Recorrer Grecia y sus ciudades principales es garantía del disfrute de la rica historia y cultura que este país posee y ofrece a sus visitantes, recordando que, en tiempos de la Antigüedad Clásica, muchas de ellas tuvieron estatus de ciudades-estado griegas. Pero ¿qué son las polis griegas? Se trataron de antiguas entidades político – administrativas que se desenvolvieron de forma independiente, constituidas por una agrupación urbana determinada que era regida por su propio aparato legal, judicial, social y religioso. Se dice que existieron al menos mil de estas antiguas ciudades griegas. En este artículo te traemos los detalles más interesantes relacionados con las ciudades de Grecia que tuvieron significativos aportes para la mencionada cultura clásica, resaltando aquellas que lograron sobrevivir hasta el presente.
Arte de la Antigua Grecia:
Periodos, características y principales obras del arte griego antiguo (pinturas, esculturas…)
Argos
Iniciamos esta lista de antiguas ciudades de Grecia con esta localidad establecida en la península del Peloponeso, en el año 2.000 a.C. siendo uno de los poblados más longevos de la región, y que gozó de tal prestigio y prosperidad en la civilización griega como una poderosa ciudad – estado protagonista de muchas leyendas de la historia antigua y lugar de origen de un considerable número de personajes de la mitología de esta cultura.
Fue, sucesivamente, morada de pelasgos, aqueos y micénicos y, posteriormente, se convirtió en un destacado núcleo urbano dorio. Se dice que fue gobernada por al menos nueve descendientes de su fundador, Ínaco, y estuvo constantemente enfrentada con otra de las ciudades importantes de Grecia, Esparta, en combates célebres para la historia de esta civilización.
Su acrópolis fue un distinguido centro para el culto religioso, sobresaliendo templos como el de Zeus Lariseo y el de Atenea Polias. Asimismo, cuatro renombrados artistas nativos de esta ciudad se exaltan como máximos representantes de la escuela escultórica local, como lo fueron Agéladas y sus discípulos Policleto, Mirón y Fidias.
Hoy, la ciudad actual está asentada en las faldas de una colina, divisada desde uno de los monumentos arquitectónicos de mayor admiración en la localidad, el castillo de Larisa.
Atenas
Otra de las notables ciudades de la Antigua Grecia es Atenas, hoy la capital y localidad más grande y poblada de dicho país. Su pasado se remonta a más de 3.000 años y se apuntaló como una imponente ciudad – estado donde emergieron prominentes legados para el mundo occidental, como el desarrollo de la democracia, la consolidación del ámbito filosófico y su papel como centro cultural y artístico. Tuvo total predominio en la Grecia clásica hasta su derrota por parte de Esparta en el 431 a.C., hecho que, junto a la conquista de Roma, restó poder a tan estimada ciudad.
En sus calles abundan numerosas ruinas de ese pasado glorioso, por lo que sus visitantes pueden disfrutar de espacios arqueológicos como su Acrópolis encabezada por el Partenón, el Templo de Zeus Olímpico, las ágoras antigua y romana, el Areópago y el Pnyx, espacio donde se congregaban grandes asambleas legislativas como precedente de la vida democrática.
Corinto
De las ciudades en Grecia asentadas en el Peloponeso se encuentra Corinto, que en la Antigüedad llegó a ser la localidad más grande de la región y, de acuerdo a palabras del poeta épico Homero en sus célebres Ilíada y Odisea, era opulenta durante la época de dominación micénica. Fue de las primeras ciudades griegas antiguas en crear una moneda, debido a su estratégica ubicación en un cruce que unía caminos terrestres y marítimos que permitió efectivos intercambios comerciales.Su histórica lucha contra Atenas la llevó a ser aliada de Esparta durante la Guerra del Peloponeso.
A nivel artístico, Corinto dejó huellas trascendentes para ámbitos como la arquitectura (edificaciones de orden corintio) y en la cerámica por medio de los estilos de producción protocorintio y corintio. Por otra parte, su geografía da acceso de conexión entre el Peloponeso y la Grecia continental a través de su istmo, sobre el cual se construyó un canal que enlaza el norte del Mediterráneo con el mar Egeo.
