El segundo animal más grande del mundo está de visita en el litoral catalán con el propósito de impresionar a habitantes y turistas. Anualmente, estos cetáceos gigantes nadan los mares españoles para alimentarse, y el espectáculo no puede pasar desapercibido por las personas que se encuentran en la ciudad de Barcelona. Las costas de Garraf son el escenario predilecto por estas ballenas, las cuales pasarán unas cuantas semanas buscando alimentos nutritivos.
Espectáculo natural de las ballenas
Las dimensiones de estos impresionantes animales sobrepasan los 24 metros de largo y su peso supera las 70 toneladas, más de 12 elefantes juntos. Aunque sus longitudes pueden ser desproporcionadas, no es del todo sencillo observarlas, por lo que las personas que deseen verlas deben acudir a las playas de Sitges y estar muy atentas.
Hay embarcaciones que solo tienen permitido acercarse a 50 metros, distancia aprobada por las autoridades del país para que los interesados en ver a los cetáceos puedan hacerlo. Como es un límite muy lejano, los que tienen suerte solo pueden ver pequeños pedazos de cuerpo.
El veterinario experto en cetáceos Eduard Degollada, explicó que, a veces, es muy complicado ver a estos animales en la superficie de los mares, y que cuando se sumergen es casi imposible predecir el lugar por el que volverán a salir. Sin embargo, reconoció que las ballenas tienen una particular afinidad con los humanos y parece que intentan acercarse a las personas si tienen oportunidad.
Un buen número de ejemplares
Desde comienzos de marzo y hasta final de junio es el periodo en el que se pueden admirar el espectáculo ofrecido por las ballenas. Los rorcuales pasean por las costas de Barcelona y Tarragona en busca de alimento durante 4 meses.
El Proyecto Rorcual contabilizó hasta el mes de abril unas 15 ballenas que aparecieron en las costas catalanas; se reportaron más de 80 avistamientos tanto por parte de pescadores como de personas en general que tuvieron la suerte de estar en las zonas por las que los cetáceos nadaron.
Fuentes oficiales informaron de que las visitas de estos animales varían de acuerdo con la temporada. Si bien hay años en los que se registra una gran cantidad de visitas, hay otros en los que la afluencia es menor. Por ejemplo, en 2015 tan solo se observaron 22 cetáceos, mientras que en el año 2016 la cantidad aumentó y se registraron 62 avistamientos de animales de esta especie.