El movimiento de la Templanza se forma en Estados Unidos, concretamente en Boston, Massachusetts, en 1826. La organización crece rápidamente y en 1831 ya existían al menos 24 grupos en todo el país. Estas feministas de la historia tenían el objetivo de prohibir o limitar el consumo de alcohol, que tanto daño estaba causando en muchos hogares de ese país, en una especie de “reforma moral”.
Sus participantes hacían panfletos, caricaturas, canciones y discursos sobre el daño del consumo de alcohol. Las mujeres se organizaron para defender sus hogares, pero también para tener un papel y trato igualitario en las actividades públicas.
El movimiento abolicionista en Estados Unidos
Mientras se desarrollaba el movimiento de la templanza (movimiento sobre todo de mujeres blancas de clase media), en ese mismo país se daba la lucha de la raza afroamericana por los derechos humanos más básicos. Las mujeres ejercieron un papel protagónico en esa lucha. Muchas mujeres blancas se unieron a esta causa.
Sarah Mapps Douglass, Jarena Lee, Maria Stewart y Sarah Louise Forten se pronunciaron y lucharon contra la esclavitud, pero también por otros derechos ciudadanos como la educación.
Entre los años 1820 y 1830, las mujeres afroamericanas se organizaron formando grupos religiosos, sociales y literarios para apoyar a las comunidades. En 1831 forman la Free Produce Society, y algunas sociedades literarias como la Sociedad Literaria de las Damas de Color, La Asociación Literaria Femenina, etc.
Feministas importantes de la primera ola
¿Qué son las feministas? ¿Cuál es la primera mujer feminista? Es difícil determinar cuál es la primera feminista de la historia, sin embargo, en esta primera etapa destacan nombres como Susan Brownell Anthonynse, Elizabeth Cady Stanton, Virginia Bolten, Elisa Leonida Zamfirescu, etc.
La segunda ola del feminismo (1848-1960)
Durante 1840 se realizó la primera Convención Mundial contra la Esclavitud, en Londres. Muchas mujeres activistas asistieron al evento (Lucretia Mott, Elizabeth Cady Stanton y otras), sin embargo, fueron relegadas al papel de simple espectadoras, negándoseles el derecho a intervenir. Solo los hombres participaron del evento.
Fue así que estas mujeres del feminismo de segunda ola decidieron formar su propia asociación en defensa del derecho de la mujer. Transcurrieron ocho años para que Stanton, Mott y trescientas mujeres más se reunieran a celebrar la primera Convención sobre los Derechos de la Mujer.
La Declaración de Sentimientos
En 1848, se encuentran en Seneca Falls (Nueva York) este grupo de mujeres y hombres seguidores de la causa. En el evento de discutió y votó por la “Declaración de Sentimientos”, creada por Stanton. Su mensaje era semejante al escrito durante la Revolución Francesa por Olympes de Gouges. En él se declaraba que “todos los hombres y mujeres son creados iguales”.
El documento tocaba otros temas como el derecho a la propiedad, la educación de la mujer, el liderazgo y el derecho al voto. Esto fue solo el principio. Posteriormente se comenzaron a reunir de forma regular y el movimiento feminista creció. Por 70 años se luchó por el derecho al voto. También participaban en otras luchas sociales, pero el voto se consideraba el elemento clave para alcanzar los demás derechos.
La lucha afroamericana
Por otra parte las mujeres afroamericanas, excluidas por lo general de estas reuniones de mujeres blancas, luchaban por su propia cuenta, no solo contra el sexismo, también contra el racismo y el clasismo. Frances Ellen Watkins Harper fue una de las grandes luchadoras por el derecho al voto, junto a Lucy Stone (abolicionista blanca), Frederick Douglass y un grupo de valientes hombres y mujeres.
La segregación racial continuó y con frecuencia las mujeres afroamericanas debían unirse a otros grupos pro sufragio. En el año 1876 se solicitó que fueran agregados 94 nombres de mujeres negras a la “Declaración de Sentimientos”, a través de una carta enviada por Mary Ann Shadd Cary.