Egina
La isla de Egina, localizada en el golfo Sarónico, tuvo en su territorio una de las primeras ciudades de Grecia Antigua con actividad marítima y comercial, además de haber sido pionera en el ámbito naval con la creación de su marina y en acuñar moneda en toda la civilización. Según la mitología griega, su nombre deriva de la ninfa Egina, que fue madre de Éaco, renombrado rey de la isla. Por casi toda la Antigüedad se enfrentó a su vecina Atenas por razones económicas y religiosas, lo que la llevó a aliarse a otros enemigos de dicha ciudad en vísperas de la Guerra del Peloponeso y, en tiempos posteriores, Egea fue dominada por macedonios y romanos.
De la primitiva ciudad, localizada en las cercanías del actual puerto de Egina, quedan importantes vestigios arqueológicos como las ruinas de Paleoncora, el Templo de Afaya y el Templo de Apolo.
Éfeso
Hay que recordar que la Antigua Grecia llegó a dominar un extenso territorio que abarcó gran parte del Mediterráneo y de Asia Menor. De esta última región, Éfeso resalta entre los nombres de ciudades griegas antiguas cuyas ruinas son resguardadas por la actual Turquía, a orillas del mar Egeo y a los pies del monte Bulbul Dagh o antiguo Coreso. Muchas hipótesis giran en torno a su fundación, siendo adjudicada a micénicos, jónicos e, incluso, a figuras mitológicas. Lo cierto es que esta antigua ciudad fue punto principal para importantes hechos militares de las épocas arcaica, clásica, helenística y romana.
De su riqueza multicultural resalta el conjunto de importantes monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, entre los que vale la pena nombrar el Templo de Artemisa, el Gran Teatro, la biblioteca de Celso, la ágora estatal y sus numerosas termas y templos de estilo romano.
Eretria
Otra de las ciudades más importantes de Grecia fue la antigua Eretria, localizada en el golfo de Eubea, aspecto geográfico que influyó en la trascendencia de dicha localidad como puerto marítimo con fuertes actividades comerciales durante la época clásica. Su población fue de origen jónico, y fue mencionada en la Ilíada de Homero entre las ciudades que enviaron tropas y barcos en los sucesos de la guerra de Troya.
Tuvo un vasto territorio, llegando a dominar durante el siglo VIII a.C. las tierras continentales de Beocia y las islas de Andros, Ceos y Tinos, situadas en el mar Egeo. Sin embargo, perdió dichas posesiones luego de caer derrotada en la guerra Lelantina al enfrentarse a su rival, Calcis.
Luego de haber contribuido con la colonización griega a través de la fundación de colonias en Macedonia, Sicilia, Italia y el norte del Egeo, Eretria fue saqueada e incendiada en varias oportunidades, resaltando el castigo ordenado por los persas en el 490 a.C. como represalia a la invasión griega, un saqueo llevado a cabo por los romanos en el 198 a.C. y, finalmente, la destrucción que sufrió en el 87 a.C. por causa de las guerras entre Mitrídates VI el Grande y los romanos, hecho que propició el abandono de la ciudad.
La ciudad fue refundada luego de la independencia de Grecia en 1834 para convertirse en un centro recreativo para locales y turistas. Entre los hallazgos arqueológicos que datan de la antigua ciudad se encuentran el Teatro, su acrópolis y los templos de Dioniso, Artemisa, Isis y Apolo.
Esparta
Entre los nombres de ciudades antiguas, Esparta tiene un lugar especial en la historia de la Grecia clásica por su sempiterno enfrentamiento contra sus rivales atenienses y el patriotismo que llevó a convertir a sus espartanos en unos auténticos guerreros. Fundada en el Peloponeso por los dorios, tuvo un sistema político regido por dos reyes (diarquía) y una severa constitución. Opuesta a la ilustre Atenas, la población espartana se formaba para la guerra y no para el intelecto, siendo para el año 650 a.C. un sólido centro militar. Gracias a ello, tuvo renombre dentro de las Guerras Médicas y la guerra del Peloponeso, conflicto donde además salió victoriosa sobre las tropas de Atenas.
Aunque carecía de acrópolis y de murallas, Esparta se desenvolvió como una polis, siendo su aspecto particular su jerarquización social que dividía a la población en diferentes estatus, destacando los homoioi o habitantes nacidos en la localidad y que disfrutaban de todos sus derechos, además de ser formados de acuerdo a la agogé o educación espartana para su capacitación militar. Como dato curioso, las mujeres de Esparta gozaban de igualdad de derechos, siendo algo inusual comparado con otras de las principales ciudades de Grecia.
