Los organismos genéticamente modificados tienen varias décadas en el mercado, aunque muchas personas no estén conscientes de ello, pueden estar consumiendo vegetales que funcionan como vacunas o criando animales domésticos cuyos ADN fueron científicamente alterados. Aunque suene ficción, los organismos transgénicos son completamente reales. Si quieres saber qué significa OGM y qué es un organismo transgénico, no te pierdas estos datos:
Biotecnología médica:
Significado, ejemplos, aplicaciones actuales, avances y la medicina del futuro
Partamos por definir qué son los organismos genéticamente modificados o qué es OGM. Un organismo genéticamente modificado (OGM) es un ser vivo cuyo material genético ha sido alterado mediante la inclusión de ADN de otra especie o que ha recibido una manipulación intencional en un marcador genético concreto.
Esta práctica se lleva a cabo con la intención de que las plantas, animales, virus y bacterias tengan nuevas propiedades o mejoren sus características naturales. Gracias a la aplicación de ingeniería genética se han podido desarrollar cultivos más resistentes a las plagas, animales más saludables, nuevos microorganismos capaces de combatir enfermedades y más.
Los seres humanos han modificado el material genético de plantas y animales desde hace miles de años, mediante la selección artificial de especies.
Las plantas y animales que presentaban características heredables favorables al hombre y su estilo de vida eran mantenidos en su sociedad a cambio de protección y otros recursos biológicos que les conferían una ventaja evolutiva. Con el tiempo, se fueron generando plantas más productivas (cultivos) y animales mejor adaptados a la vida humana (ganados y mascotas).
Aunque, no fue hasta 1973 que Herbert Boyer y Stanley Cohen transfirieran por primera vez ADN de un ser vivo a otro, dando inicio a la época de los OGM. Ese mismo año nacería el primer ratón transgénico, nombre con el que se conocerían a las especies genéticamente modificadas.
Más adelante, en 1981 se creó el primer ratón transgénico capaz de heredar su modificación a la siguiente generación. Dos años más tarde, nace la primera planta genéticamente modificada.
Dato curioso: ¿Qué significa transgénicos? Los transgénicos son organismos que tienen en su ADN material que proviene de otras especies, introducidos a través de medios artificiales.
La creación de los transgénicos es campo de estudio de la ingeniería genética, una técnica que deriva de la biología y la química celular y que se apoya en gran medida de equipos tecnológicos.
Las modificaciones se realizan a través del aislamiento de material genético de un ser vivo, que luego puede ser bloqueado, anulado, removido, duplicado o transferido a otro. Las propiedades que se consiguen a través de procesos bioquímicos como estos suelen heredarse.
Estas nuevas tecnologías tienen como base cientos de estudios de bioseguridad asociados a organismos genéticamente modificados en biología molecular.
Una vez que se entiende qué son los organismos transgénicos, podemos llegar rápidamente a la conclusión de que tienen aplicaciones fascinantes.
Desde la producción de enzimas humanas en bacterias modificadas, pasando por la producción de alimentos transgénicos de gran beneficio, hasta animales genéticamente modificados para tener características únicas.
Aquí algunos ejemplos célebres dentro de esta área de investigación:
La producción de alimentos genéticamente modificados fue una de las primeras aplicaciones comerciales de esta rama del conocimiento científico.
En las plantas, se producen frutos que tardan más tiempo en descomponerse, dando un mayor margen de extracción y comercialización. Se ha creado un arroz dorado muy popular que puede sintetizar betacaroteno, lo que aumenta enormemente su valor nutricional.
En el caso del ganado, se utilizan sintetizadores (bacterias genéticamente modificadas) para producir enzimas como la somatotropina bovina, que aumenta considerablemente la producción de leche en las vacas. Otros ejemplos de OGM incluyen los estudios en desarrollo para la producción de un salmón transgénico que puede crecer durante todo el año y terminar su maduración en la mitad del tiempo que el salmón convencional.