Los logros de la segunda ola
Jeannette Rankin, primera mujer elegida para formar parte de la Cámara de Representantes (Estados Unidos, 1916). El mismo año, Margaret Sanger abre una clínica de control de natalidad, a pesar de que en New York estaba prohibida la distribución de anticonceptivos.
En la segunda ola del feminismo finalmente se logró el derecho al sufragio en 1920, solo de las mujeres blancas. Debido a la discriminación racial reinante en ese país, las mujeres afroamericanas tuvieron que esperar mucho tiempo más.
En los años 30 la mayoría de los países desarrollados habían aceptado el derecho femenino al voto, con excepción de Suiza que lo aceptó en 1970. Este derecho abrió caminos a otras reivindicaciones y derechos civiles.
La tercera ola del feminismo (1960-1990)
En este período el feminismo es internacional y se organiza como institución. A pesar de ser un espacio de tiempo relativamente corto (con relación a los anteriores) se hace complejo e introduce nuevos conceptos y términos (como patriarcado), además explica la forma en que la sociedad impone los roles a los géneros.
El feminismo de la tercera ola surge como consecuencia de una mentalidad progresista que comienza a manifestarse en Europa en los años 60. En la tercera ola, dentro del contexto del feminismo del siglo XX, se lograron algunos derechos fundamentales (educación, trabajo, voto…), y se seguían haciendo demandas sobre todo en lo concerniente a los derechos sexuales y reproductivos.
Las mujeres vivían aún en un mundo machista y patriarcal. El desarrollo económico no se correspondía con el desarrollo social y el mundo seguía siendo desigual. La lucha del feminismo moderno se enfrentó entonces a las arcaicas reglas morales y éticas tradicionales, hasta entonces arraigadas en el colectivo.
Algunas de las representantes más insignes de este período son Betty Friedan con su libro Mística de la feminidad, Simone de Beauvoir con El segundo sexo y Shulamith Firestone con Dialéctica del sexo.
En esta tercera ola feminista se comenzaron a ver algunos tímidos avances en relación a la violencia de género, protección contra despidos injustificados por embarazo, permisos por maternidad, etc.
Algunas de las principales corrientes del feminismo fueron: Feminismo liberal, Feminismo radical, Feminismo de la diferencia y Feminismo igualitario. Estas corrientes feministas difieren en cuanto a como enrumbar el movimiento y la forma de explicar qué es feminismo o su concepto de qué es feminista.
Feminismo liberal y Feminismo radical
Según Feminismo liberal, la situación de la mujer no es opresiva sino una situación de desigualdad que se puede resolver reformando el sistema. Una de sus máximas exponentes es Betty Friedan, líder feminista y escritora estadounidense. Fue la fundadora de NOW (Organización Nacional de Mujeres) en 1966 y luchadora en temas como el aborto, salarios igualitarios, permisos por maternidad, etc.
El Feminismo radical mira la desigualdad como una consecuencia del sistema patriarcal. Nace como una contestación al Feminismo liberal. Su nombre “radical” es en alusión a la palabra raíz, ya que este movimiento busca acabar el problema de raíz, en lugar de la modificación de las estructuras existentes del Feminismo Liberal.
Esta corriente aboga por la abolición de todas las situaciones que contribuyen a la cosificación de la mujer, como la pornografía y la prostitución, ya que se cree que las mujeres que caen en estas prácticas no lo hacen libremente, sino empujadas por una necesidad económica. El feminismo liberal por su parte considera que estas materias sociales deben ser reguladas por el estado, pero dando libertades individuales para que las personas decidan qué hacer.
Feminismo de la diferencia y el Feminismo igualitario
El Feminismo de la diferencia se basa en la no aceptación del patrón impuesto por los hombres. Quiere la igualdad de derechos, pero no ser igual al hombre, pues esto supondría la aceptación de su modelo.