El rey visigodo Alarico saqueó la ciudad en el 395 d.C. durante la ocupación romana y finalmente abandonada. Para 1834 se fundó la nueva Esparta sobre las ruinas de la otrora polis y, hoy en día, engloba a uno de los importantes municipios de Grecia. De su patrimonio arquitectónico se puede admirar los vestigios del santuario de Artemisa Ortia, el Teatro, el Templo de Atenea, la Rotonda y la tumba del mítico rey Leónidas I.
Halicarnaso
Ésta fue una de las ciudades importantes en Grecia antigua, situada en Asia Menor, donde hoy se levanta la ciudad turca de Bodrum. Fundada en el 1.000 a.C., conformó la Hexápolis dórica junto a Cámiros, Lindos, Cnido, Ialisos y Cos, perdiendo su estatus en dicha entidad a causa de un conflicto religioso. Tuvo cuatro acrópolis y dos puertos que hicieron de Halicarnaso un enclave estratégico durante sus primeros años.
Seguidamente, pasó a ser dominio persa a partir del 546 a.C., y entre sus sátrapas gobernantes destacó Mausolo, que hizo de Halicarnaso la capital de toda la región de Caria. A su muerte, su esposa ordenó la construcción de un monumento funerario llamado Mausoleo, que precisamente dio nombre a este tipo de edificaciones mortuorias. Otros descubrimientos arqueológicos hallados en esta ciudad son el templo de Afrodita, la fuente Salmacis y las antiguas murallas.
Como dato adicional, Halicarnaso fue el lugar de nacimiento del célebre historiador Heródoto.
Lárisa
La ciudad de Lárisa, hoy quinta localidad más poblada de Grecia, fue en tiempos de la Antigüedad clásica, un destacado núcleo urbano que se desarrolló de forma independiente y estuvo legislada por una constitución democrática, además de ser gobernada por la dinastía aleudada que tuvo poder sobre todo el Pelasgiótide. Lárisa fue aliada de Atenas en la guerra del Peloponeso y de Beocia.
Fue una célebre plaza militar de los macedonios en tiempos de guerra contra los romanos, siendo cedida a Roma en el 197 a.C. Ya a manos de este imperio, fue la principal localidad de Tesalia y sede de un obispado. De esta época quedan las ruinas de un imponente teatro.
Mileto
La ciudad de Mileto tuvo renombre en la Antigua Grecia por ser la cuna de la escuela filosófica jónica, con representantes de la talla de Anaximandro, Anaxímenes y Tales. Fue una de las principales ciudades griegas jónicas establecidas en la costa occidental de Anatolia o Asia Menor, en una región hoy ocupada por la provincia turca de Aydin. En las distintas épocas de la historia, Mileto tuvo trascendencia en el acontecer de la civilización griega, por ejemplo, se involucró en la Guerra Lelantina del siglo VIII a.C., y fue nombrada como participante de la Guerra de Troya de acuerdo al relato de Homero.
De igual manera, fue famosa por el total de colonias que tuvo en su territorio durante la Antigüedad, siendo adjudicadas por Plinio el Viejo más de 90 de estas localidades fundadas por Mileto y, en el tema patrimonial, destaca entre sus monumentos el Templo de Apolo Delfinio.
Patras
La historia de la tercera ciudad más poblada de Grecia se remonta a más de cuatro milenios, siendo al día de hoy uno de los principales puertos del país. Enclavada en el Peloponeso, se adjudica su fundación a un personaje mitológico, Patreo. Domina el golfo de Patras, situado en una de las ensenadas del mar Jónico, que seguramente sirvió como uno de los tantos puntos estratégicos para el intercambio comercial en la Antigüedad. La acrópolis primitiva se situaba al pie del monte Panachaikon (o Panajaicós) tal y como confirman sus ruinas ubicadas en las cercanías de la parte baja de la Patras actual.
En época romana, fue una prestigiosa urbe cosmopolita desarrollada sobre el Mediterráneo oriental y tiene notoria trascendencia para la cristiandad por ser el lugar de martirio de San Andrés. De este periodo sobreviven los restos de un odeón.