Demás está decir que en Cinconoticias, no se apoya de ninguna manera la modificación de animales o la utilización de transgénicos vivos para el entretenimiento, consumo y explotación egoísta de los animales. Ni el uso de su sufrimiento como forma de avance científico como en el caso de los ratones de experimentación por más nobles que parezcan estos fines.
Otra gran área de aplicación de los OGM es la creación de transgénicos resistentes a plagas, herbicidas, infecciones y enfermedades asociadas al cultivo.
Gracias a esta propiedad añadida, los agricultores pueden reducir drásticamente el uso de químicos destinados a combatir plagas, ya que las plantas modificadas cuentan con genes capaces de producir sus propias defensas.
Cultivos menos dependientes de herbicidas y plaguicidas son más seguros o saludables.
El maíz y la soja son de los más famosos ejemplos de organismos genéticamente modificados en México. En otros países, destaca también el algodón y la papaya.
Existen muchos ejemplos de organismos modificados genéticamente en el área terapéutica.
En lo que respecta a las investigaciones del sector salud, algunos animales son genéticamente modificados para probar los efectos de la desactivación de ciertos genes, descubriendo su rol particular; o provocar enfermedades controladas que ayuden a evaluar una potencial cura.
La modificación genética ha permitido el desarrollo de los xenotrasplantes, órganos, tejidos o células que crecen en animales y que están destinadas para transfusiones a otros seres vivos, como las válvulas cardiacas de origen porcino que se utilizan en humanos con mínimo rechazo.
La sitetización de material terapéutico también es una notable aplicación. Algunas bacterias, por ejemplo, pueden sintetizar insulina, gracias a la incorporación de genes humanos.
Algunas levaduras también pasan por este proceso y son capaces de producir antígenos, útiles en la fabricación de vacunas.
Una de las aplicaciones menos conocidas, pero que seguramente dará mucho de qué hablar años venideros, es la producción de animales domésticos genéticamente modificados para ser más saludables y seguros.
Algunos ejemplos de organismos transgénicos domésticos pueden ser los gatos que no producen la proteína “Fel d 1” que se encuentra en su saliva y en la piel, causante de gran parte de las reacciones alérgicas. Esto se produce por la supresión del gen sintetizador.
Los perros, de hecho, tienen una proteína similar identificada como la “Can d 1” que también puede bloquearse con este mismo método reduciendo enormemente las reacciones alérgicas en humanos sensibles.
Algunas experimentaciones adicionales incluyen la incorporación de fluorescencia en animales para identificarlos dentro de una población. Incluye desde peces hasta ratas.
Se han estudiado OGM para controlar la propagación de ciertas enfermedades. Un caso de ejemplo pueden ser los estudios sobre la propagación de la malaria, que se planea controlar a través de la creación de mosquitos transgénicos inmunes al paracito Plasmodium falciparum.
Estos mosquitos pueden insertarse en la población de determinadas zonas y transmitir su inmunidad genética a las futuras descendencias.
Aunque no es una solución definitiva, es una herramienta realmente poderosa que, bien utilizada, puede ser la punta de lanza para erradicar terribles enfermedades.
La creación de transgénicos presenta una serie de ventajas considerables sobre los métodos tradicionales de selección natural de especies, incluso sobre la selección artificial en base a estudios, ya que fomentan la adquisición de características favorables en muchos escenarios.
En contraparte, la modificación genética es un área muy reciente, por lo que no está exenta de polémicas y regulaciones internacionales.
Por esta razón, conviene profundizar sobre beneficios de los organismos genéticamente modificados y las desventajas notables de esta práctica.
