El
conflicto es un hecho habitual que todo ser humano afronta en algún momento de
su vida. Se produce en escenarios naturales de la convivencia humana y por ello
se ha asegurado que el conflicto es propio de la vida misma.
El conflicto resulta inseparable de la vida,
se trata de un fenómeno humano, natural e ineludible. Un conflicto representa una situación en la
que una parte percibe las ideas y la actitud de otra parte como contrarias a
las suyas.
Por
consiguiente, la vida sin conflictos significaría eliminar la diversidad. De
hecho,el conflicto, al igual que la crisis, resulta inherente
al ser humano y la mediación como una novedosa forma de solventar los
conflictos puede desempeñar un papel primordial.
Puede
considerarse didácticamente el conflicto como un valor si se estima que su
tratamiento generará una transformación enriquecedora en el ser humano. Por el
contrario, si se la enfrenta como un factor nocivo, se observará con un
resultado perjudicial para las relaciones humanas; se tratará de negociarlo en
el primer caso y de evadirlo en el segundo.
La mediación ante los conflictos
La
mediación no desconoce la existencia de la controversia, sino que auxilia a las
partes opuestas a utilizar medios apropiados para la resolución de la
controversia sin hacer uso de los organismos judiciales.
Una definición ya clásica de la
mediación indica que es la técnica mediante la cual son las mismas partes involucradas en el conflicto quienes logran un
acuerdo con asistencia de un tercero (mediador) que no tiene poder de
decisión. Se trata de un proceso cuyo propósito es identificar los puntos en
conflicto e intentar que las partes logren un arreglo.
La
mediación como forma alternativa de resolución de conflictos surgió en el
derecho norteamericano en la década de los setenta y se ha venido implementado
en otros territorios, como el europeo y el latinoamericano, especialmente en los
años noventa.
De
hecho, en gran parte de Latinoamérica, la mediación es un procedimiento
prejudicial con carácter obligatorio. El elemento frecuente de la mediación es
que son las partes quienes consiguen la forma de solventar sus controversias
haciendo uso de la figura de un tercero imparcial.
El papel del mediador
Con el propósito de alcanzar
sus objetivos, el mediador tiene que infundir confianza a las partes, quienes
deben sentir que es un tercero neutral, especialmente adiestrado para conducir
una audiencia cara a cara.
El rol del mediador consiste en
utilizar técnicas para auscultar y distinguir el lenguaje no verbal, con lo
cual colaborará con ambas partes para lograr su propia solución.
El eje de la mediación es la intervención
activa de las partes en la resolución del conflicto. No supone la existencia de
un versado en el conflicto que suministre la mejor solución, sino que les
restituya a las partes su autonomía, esto es, la libertad de decidir, por sí
mismas, una solución alternativa al conflicto planteado.
Para un profesional de la mediaciónes decisivo conseguir comprender el
conflicto y, sobre todo, entender los roles que desempeñan ambas partes en la
disputa planteada. De lo contrario, es muy probable incurrir en prácticas
triviales que no faciliten la comunicación asertiva entre las partes, ni mucho
menos, logren solucionar la controversia.
Por otro lado, es aconsejable que todo
mediador y/o conciliador -letrado- cuente con una formación académica
consistente, integrada y renovada sobre estudios psicología, sociología y
comunicación, puesto que ningún punto de vista individual resulta suficiente
para formar a un buen mediador desde el punto de vista profesional.
Obviamente,
quien pretenda ser un profesional de la mediación y/o conciliación, debe poder
añadir a su vida cotidiana modos pacíficos de tratar los demás. Y es la
coherencia entre su lo que dice y lo que hace lo que le otorgará la
credibilidad para desarrollar destrezas en el arte de entender a las personas.
Primordial
es el papel que debe cumplir el mediador en la comunicación de las partes,
justificadamente porque cuando surge un conflicto, la comunicación es lo
primero que se pierde. El mediador deberá actuar como facilitador de la
comunicación entre ambas partes y a veces hasta como intérprete de ellas,
debido a las discrepancias culturales que pueden presentarse.