Samos
La isla de Samos estableció en épocas antiguas una ciudad que conformó la Dodecápolis jónica cercana a las aguas del mar Egeo. Para el siglo VI a.C., se erigió como un verdadero centro económico a causa de la exportación de madera utilizada para la construcción de embarcaciones y de rubros como olivas y uvas, coincidiendo con el reinado de Polícrates, que hizo de Samos el estado marítimo predominante del Egeo. En este periodo se construyeron edificios como el templo de Hera, el túnel de Eupalino y un palacio posteriormente reconstruido por el emperador romano Calígula.
Esta isla llegó a ser dominio persa luego del fracaso de la revuelta jónica en el 499 a.C y, luego de la batalla de Mícala, Samos se alió a la Liga de Delos. Su prestigio pasó a segundo orden en los periodos helenístico y romano, a pesar de que, tiempos previos, gozó de relevancia gracias al comercio marítimo manejado por su rica aristocracia. Además, fue lugar de origen de figuras renombradas para la cultura y el arte griego como Pitágoras, Teodoro, Aristarco y Epicuro.
Rodas
La isla de Rodas, situada en el archipiélago del Dodecaneso, sirvió de asiento para la antigua ciudad homónima que emergió a causa de la fundación propiciada por las polis dóricas Cámiros, Ialisos y Lindos en el 408 a.C. Fue crucial durante la Edad de Oro de la Antigüedad clásica, debido a que su estratégica posición sirvió de puente para el cruce de diversas culturas, idiomas y artes provenientes de África, Europa y Oriente Medio; esta posición la tuvo por más de tres siglos, periodo en que se levantaron importantes obras como el sistema de alcantarillado, una red de abastecimiento de agua y el monumental Coloso de Rodas, escultura destruida por un violento terremoto.
Sobrevivió sucesivamente a los periodos romano, bizantino, época de los caballeros, periodo otomano e italiano, logrando permanecer hasta la contemporaneidad. La localidad fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1988.
Tebas
Otra de las antiguas ciudades griegas de relevancia fue la que se asentó en la parte sur de la planicie de Beocia, llegando a ser la localidad más grande de esta región en la Antigüedad. Su fundación está ligada a leyendas mitológicas, siendo también lugar de historias protagonizadas por Edipo, Dioniso, Cadmo y otras figuras.
Como enemiga de Atenas, se alió a Esparta para derrotar a sus contrarios en la guerra del Peloponeso, sin embargo, diferencias por el creciente poder de los espartanos llevó a los otrora compañeros de guerra a sumirse en un conflicto civil que llevó a la mítica ciudad (que perdura hasta hoy) a derrotar al poderoso ejército espartano, logrando obtener un breve poder hegemónico hasta el 335 a.C. en vísperas de la dominación macedónica. Posteriormente, pasaría a manos bizantinas y otomanas hasta que en el siglo XIX, pasó al reino griego.
Entre su patrimonio arquitectónico destacan el palacio Kadmeo, la fuente de Edipo, el templo de Apolo Ismenio, el yacimiento arqueológico de Platea y las tumbas de los hijos de Edipo.
Tesalónica
Cerramos este recorrido por las antiguas ciudades de Grecia con la actual segunda localidad más poblada e importante de dicho país, la cual fue bautizada en honor a la esposa del monarca Casandro de Macedonia, gobernante que fundó la ciudad en el 315 a.C. (periodo helenístico). Luego de la caída de este reino, Tesalónica formó parte de la República romana, tiempo en el que sobresalió como un punto para el comercio desarrollado sobre la Vía Egnatia.
Tuvo prosperidad durante la época bizantina, a pesar de sufrir asedios constantes. Ya como dominio otomano, recibió a cientos de sefardíes expulsados de la península ibérica en 1492, población que contribuyó a un nuevo auge económico. Vuelve a ser parte de Grecia luego de las Guerras Balcánicas.
Sus monumentos paleocristianos y bizantinos son Patrimonio de la Humanidad, englobando a un nutrido conjunto de edificios que muestran la riqueza arquitectónica del lugar.
Ya que conoces cómo se llaman las ciudades griegas más resaltantes de la Antigüedad clásica, esta información también es clave para saber qué eran las polis griegas y su importancia integral para el predominio de esta civilización durante tantos siglos. Estas antiguas ciudades de Grecia, aunque desarrolladas de forma autónoma, tuvieron aportes hoy congregados en un solo legado que tuvo relevancia sobre el mundo occidental, con una cultura tan apreciada y valorada por estados y naciones posteriores que tomaron al universo griego como referente dentro de su instauración y florecimiento político, económico y social.