Algunas características de los organismos transgénicos son casi imposibles de producir en escenarios naturales, reconociendo así múltiples ventajas en su aplicación. Por ejemplo:
Aplicar modificaciones genéticas reduce el desarrollo de características ideales en cultivos, frutos o animales. Procesos que pueden tardar décadas por medio de selección y cruzamiento tradicional pueden aplicarse en uno o dos años con los medios necesarios. Esto se traduce en:
Los productos transgénicos de consumo han demostrado ser seguros en contextos controlados, mientras que la adición de propiedades nutricionales elevadas mejora la calidad del producto. Así, los consumidores obtienen un mayor rendimiento de los alimentos a un menor coste. Como factores positivos en este ámbito destacan:
En el ámbito de la producción industrializada y de agricultura, la inserción de transgénicos tiene ventajas muy claras, desde la capacidad para erradicar plagas comunes, hasta la mejora en el rendimiento del cultivo. Gracias a esto se pueden percibir beneficios como:
Lamentablemente, no todo es color de rosas para la industria de los transgénicos, la cual tiene puntos negativos bastante considerables, algunos casi tan grandes como sus puntos a favor. Aquí algunas desventajas de los OGM:
El mercado de las semillas transgénicas es un área de difícil incursión debido a la cantidad de inversión necesaria para su producción y modificación. Esto ha provocado que casi todo este mercado sea dominado por un pequeño grupo de empresas. Esto trae como factor negativo elementos como:
La inserción de transgénicos funciona exactamente igual que la incorporación de una especie nueva dentro de un ecosistema lo que, evidentemente, puede traer consecuencias por completo impredecibles. Al contratar esto se puede notar que:
Los OGM tienen estrictas regulaciones de uso, lo que quiere decir que en muchos escenarios los agricultores no pueden usar las semillas que se producen a través de la siembra de transgénicos para producir nuevos. Principalmente, porque estarían actuando en contra de la regulación de fabricación de productos modificados y porque algunos de estos organismos pierden eficacia con el paso de las generaciones.
Como componente negativo de esto destaca:
Profundizando en el significado de OGM y lo delicado que puede resultar la modificación genética, especialmente cuando se inserta ADN en especies naturalmente incompatibles (como a la inserción de genes humanos en bacterias para la producción en enzimas), pueden destacar algunos puntos importantes en su uso. Por ejemplo:
Los movimientos anti-transgénicos alegan que la capacidad para modificar genes puntuales y transferirlos entre seres vivos es una ciencia muy nueva para que sea usada a nivel comercial, mucho menos para el consumo.
En su argumentación, reflexionan sobre la falta de estudios a largo plazo, así como el poco tiempo que las soluciones transgénicas se prueban antes de implementarse.
Ciertamente, no hay forma de predecir un efecto colateral dentro de 100 años, pero, a favor de los OMG, tampoco hay forma de asegurar que si existan dichos efectos negativos. En la actualidad, pese a las rigurosas regulaciones internacionales de bioseguridad, este movimiento sigue generando polémicas.
Otro problema asociado a la creación de microorganismos genéticamente modificados es que muchos de ellos adquieren una resistencia a los antibióticos como parte del proceso de inclusión de nuevos genes.
Se alega que una mala gestión de este recurso puede producir cepas peligrosas, realmente resistente a los antibióticos convencionales.
La modificación genética es una herramienta como cualquier otra, pero esta, como la energía nuclear, puede llegar a tener resultados devastadores si se aplican de manera inapropiada.
Sin ánimos de dramatizar, se puede hacer alusión a los intentos de incorporar genes de esterilización recesiva en algunas especies de insectos portadores de enfermedades como los mosquitos, con la intención de que varias generaciones más tarde estos se extingan por falta de potencial reproductivo.
El problema de escenarios como estos es que resulta imposible medir los efectos resultantes de la inclusión de un organismo que haya sido modificado genéticamente a tal punto dentro de un determinado entorno, mucho menos en sistemas tan íntimamente conectados como las biosferas.
Por más que desde una postura antropocéntrica resulten tentadoras estas aplicaciones, jugar con la naturaleza desde un conocimiento limitado puede resultar devastador, aunque la culpa no debe recaer en la herramienta, sino en su portador.
En conclusión, los organismos genéticamente modificados son una realidad ineludible y para bien o para mal tienen un potencial abrumador para cambiar por completo las leyes de la naturaleza. Sin embargo, es imposible negar las implicaciones en la creación indiscriminada de organismos transgénicos y lo rápido que se puede volver contra el ser humano si no se trata con cuidado.