En tanto los mediadores demuestren ser
efectivos, dentro de unos años, y sin necesidad de gravámenes, los ciudadanos
se inclinarían a solventar sus
discrepancias recurriendo a métodos alternativos en lugar de acudir a las
autoridades judiciales.
De lo contrario, es posible que estos métodos
se conviertan en una instancia prejudicial con los desatinos que actualmente
caracterizan a los órganos jurisdiccionales.
Características de la mediación
Las
características de la mediación son la ejecutividad, la imparcialidad, la
privacidad, la autocomposición y el principio de buena fe.
Se infiere entonces que la mediación es un
proceso confidencial y expresamente maleable, que se desenvuelve con la
participación activa de las partes. Es una técnica cambiante que se adecúa con
habilidad para ser manejada en gran cantidad de temas, ya sean en casos de
familia, patrimoniales, empresariales o de inobservancias contractuales.
Después de años de juzgados
atiborrados de expedientes, jueces que dedican interminables horas a la
atención de juicios, desgaste de tiempo y dinero…, todo indica que los métodos
alternativos de resolución de conflictos, encabezados por la mediación, cada
vez van a obtener mayor relevancia.
En la actualidad, el
sistema judicial se caracteriza por sus altos costos y falta de celeridad.
Estos problemas persistentes en el sistema judicial y el deterioro de su imagen
en cuanto a su confiabilidad lo hace incapaz de desempeñar su primordial
función: garantizar el disfrute y cumplimiento efectivo de los derechos de los
ciudadanos.
Ante este panorama, surge
la imperiosa necesidad de hacer uso de la mediación como alternativa de
resolución de conflictos. Por consiguiente, se le da mayor participación a la sociedad en la toma de decisiones y
en la averiguación de soluciones alternativas a las disputas que existen -y
que siempre existirán- entre los miembros de la sociedad.
Las estadísticas demuestran
que cuando son las partes involucradas en un problema las que lo resuelven,
existen más posibilidades de que dicho acuerdo sea cumplido cabalmente.
En este sentido, la
existencia de la mediación como opción para solucionar los conflictos añade
posibilidades en la búsqueda de una vida más satisfactoria, sin que sea
menester acudir a la vía judicial.
Aduce la autora argentina Adriana Schiffrin
que la mediación implica un cambio de pensamiento y, a su decir, costará un
tiempo quizás apartarse de principios rigurosos que implican siempre estar
predispuestos a la instauración de la vía judicial.
Quizá más que considerar una mediación
exitosa solo por su resultado, convenga valorar si se cumplieron los preceptos
de colaboración y buena fe, inseparables de dicho proceso.
La mediación restablece los vínculos sociales
En sintonía con lo expuesto, la mediación
resulta de gran utilidad, dado que procura a las partes un espacio de
deliberación y posible reconciliación. De hecho, la reconciliación utilizada
como mecanismo de aproximación al conflicto permite progresar hacia la
restauración de relaciones, siendo éste un asunto de gran relevancia para el
restablecimiento de los vínculos sociales.
Entre los principales beneficios de la mediación destaca el hecho
de tratarse de un procedimiento flexible, expedito y económico en el que se
valoran las opiniones de ambas partes, creándose una atmósfera equilibrada donde se aborda el problema, no las personas.
Quienes
practiquen la mediación deben ser conscientes de los reiterados dilemas éticos
que pueden desarrollarse y prestar atención a los valores que se proponen a lo
largo del proceso.
Para
ello es importante que el mediador integre su profesión con entrenamientos para
optimizar su desempeño, dado que, cada vez más, se requerirán métodos
alternativos que extiendan la confianza pública en terceros neutrales.
En definitiva, resulta
provechoso promover e incentivar la implementación de la mediación como alternativa
de resolución de conflictos. Así mismo, es de esperar
que el uso de la mediación -más allá de las controversias sobre la conveniencia
o no de su obligatoriedad- redunde en un beneficio para todos, contribuyendo de
esta forma a la concreción de la paz social.