En un notable esfuerzo por desenterrar y comprender mejor los sucesos de la guerra civil española y la posterior dictadura bajo Francisco Franco, unos investigadores han descubierto 140 diminutas botellas de vidrio en fosas comunes distribuidas por la provincia de Valencia.

Estos recipientes, cuyo tamaño no supera al de un dedal, contenían información vital que permite la identificación de individuos enterrados en condiciones a menudo clandestinas. Este método de registro, presumiblemente llevado a cabo por los familiares de las víctimas o testigos presenciales de los asesinatos, proporciona datos como el nombre, la edad, la fecha de fallecimiento y, en algunos casos, la causa de la muerte.

Se cree que las botellas fueron depositadas en las fosas como un medio para asegurar que la identidad de los fallecidos no se perdiera en el anonimato.

Las botellas descubiertas contienen detalles personales cruciales para la identificación de cuerpos enterrados clandestinamente durante la Guerra Civil y la dictadura franquista.

Este acto de resistencia silenciosa proporciona hoy una herramienta invaluable para los historiadores y expertos que trabajan en desvelar las historias ocultas de represión durante el régimen de Franco.

Las botellas fueron halladas en lugares que han sido el centro de investigaciones recientes sobre la represión franquista, como Paterna, Gandia y Castelló de Rugat. Estos municipios, escenarios de algunos de los episodios más sombríos del conflicto y la dictadura, se convierten ahora en sitios clave para la recuperación de la memoria histórica de España.

La información recuperada de estos pequeños recipientes es una pieza crucial para reconstruir los acontecimientos de aquellos años, ofreciendo detalles personales que permiten a las familias de las víctimas avanzar en su un proceso de curación, tras vivir décadas de incertidumbre sobre el paradero de sus seres queridos.

Sin embargo, la tarea de preservar estas botellas y descifrar la información que contienen ha presentado desafíos considerables. La fragilidad del vidrio y el deterioro debido al paso del tiempo han complicado los esfuerzos de conservación, pero el trabajo meticuloso continúa.

Los investigadores señalaron que este hallazgo no solo contribuye de manera fundamental al conocimiento histórico de la represión en España, sino que también ofrece un homenaje a las víctimas, permitiendo que sus historias y sacrificios sean reconocidos y recordados.

Los científicos encargados del estudio han descubierto evidencias claras de que, durante la Edad del Hierro en Navarra, España, las comunidades locales otorgaban un trato especial a los bebés con condiciones genéticas, enterrándolos en las viviendas en lugar de practicar la incineración común de la época. 

La investigación, liderada por el Instituto Max Plack de Alemania y con la colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad de Alicante y la Universidad Pública de Navarra, analizó el ADN de restos antiguos y halló casos de síndrome de Down y de Edwards entre los bebés enterrados. 

La atención y el respeto especial otorgado a estos individuos reflejan una comprensión y aceptación notablemente tempranas de la diversidad genética, independientemente del estatus social de la familia.

En particular, se identificaron tres casos de síndrome de Down en dos yacimientos navarros y un caso de síndrome de Edwards, marcando este último como el primero identificado en una población arqueológica. Los bebés con estas afecciones genéticas fueron enterrados con rituales distintivos y en ocasiones, acompañados de ricos ajuares funerarios, lo que resalta su especial consideración social.

El estudio se apoyó en un novedoso método estadístico de secuenciación del genoma y una revisión osteológica detallada, lo que permitió identificar estas condiciones genéticas poco comunes entre los restos analizados. 

También arrojó luz sobre las prácticas funerarias de la época, revelando que no todos los bebés enterrados en las viviendas presentaban patologías genéticas, lo que sugiere una variedad en los criterios de selección para estos enterramientos.

Los expertos consideran que esta investigación no solo proporciona una ventana al pasado sobre cómo las comunidades prehistóricas trataban a los individuos con condiciones genéticas, sino que también desafía percepciones modernas sobre la inclusión y el valor de la diversidad humana desde tiempos antiguos.