“A quien madruga, Dios le ayuda” es un dicho que generalmente pronuncian las personas mayores, o esas personas sabias que están seguras de que comenzar bien las mañanas es un factor de éxito.
Pero, ¿es necesario levantarse temprano para alcanzar el éxito? Si se le hace esta pregunta a personas exitosas, como Oprah Winfrey, Warren Buffett, Benjamin Franklin o Beethoven, probablemente contesten de manera afirmativa, según sus propias experiencias.
Y si levantarse temprano es clave para alcanzar todas las metas y sentirse más pleno, ¿cuál es la mejor rutina a seguir por las mañanas?
A continuación detallamos cómo crear una súper rutina matinal para alcanzar el éxito en todo lo que nos propongamos.
Aprovechar la noche anterior para preparar, no solo lo que se va a hacer el día siguiente, sino cómo afrontarlo, es el primer paso.
Para ello hay que realizar una serie de hábitos sencillos para preparar el cuerpo y la mente para el descanso:
Reducir el tiempo frente a la pantalla (tanto de la tele, como del ordenador y del móvil) antes de dormir es una práctica muy efectiva, ya que la luz de los dispositivos electrónicos interrumpe el sueño.
Tener una lectura ligera, de al menos 20 minutos, en la cama, propicia el sueño y garantiza un descanso más reparador que si se ven las noticias o se consultan las redes sociales.
Las alarmas de sonido resultan bastantes desagradables y generan un rechazo psicológico hacia la idea de levantarse temprano. Además, generan estrés y provocan comenzar el día con negatividad.
Usar un despertador que emita una luz similar a la del amanecer es mucho mejor, ya que activa las respuestas circadianas del organismo al simular el estímulo del sol. Esto hace del despertar un ritual mucho más placentero.
Otra práctica que ayuda mucho, y que complementa al despertador con luz, es la regla de los 5 segundos.
Consiste en contar regresivamente desde 5 hasta 1 justo en el momento de levantarse de la cama. Este hábito estimula la corteza prefrontal, activando la atención.
Una dosis de cafeína por la mañana es beneficiosa para la salud.
La cafeína, es una sustancia psicoactiva que estimula el sistema nervioso central, lo cual es de gran ayuda para estar más atentos durante la mañana. En el caso de que no se pueda tomar cafeína, beber una taza de té consigue los mismos objetivos.
Por otra parte, darse una ducha por la mañana en la que se termine con agua fría es un ritual que, a pesar de que puede parecer poco placentero, resulta extremadamente efectivo.
El contacto del agua fría en la piel activa la norepinefrina, un neurotransmisor necesario en situaciones de alerta, que moviliza el cuerpo y el cerebro para la acción.
Muy pocos se atreven a afirmar que es divertido levantarse temprano para empezar a entrenar en el gimnasio a las 6:00 a.m., pero la realidad es que ejercitarse por las mañanas aporta grandes beneficios.
Además, no es estrictamente necesario tener que ir al gimnasio. Un trote suave durante 30 minutos por el parque más cercano puede ser suficiente.
Este hábito disminuye los niveles de cortisol en el organismo y aumenta la producción de serotonina y dopamina.
¿El resultado? Una actitud positiva y una sensación de bienestar justo en las horas más cruciales del día.
Practicar la meditación por las mañanas, durante 10 o 20 minutos, no solo ayuda a conectarse con el universo y con uno mismo.
Este hábito también incentiva una actitud de sosiego y paz, generando resultados positivos para la salud física y mental.
Si se acompaña esta práctica con ejercicios de agradecimiento y estiramientos de yoga se potencian los beneficios.
Para ejercitar la mente, se recomienda escribir tres páginas diarias en un cuaderno personal plasmando las metas diarias o las actividades a cumplir a lo largo del día.
Se ha comprobado que esta práctica combate los síntomas depresivos, mejorando la creatividad.
Más allá del simple hecho de practicar una religión, tener la espiritualidad como parte de los puntos habituales a tratar cada mañana es primordial.
Esta actividad puede variar según los gustos de cada uno. Por ejemplo, se puede caminar descalzo sobre el césped acompañado de algo de lectura que fomente el desarrollo personal.
No necesariamente tienen que ser libros de autoayuda, pueden ser títulos inspiradores, frases de agradecimiento, o cualquier contenido que aporte tranquilidad y alegría.
Esta rutina ayuda a elevar la consciencia y el espíritu, y a sentirse abierto a soluciones y nuevas posibilidades.
Sin duda, todos estos hábitos se leen casi como un decálogo imposible de llevar a cabo en una mañana, antes de enfrentar la faena diaria, pero, los riesgos de no intentar al menos algunas de estas rutinas pueden ser devastadores para el rendimiento diario.
Además, detenerse un momento durante el día para tener unos minutos de encuentro y reflexión interior es un buen hábito manera se pretende crecer en la vida, en el trabajo y en las relaciones?