La lógica nos indica que escribir un pacto con el diablo o pacto con el demonio, no lo hará aparecer, de hecho, aún celebrando algún ritual de invocación, es poco probable. Según la historia, el contrato oral o escrito con Lucifer siempre parece tomar una forma: entregar el alma para la eternidad. El caso es que según el refrán: “no es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar” y no basta con quemar círculos de pólvora o regar un poco de sangre en un altar. Conozcamos ciertas reseñas de cómo invocar al diablo o cómo hacer un pacto con el diablo, alguna interesante leyenda del pacto con el diablo así como presuntos testimonios de personas que vendieron su alma al diablo.
Magia oscura:
Qué es, historia, elementos y cómo combatir los hechizos de magia negra
¿Qué es un pacto con el diablo?
También llamado pacto satánico o pacto fáustico, es la creencia cultural y popular sobre el trato entre el hombre y una representación espiritual del mal, a fin del logro de algún beneficio a cambio del alma, es un referente extendido ampliamente en la civilización occidental. Las figuras centrales de estas historias son el Fausto y la figura de Mefistófeles.
Conforme a lo descrito por las creencias cristianas el contrato con el demonio o el contrato para vender el alma al diablo es establecido entre una persona y Satanás o cualquier otro demonio o demonios, para el intercambio de su esencia humana por favores poderosos, entre los más comunes la eterna juventud, el conocimiento, las riquezas, el amor o el poder. Pero, ¿qué pasa si hago un pacto con el Diablo o si hice un pacto con el diablo?
Consecuencias de un pacto satánico
Se cree de acuerdo al relato cristiano religioso que la persona logra reconocer en el diablo a su señor o a su Dios, lo que resulta muy peligroso por cuanto el precio a pagar por tales favores es la condenación eterna del alma, además de otras consecuencias terrenales que le sancionaran una vida miserable e insatisfactoria. La mayoría se tratan de condenas moralizantes que llevan el mensaje sobre el error de apoyarse en la maldad para el logro de objetivos.
Como concepto, el pacto con el demonio o contrato con el diablo siempre fue sido un tema destacado dese la Edad Media y hasta la Moderna, tomando como centro del debate la idea de que brujas y magos de todo tipo han obtenido sus poderes vendiendo su alma y obedeciendo a otros favores que implica sacrificios de sangre.
Las doctrinas eruditas aseguran que ningún ser humano posee poder sobrenatural o conocimiento oculto, y que sólo Dios puede ser autor de milagros. El resto, ilusiones de cómo vender tu alma al diablo son solo consecuencias del conocimiento supremo sobre el mundo y de propiedades ocultas de la naturaleza que permiten al diablo hacer cosas extraordinarias parecidas a los milagros, por lo tanto, el realizar cualquier hechizo dañino o benigno y adivinaciones.
El vínculo de cómo hacer un trato con el diablo más antiguo mencionado en la historia es atribuido al siglo IV y cuenta cómo San Basilio salvó el alma de un siervo que buscó la ayuda de Satanás para casarse con la hija de su amo. Pero mucho más lejos y más influyente llegó la leyenda de Teófilo de Sicilia en el siglo VI, quien despedido de su cargo, firmó un pacto escrito con el diablo, en el que renunció a la lealtad a Cristo y a la Virgen María. Dicha leyenda fue ampliamente difundida en el norte de Europa antes de la Reforma.
Origen histórico de los pactos satánicos
A esta altura existe documentación histórica de personas que llegaron a acuerdos con el Diablo, pero los relatos de pactos con el diablo surgieron después de que Satanás se convirtió en una figura importante en la teología cristiana y una imagen del diablo comenzó a difundirse en la predicación popular. Inclusive, se le dio una base bíblica por medio de una lectura de Isaías, 28:15, «Hemos entrado en una alianza con la muerte, hemos hecho un pacto con el infierno».
Como lo referimos anteriormente, la leyenda cristiana más antigua que involucra un pacto con el diablo es una historia sobre San Basilio y el más importante fue el de Teófilo , tesorero de la iglesia de Adán en el norte de Cilicia, quien después de que su obispo le retirara el empleo, vendió su alma al diablo para recuperar el puesto. Esta historia, traducida al latín en el siglo VIII por el diácono Pablo, se convirtió en un cuento popular que sirvió de base para infinidad de obras.
No obstante, fue en la época medieval que surgieron innumerables relatos de acuerdos con el demonio en la literatura y desde el siglo XVI, se incluyeron homenajes y la reverencias consideradas una forma herejía, y de delitos perseguidos por la Inquisición.
Se cree que la primera descripción ampliada de un culto fue publicada en 1435 por Johannes Nider en su libro Formicarius; y en 1486, el texto Malleus Maleficarum traducido como El martillo de las brujas, aprovechado por la Inquisición y los cazadores de brujas protestantes durante siglos para enjuiciar la adoración de Satanás y la brujería, quienes eran acusadas de tener relaciones sexuales con el diablo.