Esta tendencia busca un camino hacia un mundo igualitario, pero no para la integración de la mujer al mundo actual, viciado y con estructuras creadas por el género masculino, sino para su transformación en un mundo donde la mujer realmente encaje.
El Feminismo igualitario, por el contrario, afirma que somos iguales (hombres y mujeres) y que ellas pueden encajar en estas estructuras previamente diseñadas por el mundo masculino.
La cuarta ola del feminismo (1990 a la actualidad)
La cuarta ola va desde los 90 a nuestros días. Aparecen nuevos conceptos y modelos como el ecofeminismo, el feminismo racial, etc. El feminismo en la actualidad es consciente de que las estructuras instaladas por siglos son las bases que sostienen la jerarquía que aún el hombre ejerce sobre la mujer.
Las luchas de la cuarta ola
La cuarta ola se ha definido también como el ciberfeminismo, término acuñado debido a la apropiación de la tecnología y los medios digitales como forma de comunicación. El actual movimiento feminista se ha enfocado en los derechos de la diversidad de géneros (homosexual, transexual) y la lucha contra la violencia hacia la mujer. Además se basa en el respeto por la diversidad de cualquier índole (cultural, racial, sexual, etc.)
La cuarta ola también tiene como bandera la lucha por la despenalización del aborto, contra el feminicidio, el acoso sexual y exige el fin de los privilegios históricos del hombre sobre la mujer. Se organizan marchas, movimientos con alcance internacional y se usan medios digitales para difundir el mensaje y luchar por la causa.
El violador eres tú
El uso de los medios digitales hacen fácil la propagación de los mensajes que muy pronto se vuelven virales, como el caso, por ejemplo, del performance colectivo “El violador eres tú” de Santiago de Chile 2019, visto en todo el mundo.
El Movimiento “#MeToo» es un nombre que también se ha usado para definir esta cuarta ola contemporánea. Fue a partir del 2017 cuando surgió como una forma de denuncia contra el acoso y la agresión sexual.
Esta frase fue usada por mucho tiempo por Tarana Burke, una famosa activista social. Posteriormente la actriz Alyssa Milano le dio vigencia y animó a muchas mujeres a contar sus experiencias a través de Twitter con la etiqueta #MeToo, para demostrar lo extendido del comportamiento misógino. La acogida de esta propuesta fue tan estrepitosa que se convirtió en un movimiento donde incluso las celebridades expusieron sus experiencias.
Ni una menos
“Ni una menos”, una consigna contra el feminicidio, nacida en Argentina en 2015 y que trascendió a muchos países del mundo. La primera marcha se realizó en 80 ciudades de ese país.
El movimiento se extendió por casi toda América Latina y el mundo: Uruguay, Ecuador, Perú, Venezuela, Bolivia, Colombia, Paraguay, Nicaragua, Honduras, Chile, México, Guatemala, Costa Rica, Bolivia, República Dominicana, España, Turquía, Italia, Francia, Alemania, Canadá, Estados Unidos, China, Suiza, Holanda, Bélgica, etc.
Según informes de las Naciones Unidas, 90 mil mujeres murieron en el mundo por feminicidio solo en 2017, el 57% asesinadas por sus parejas. En años recientes de pandemia los casos aumentaron exponencialmente debido al confinamiento y la permanencia obligatoria en el hogar.
El resumen de la historia del feminismo de la cuarta hola está en proceso, pero se puede decir que es un período donde se lucha por los derechos de la diversidad de género y contra la violencia, tanto en el espacio público como privado. Además es una corriente de masas, debido a las posibilidades de interrelación que ofrecen las redes sociales. Es un movimiento valiente e intrépido que abiertamente ha pasado de la teoría a la acción.
Las olas del feminismo han sido momentos de duras luchas libradas por valientes mujeres de todo el mundo en diferentes contextos históricos. Todas estas batallas fueron significativas y necesarias. Algunas olas feministas han logrado fuertes cambios sociales y políticos, otras en cambio, sirvieron para sentar las bases para que esos cambios fueran posibles.