El polémico presidente estadounidense, Donald Trump, ha declarado estar a favor de determinados métodos para obtener información de los sospechosos de estar implicados en acciones terroristas. Se trata de métodos que han sido repudiados tras conocerse de su uso en la cárcel de Guantánamo.
El nuevo inquilino de la Casa Blanca ha planteado a las claras que está dispuesto a aprobar técnicas como el ahogamiento simulado y, en sus propias palabras, “cosas mucho peores”. La polémica declaración fue ofrecida en una entrevista a ABC News.
Tales métodos fueron suprimidos cuando Barack Obama llegó a la presidencia en 2009 y, de acuerdo con Trump, él mismo se comunicó con personas en la alta cúpula de sus servicios de inteligencia para averiguar si la tortura funciona, y ellos les respondieron que sí.
Renace la Ley del Talión
El ahogamiento simulado es sólo una de las técnicas cuyo regreso se plantea: también se piensa en resucitar la exposición a perros agresivos, golpes, humillación y privación del sueño por períodos prolongados.
Estas técnicas, que se usaron ampliamente durante la Guerra del Golfo en el reclusorio de Abu Grahib, fueron instaladas en EE.UU. tras el atentado del World Trade Center, hasta su cancelación por parte de Obama.
Sin embargo, Trump ha insistido en que desea mantener al país seguro y opina que si el Estado Islámico “le corta la cabeza a los nuestros” él se siente en derecho de aplicar la tortura. “Combatiremos fuego con fuego”, ha llegado a plantear.
El regreso de las leyes depende de otros factores
A pesar de los deseos del presidente Trump, también ha manifestado que solicitará la opinión de sus más cercanos colaboradores: muy especialmente la del secretario de Defensa, James Mattis, y la del director de la Central de Inteligencia (CIA), Mike Pompeo, para determinar si se reactivan o no tales métodos.
En tal sentido, el mismo Pompeo ha dicho que no está de acuerdo con el regreso de esos métodos de interrogatorios forzados, pero concedió la posibilidad de modificar el manual diseñado para regular los procesos de interrogación militar y de inteligencia.
Trump afirmó que asumirá la decisión que le recomienden sus colaboradores y que si Pompeo y Mattis se muestran en desacuerdo con la aplicación de tales técnicas, no forzará lo contrario, sino que trabajará con el fin de proteger al país sin tales herramientas.