Muchas veces no entendemos las reacciones de otras personas ante una misma realidad. Se salen de nuestra lógica y eso es fuente de conflictos, aunque también de oportunidades creativas.
Esto sucede porque la mayor parte del tiempo nuestro cerebro funciona en modo «piloto automático», está diseñado así. El cerebro prioriza la rapidez a la calidad de la respuesta. Ante una amenaza no se «entretiene» a reflexionar sobre las diferentes opciones para valorar la conveniencia de una respuesta u otra, le puede costar la vida.
La biblioteca de la mente
La primera vez que el individuo se enfrenta a una situación, debe dar una respuesta y su calidad dependerá mucho de las circunstancias en ese momento. Esa respuesta quedará archivada en el cerebro, como en una librería.
Cuando se repite un evento similar al que ocurrió de forma primigenia nuestro cerebro buscará, comparará datos y «recuperará» la información más parecida al caso que tiene delante, y eso lo hace en segundos, de forma automática.
El registro de experiencias (la memoria) está compuesto físicamente por redes de neuronas que se conectan entre sí formando estructuras específicas. Todas ellas van conformando esa «biblioteca» de vivencias a disposición del mismo cerebro para cuando tenga que enfrentarse a nuevas situaciones.
Este mecanismo es sumamente útil y efectivo, pero dependiendo de cómo se haya grabado la experiencia, puede convertirse en un grave problema. Esto lo vemos claro con las experiencias traumáticas, como un abuso sexual (por ejemplo).
La persona que lo ha padecido asocia en sus redes neuronales la sexualidad con una vivencia dolorosa o humillante y, por ende, ante una posible relación sexual, aunque sea deseada y con una persona de confianza. El «programa» grabado en las neuronas va a ser activado y traerá al consciente dolor y rechazo. La otra persona quedará desconcertada si no conoce los antecedentes.
Las terapias como el psicoanálisis, el conductismo, etc., tratan de llegar a esas redes neuronales, re-programar la respuesta y desbloquear la vida de la persona afectada.
Los traumas son un ejemplo muy claro, pero existen infinidad de conductas que no son tan graves y que condicionan lo que somos o lo que hacemos. Son pequeñas cosas que nos bloquean o impiden vivir una vida más plena. Los profesionales del coaching las llaman conductas limitantes.
Cómo se construyen y recuperan los recuerdos
¿Cómo acceder a esas «librerías» limitantes y re-programarlas de una forma más eficaz? Para poder avanzar en ese terreno, hemos de comprender no solo cómo se construyen los recuerdos, las ideas, las respuestas, sino, además, cómo se recuperan.
Los actuales ordenadores también almacenan datos y los agrupan, formando librerías, pero lo hacen de forma cartesiana:
Imaginemos un armario con estanterías y columnas, guarda una parte en la estantería A1 (arriba del todo a la izquierda), luego en la A2 y así sucesivamente.
Mientras hace esa tarea lleva un registro de dónde guarda cada cosa. Si, por alguna razón, se daña ese registro, es imposible recuperar nada, aunque el dato sigue existiendo.
La informática es bidimensional, el armario tiene 2 dimensiones, pero nuestro cerebro es completamente distinto. No hay estanterías, no hay registro y hay más dimensiones.
El organismo humano funciona por una combinación de procesos químicos y eléctricos que reparten las órdenes a los órganos y coordina sus funciones. Esos procesos químicos y eléctricos funcionan de manera autónoma, pero existen unos «interruptores» que los activan o apagan. Uno de esos interruptores son las emociones.
Los recuerdos se guardan con más o menos detalle según la intensidad de la emoción asociada. Estaremos de acuerdo en que una vivencia irrelevante nos costará más de recordar que otra muy intensa. La intensidad de la emoción no solo es clave para guardar bien el recuerdo, sino que es el hilo conductor para recuperarlo.
Realmente las emociones se parecen mucho a los iconos de nuestros ordenadores o móviles: en sí mismos no son nada, un símbolo en la pantalla, pero si haces clic con el ratón o el dedo desencadena procesos reales,como ver un vídeo, hacer una transferencia bancaria, escuchar música, etc.
Si “hacemos clic” en las emociones, activaremos vivencias, respuestas y acción, por eso son tan importantes en nuestra vida
Alex Acero es especialista en ventas, marketing, TIC, organización de empresas y consultor iKoaching (ikoaching.com). Híbrido de comercial y tecnófilo. Formado en ventas, marketing, programación informática, autómatas y algunas cosas más. Apasionado por comprender tanto el código de la comunicación persuasiva como el «pensamiento» de las máquinas. LinkedIn | Web
- La Vanguardia. (2018, Nov 27). La realidad es una construcción mental. Recuperado el 19 de diciembre de 2018 de https://www.lavanguardia.com/lacontra/20181127/453194729147/la-realidad-es-una-construccion-mental.html.
- Jot Down. (2017, Sep). Borre solo este recuerdo, por favor. Recuperado el 19 de diciembre de 2018 de http://www.jotdown.es/2017/09/borre-solo-este-recuerdo-por-favor/.
Están claros los «por qué» del texto, pero no responde a la pregunta medular (del titulo) el «para qué» de las emociones, no describe la funcionalidad de estas