En este artículo te enseñaré un excelente método para ser una persona más ordenada.
Aprenderás cómo aplicar este método para que se mantengan ordenados los espacios de tu hogar a través del tiempo y también te mostraré cómo mantener tu entorno organizado puede traer fantásticos beneficios a tu vida en general.
Si sientes que ordenas cada día pero nunca terminas de hacerlo completamente y ya estás cansado de ver tu casa echa siempre un desastre, este artículo es para ti…
Para empezar ponte a pensar solo una cosa: ¿realmente necesitas todo lo que tienes en tu hogar?
El lugar donde vivimos se puede llegar a convertir en un verdadero infierno si somos muy desordenados, y es que la mayoría de las personas solemos guardar y acumular objetos durante años. Objetos que ni siquiera sabemos que tenemos y lo único que hacen es quitarnos nuestro preciado espacio.
Hay muchas maneras de ser organizado y ordenado, pero en este artículo te voy a enseñar una técnica que vale la pena aprender, ya que la gente que la empieza a utilizar y aprende cómo aplicarla en su vida, comienza a ver los cambios rápidamente y a conseguir finalmente ser organizados de forma autónoma.
A su vez, esto hace que utilices tu tiempo en cosas que valen la pena y no lo malgastes ordenando tu hogar. Por consecuencia también terminas haciéndote una persona potencialmente más productiva.
Para comenzar a deshacerte de estos malos hábitos necesitas obtener la mentalidad correcta y así volverte una persona 100% organizada.
Para empezar, elimina de tu cabeza frases como: “es mejor ordenar una habitación a la vez” o “ es mejor hacer un poco cada día” porque la realidad es que son totalmente falsas, esto solo lleva a que tengas que ordenar fastidiosamente de forma constante, ya que, de esta forma, no se termina con el problema esencial, si no que estos métodos solo lo hacen de una manera superficial y temporal.
Si crees que la organización es una tarea infinita que debemos hacer por el resto de nuestras vidas, lamento decirte que estas equivocado.
ATENCIÓN: Es importante que antes de comenzar a organizar tu hogar hayas leído todo el artículo para poder llevar a cabo el proceso de forma correcta. Luego puedes releer si lo necesitas mientras ordenas.
Seguro tus padres te habrán pedido más de una vez que ordenes tu habitación cuando eras pequeño, ¿pero alguna vez se te ocurrió pensar que nunca nadie te enseñó a organizar? Simplemente dieron por hecho de que lo harías por intuición.
La realidad es que hubiera sido mucho mejor si desde pequeños nos hubieran enseñado cómo realizar esta tarea que para muchos es tediosa, y hace que muchas personas dediquen un tiempo excesivo de su vida en esto de forma innecesaria.
Así que aquí aprenderás cómo ser más organizado, que método es el más eficiente y que beneficios trae a nuestra vida hacerlo de esta manera.
Consiste en usar algo y volverlo a colocar en su lugar designado. Cada objeto debe tener uno y debemos crear el hábito de guardarlo nuevamente allí cuando ya no se esté utilizando.
Al principio es un hábito que cuesta generar, pero con el tiempo vas a lograr implementarlo tu solo.
Siempre hazlo de forma consciente cuando realices la acción de guardar un objeto, de esa forma generas el hábito.
Es la más importante y en la que debes esforzarte más.
Todo lo que necesitas es darte tiempo para organizar todos tus objetos, dividiéndolos por categorías y decidiendo qué donar, o tirar, y qué conservar utilizando el método específico que más adelante te explicaré.
Para empezar,debes tener en claro que nunca es conveniente tomar el camino fácil si lo que se pretende es tener resultados duraderos. Si no, solo acabarás con el desorden visible pero no con la raíz del problema.
Por eso recomiendo que te tomes el tiempo necesario para hacer correcta y conscientemente cada paso de la organización base.
Lo primero que debes hacer es saber qué objetos tienes en tu hogar. Para ello es conveniente agrupar los objetos por categorías, no debes nunca hacerlo por habitación, de lo contrario, nunca tendrás claro la cantidad total de un tipo de objeto que hay en tu casa y no podrás organizarlo de manera adecuada.