Para 1587 apareció el primer libro que contaba la historia de Johannes Faust, un mago legendario que firmó el acuerdo más famoso con una figura diabólica, el demonio Mefistófeles, quien por su alma le sirvió durante 24 años, concediéndole numerosos deseos en dicho período hasta que lo asesinó, ejemplo de cómo vender el alma al diablo por fama. De la experiencia del Fausto han surgido decenas de inspiraciones literarias sobre la relación del individuo con el mal.
Pasos para realizar un pacto satánico
Intercambiar el alma a cambio de poder, sabiduría o ganar un tiquete de lotería, son las reseñas mayormente utilizadas en los libros y películas durante muchos años, tal vez inspirados en los manuscritos medievales que revelan el origen de estos pactos o de cómo pactar con el diablo. Obvio que las representaciones cinematográficas inyectan su fantasía a la invocación de cómo vender el alma al diablo para hacerlo atractivo al motivo de espectáculo; pero la profundidad y el detalle de reverencia que conlleva el verdadero proceso puede sorprendernos. Como el laborioso circuito de producción artesanal y ejecución ritual para conjurar a uno de los demonios de The Grimorium Verum, el cual atiende los siguientes pasos
Marcado de llamas
Primero, el mago debe forjar el denominado marcado de llamadas, con una especie de espíritu llamado «Scirlin», inscrito junto a sus iniciales en un rubí o piedra preciosa. Dicho amuleto de cómo vender mi alma al Diablo, debe llevarlo el mago dentro del bolsillo del pecho o en un collar.
Preparar el ritual
El Verum utiliza tanto las horas planetarias como asigna un espíritu a cada día particular de la semana, por ello la construcción de herramientas para el ritual debe hacerse al amanecer en el transcurso de unas pocas semanas durante un tiempo en que la luna está en cuarto creciente; mientras que el ritual real de invocación debe realizarse en un momento determinado según las propiedades del demonio.
El mago debe cortar una rama al amanecer tanto de un árbol mayor virgen en el día de Astaroth (miércoles) como de avellano en el día de Surgat (domingo), inscribiendo en ellos los sellos de los demonios Frimost y Klepot. , para convertirse en varitas de evocación y adivinación, respectivamente.
De igual modo, los materiales para la firma del pacto, como pluma, tintero y lanceta para la extracción de sangre, se purifican y consagran al amanecer también en el día de Astaroth (miércoles).
Sacrificio
El Verum incluye también instrucciones para la consagración de un cuchillo ritual destinado a sacrificar una cabra, así como su desollado, raspado, estirado y curado en pergamino sobre el cual se copiará el sigilo del demonio.
Escritura del contrato
La escritura del contrato en el pergamino, incluida la copia del sigilo de Scirlin, los sellos de los demonios y la redacción de todos los acuerdos legales, debe hacerse al amanecer del día de Belzebuth (martes).
Por otra parte se utilizan hierbas e incienso para sumergir al mago en una tradición sensorial. Se maza incienso y madera de aloe se quema en un incensario sobre el altar en la ceremonia y se usa para fumigar todas las herramientas para la operación. Para la pureza, el mago debe untarse a sí mismo y sus herramientas en agua bendita mezclada con menta, mejorana y romero y «atado por un hilo tejido por una doncella».
Preparar el escenario
El escenario de la ceremonia exige un círculo mágico de aproximadamente 9 pies de diámetro que debe ser dibujado con un cuchillo, consagrado al amanecer del día de Silcharde (jueves), y empapado en sangre de topo y jugo de pimpinela. Dentro del centro del círculo, el mago debe dibujar el triángulo de evocación, sobre el cual se coloca el altar ceremonial.
Santificación
El ritual prescribe un rito de santificación, usando las varitas para imitar latigazos alternos y una recitación de exhortaciones personales. Tras una serie de oraciones para elevar la autoridad mágica, el espíritu debe ser invocado. Después de cantar un encantamiento de nombres bárbaros, los demonios deben ser convocados en orden jerárquico de arriba hacia abajo, primero solicitando a uno de la trinidad impía de Lucifer, Astaroth y Belzebuth, luego invocando a uno de sus siete duques, y finalmente el demonio más abajo.
Culminado el rito de varias horas, se espera que aparezca el demonio deseado, ya sea como una presencia o como una visión en un espejo, desde donde el mago podría firmar un pacto con el demonio en particular.
Todo este potencial creativo de la sección de Verum que detalla los extraños hechizos mágicos y el poder de provocar la aparición de los representantes del mal en pacto con el demonio, pueden parecernos fuera de lugar y de la realidad. Podemos incluso imaginar las locuras cometidas para un pacto con el diablo bajo su indicación, de los aficionados y los cultos a lo largo de los siglos buscando el favor de los demonios y muchas veces, cayendo desastrosamente en desgracia o en la mirada inquisidora de la iglesia. ¿Son los demonios personificaciones psicológicas del pecado o espíritus independientes que actúan en la naturaleza y en los asuntos humanos?