Las personas suelen guardar un mismo tipo de objeto en más de un lugar y, a veces, hasta en distintas habitaciones. Cuando ordenas cada lugar por separado, caes en el error de repetir el mismo trabajo en muchos sitios, por lo que perderás tiempo y esfuerzo.
Por eso, en vez de ordenar un lugar es conveniente fijar metas como “la ropa hoy, los libros mañana”
Entonces, la mejor forma de agrupar tus objetos es hacerlo mediante categorías por cada tipo de objeto. Recomiendo hacerlo en el siguiente orden:
Los objetos con valor sentimental se recomienda dejar para lo último, ya que se consideran que son una de las cosas más difíciles de desechar y que entorpecen el proceso.
Un objeto con valor sentimental es el recordatorio de un momento que nos dio alegría o que nos recuerda a cierta persona o momento especial, la sola idea de deshacerte de él genera terror. Es por ello que se debe respetar el orden de la lista y aprender a analizar bien cada objeto.
Mucha gente se queda atascada en la mitad del proceso porque empieza con las cosas sobre las que le cuesta más trabajo decidir.
Ten en cuenta que, además del valor físico de las cosas, hay 3 factores que añaden valor a tus pertenencias: su función, la información y el apego emocional.
Cada categoría implica un grado de dificultad distinto a la hora de organizarla. Piensa bien en el papel diferente que desempeña cada objeto en particular y presta especial atención a tu intuición, escúchala a la hora de decidir.
Utiliza este método para analizar cada objeto:
Coge con tus manos objeto por objeto, analízalo detenidamente y piensa si realmente ese objeto te beneficia en algún aspecto o si, por el contrario, ya cumplió su función en tu vida. Tómate el tiempo necesario con cada uno de los objetos.
Si utilizas este método y lo haces en el orden correcto, te será mucho más fácil a medida que avances hacia el final, porque habrás empezado decidiendo con objetos de los que puedes deshacerte con mayor facilidad y así ir perfeccionando tu poder de decisión y ganando confianza en ti mismo y en el método.
Ya conoces el método, cómo detectar la totalidad de los objetos de una categoría y estás listo para desechar lo que no te sirve. Comencemos a trabajar con cada uno de ellos…
Este es el momento de desechar cada uno de los objetos que te sobran, que no aportan nada significativo a tu vida. Te aseguro que van a ser muchos más de los que te imaginas.
Muchos piensan que esta es la parte más difícil de todas, pero en realidad no. Simplemente, lo que hay que hacer es tomar cada objeto con la mano y preguntarse:
¿Esto me hace feliz? ¿Este objeto me produce alegría? ¿Por qué lo compre? ¿Quién me lo dio? Si me hizo feliz en el momento que lo compré, ¿ya cumplió su función?
Es importante tomar cada objeto con la mano y analizarlo detenidamente, cuando tocas un objeto, tu cuerpo reacciona. Es la forma realmente más equilibrada de determinar si un objeto ya cumplió su función para ti o si quieres que siga formando parte de tu vida.
¿Qué sentido tiene organizar si no es que nuestro espacio y las cosas que hay ahí nos den felicidad?
Como seres humanos tendemos a acumular y llegamos a ocupar demasiados espacios que podríamos aprovechar de una mejor forma.
Piénsalo, ¿en serio quieres llenar tu hogar de objetos que no utilizas? ¿Ropa que no te pones hace meses o quizás años? ¿De esas prendas u objetos que quedan olvidados en el fondo de los cajones y armarios?
Ropa que ya pasó de moda, prendas que ya no te quedan bien o quizás hasta algunas con su envoltorio desde el momento en que las compraste, claro, porque nunca las usaste.
Accesorios que ya no te gustan, libros que no llaman tu atención, papeles inservibles de todo tipo, cartas de viejos amigos, o incluso aparatos electrónicos que ya no funcionan (piensas que los vas a arreglar algún día, pero la realidad es que solo se acumulan y luego te olvidas de todos ellos).
Yo creo que nadie quiere vivir alrededor de tantas cosas que ya no le hacen feliz y que no producen ningún tipo de alegría en tu vida, objetos que incluso ni siquiera usas porque no recuerdas tenerlos…
Mientras organizas piensa en soltar y en dejar ir todo lo que ya no te pertenece, aunque todavía permanezca en tu hogar.
Si lo haces de ésta forma, una vez que termines de desechar todos los objetos que no necesites, solo vas a estar rodeado de objetos que te encantan y que generan algo en ti y créeme que realmente esto marca la diferencia, se empieza a notar mucho en el día a día.
La energía de tu hogar cambia, y en consecuencia nuestra energía también. Tomate el tiempo para reflexionar sobre todo esto un momento. ¿De qué sirve convertir nuestra casa en un almacén de objetos innecesarios?
Haz la prueba! Deshecha todo lo necesario y continua con el siguiente paso…
Una vez hayamos decidido qué objetos conservar dentro de cada categoría, procederemos a encontrar dentro de nuestro hogar el lugar más conveniente para cada tipo de objeto.
Solo debemos asignar una sola y única vez un sitio para cada objeto. Inténtalo. Te asombraran los resultados. Nunca más comprarás más de lo que necesitas, ya que siempre sabrás que objetos tienes y cuántos de ellos. Nunca más seguirán acumulándose tus posesiones.
Es importante que intentes mantener cada objeto que pertenece a una misma categoría guardado en lugares cercanos a los de su mismo tipo.
De esta forma optimizarás su uso y recordarás exactamente cuál es el espacio específico designado, ya que relacionas el tipo de objeto que debes guardar, o que quieres utilizar, con el espacio asignado dentro de la habitación para la categoría a la que pertenece este tipo de objeto. Si es necesario vuelve a leer este párrafo para entenderlo.
El paso que describí anteriormente es una regla básica, de hecho si no lo respetas posiblemente nunca llegues a el objetivo final: Ser ordenado de manera constante, lograr el equilibrio y llegar a generar orden dentro de nuestro hogar y nuestra vida.
Otra técnica que creo conveniente adoptar como hábito es generar una rutina en el momento de llegar a nuestro hogar después de un día de trabajo u otra actividad.
Sería algo como: dejar las llaves en el llavero, o cambiarnos la ropa deberían ser tareas fijas en la rutina, hacerlo hace que dejemos fuera todas las energías del día, obviamente, debemos asegurarnos de poner la ropa sucia utilizada en el lugar correspondiente y los zapatos también, etc.
Además vaciar nuestra mochila o bolso es esencial, de esta forma estos objetos que contienen nuestras pertenencias podrán descansar de estar cargados durante todo el día (hasta en algunos casos ser cargados todos los días) y así evitar que se deterioren más rápidamente.
Es decir, al llegar a nuestro hogar, hay que volver a ubicar cada objeto de nuevo en su lugar. Por eso es importante que hayas designado un lugar específico para cada uno de ellos.
Hacer esta rutina solo lleva 5 minutos de nuestro día y realmente vale la pena, ya que cada objeto queda en un lugar asignado y la casa se mantiene limpia y ordenada. Una vez que hayas tomado la costumbre, realizarás la rutina de forma automática y ni pensarás en ello.
Ahora que ya comprendiste las bases de este método de organización en general te brindaré consejos útiles para cada tipo de objeto en particular…
La clave para este tipo de objeto es abrir cada guardarropa, armario y cajón de tu hogar y no dejar nada sin revisar. Revisa todas las habitaciones, junta todo lo que hayas encontrado y comencemos…
Decidir con cuidado y utilizando el método: ¿Qué vas a conservar? Deberías guardar solo ropa que te encante, que te llene el alma y te haga sentir bien.
Ojo con esto que suele ocurrirle a la mayoría: deshacerse algo que parece estar en perfecto estado podría parecer un desperdicio y, por este motivo decides, guardar prendas como ”ropa de casa” o “pijamas” que luego nunca usas y es porque en verdad no te agradan. Solo que te apena donarlas o tirarlas, ¿pero realmente aportan algo a tu vida? Solo tu sabes la respuesta.
Hay que empezar a romper el hábito de convertir en ”ropa de casa” las prendas que no utilizarías en la calle. No me parece agradable utilizar ropa que no nos gusta para estar en nuestro hogar, me parece mucho mejor utilizar ropa que nos haga sentirnos vivos.
Existen dos métodos para guardar la ropa: colgarla o doblarla. Para algunos tipos de prenda es mucho más cómodo colgarlas, como por ejemplo, abrigos o vestidos. Pero todas las demás deberías simplemente doblarlas y organizarlas en cajones.
El espacio que se ahorra colgando la ropa no puede siquiera compararse con el que se ahorra doblándola bien. Me agradecerás y me darás la razón cuando termines de organizar tus cajones.
Recuerda: ¡Dóblala bien! Lleva casi el mismo tiempo hacerlo bien que hacerlo mal. La forma correcta de guardarla es de forma vertical dentro de los cajones. Así podrás elegir mejor, ya que podrás visualizar bien cada prenda, su textura y color.
Las prendas no quedaran en el fondo todas aplastadas y con todas las de arriba ejerciendo presión sobre ellas generando más arrugas. Además, ya no quedarán olvidadas en el fondo y las usarás, porque las podrás ver siempre que abras tu cajón.
Si quieres ser un poco más minucioso y tener un armario cápsula en condiciones, ordena las prendas no solo por tipo, si no también respetando la gama de colores.
Simplemente doblas cada lado de la prenda hacia el centro y las mangas hacia adentro también, para formar un rectángulo.
No importa cómo dobles las mangas siempre que se respete la forma rectangular. Luego tomas un extremo de la prenda y lo doblas hacia el otro extremo (dejando un poco de espacio).
Para poder continuar doblándolo en mitades o tercios. Deberá quedarte como un sobre, algo como esto:
Es esencial que también saques de todas las estanterías cada libro. Para decidir de verdad si quieres conservar o desechar algo, debes sacar las cosas de su hibernación.
Puedes estimular tus pertenecías si las mueves físicamente, las expones al aire fresco y las vuelves “conscientes”. Al estar todos distribuidos podrás ver exactamente qué es lo que necesitas y que no.
Si tienes muchos libros, es conveniente agruparlos por subcategorías como por ejemplo estás: generales, autoayuda, novelas, prácticos, visuales, revistas.
Uno vez resuelto esto, empieza a decidir uno por uno tomándolos del suelo. Analízalos, debes sentir placer, conserva solo los que llamen tu atención, pero algo importante, ¡no leas más que el título!
Leer te nubla el poder de decisión, en vez de preguntarte lo que sientes, empezarás a preguntarte si necesitas ese libro o no. Cuando lleves acabo este proceso recuerda esta frase: Libros no leídos “algún día” significa “nunca”.
Tomate el tiempo para contar cuántos libros has leído más de una vez, realmente serán pocos y lo sabes, desecha los que ya has leído, ya cumplieron su función.
Al igual que con la ropa debes detenerte y pensar en el propósito que tienen estos libros. Yo creo que su verdadero propósito es ser leídos, transmitir información a sus lectores ¿Tú que crees?
¿Qué pasa con los libros que me falta terminar de leer? ¿Con los que tengo pero todavía no empecé a leerlos?
El problema con los libros que tenemos la intención de leer en algún momento es que son mucho más difíciles de desechar que los ya leídos. Los libros no leídos se acumulan, debes deshacerte de ellos.
Si perdiste tu oportunidad de leer un libro en particular, aun cuando te lo hayan recomendado o sea de los que trataste de leer durante años, entonces es tu oportunidad de dejarlos ir.
Por experiencia propia debo decirte que ese ”algún día” no llegará. Debes tener solo los necesarios.
Regla simple: ¡Desecharlos todos!
Es hora de encargarse de los papeles, (no incluye papeles con valor sentimental como cartas de amor o los diarios) hablo de aquellos que fuiste acumulando sin darte cuenta.
Seguro tienes folletos pegados en la nevera, diarios viejos, facturas de la compañía de internet y otros servicios, manuales de instrucciones, papeles del trabajo, fotocopias de apuntes, cuadernos viejos…
Hay varios sitios en tu casa donde los papeles tienden a acumularse. Al ser humano le encanta acumular cosas que no usa, ¿no es cierto? Mi principio básico para ordenar los papeles es tirarlos todos.
Los papeles nunca nos inspiran alegría, no importa de que forma los guardemos. Por eso es conveniente tirar cualquier cosa que no pertenezca a alguna de estas categorías:
Cuando termines de deshacerte de los que no son necesarios, pasa a ordenar los que te quedes. Los divides fácilmente en dos categorías:
Asegúrate de ubicar juntos este tipo de papeles, nunca los dejes dispersos por otras partes de la casa. Así podrás encargarte de todos ellos cuando sea necesario. Y podrás revisarlos fácilmente como si fuera una lista de cosas por hacer.
Estas 3 categorías (ropa, libros y papeles) son las más difíciles de organizar y las más principales, es por eso que decidí ser más específico.
De la misma forma debes ir organizando las categorías restantes hasta finalizar con todas.
Clasificar por categoría, en el orden correcto y conservar solo las cosas que te inspiran alegría. Hacerlo rápido y de forma consciente, todo de una vez.
Si sigues estos consejos reducirás dramáticamente tus posesiones. Vas a sentir una emoción que nunca antes has sentido y ganarás confianza en tu vida.
Seguramente casi toda tu vida has vivido rodeado de mucho más de lo que necesitas. Creo que es hora de hacer este cambio y empezar a vivir de una forma minimalista, más libre, poseyendo menos y amando más.
A medida que vayas empezando a ser más organizado, tu simplemente sabrás cual es la cantidad correcta de pertenencias que debes tener. El momento del clic varía de una persona a la otra, pero una vez hayas pasado ese momento, descubrirás que la cantidad de cosas que posees nunca aumenta.
Es por eso que nunca más tendrás que desperdiciar tu tiempo ordenando, simplemente mantendrás de forma constante el orden, tu orden.
“Elige tus pertenencias porque te hacen feliz, goza la vida según tus propios estándares Y emprende esta tarea con confianza’’
Éste método se basa en tus sentimientos para la toma de decisiones.
La mayoría de los métodos proponen objetivos numéricos claramente definidos para los objetos que se supone hay que conservar, pero lo cierto es que cada persona es distinta y si el criterio no se adapta al estándar de cada uno, no tiene un efecto duradero. Solo tú puedes saber qué tipo de entorno te hace sentir feliz.
El acto de elegir objetos es extremadamente personal. Identificar qué sientes respecto a cada objeto que posees es esencial y por eso este método funciona al 100%.
Al poner nuestra casa o habitación en orden, ponemos nuestra vida en orden, ponemos en orden nuestros asuntos y nuestro pasado. Como resultado, se puede ver con claridad lo que necesitamos en nuestra vida y lo que no, lo que debemos hacer para poder enfocarnos en nuestros proyectos.
Cuando confrontamos honestamente las cosas que poseemos, estas evocan muchas emociones en nuestro interior. Estas emociones son las que dan alegría para vivir.
Si actúas en base a tu intuición, te asombrará cómo las cosas comenzarán a conectarse en tu vida y los cambios drásticos que seguirán. Notaras el cambio. Poner tu casa en orden es la magia que crea una vida vibrante y feliz para poder llegar al éxito.
Espero te hayan servido estas herramientas tanto como me sirvieron a mí y logres incorporar el método en tu vida para llegar al objetivo de conseguir el tan preciado orden que todos deberíamos poder disfrutar en nuestro hogar.
Si te gustó el método, compártelo en tus redes sociales para que más personas puedan experimentar la alegría y la satisfacción de vivir rodeados de las cosas que aman.
Y si tienes alguna otra herramienta que utilizas para ser más organizado y ahorrar tiempo, o si quieres compartir cualquier otra sugerencia, no olvides dejarla en los comentarios.
Elías Sánchez. Me dedico al Network Marketing y trabajo como Trader en el mercado de divisas de Forex. Soy un joven emprendedor viviendo en Buenos Aires, Argentina. Me apasiona escribir sobre medio ambiente, desarrollo personal, viajes y tecnología, siempre procurando impactar positivamente… Instagram
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Excelente articulo, además de adquirir el hábito del orden tu autoestima se verá beneficiada.
Muy interesante y completo!