Ante las adversidades y la complejidad que representa existir en este mundo, las personas necesitan soluciones simples, y estas nacen del pensamiento sistémico… ¿Pero cómo se puede pensar de esa forma?, ¿qué es pensar de forma sistémica? A continuación, en esta entrada definimos qué es el pensamiento sistemático, con ejemplos incluidos, y enlistamos los cursos que pueden ayudarte a canalizar este enfoque.
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Iniciamos con la definición de pensamiento sistémico, porque la mayoría de las veces, cuando una persona escucha la palabra “sistema” lo asocia con algo administrativo o informático, pero la verdad es que un sistema está presente en distintos ámbitos de la vida porque es una red interconectada de partes que trabajan por igual; esa es una simple definición de sistémico.
El pensamiento sistemático es una forma de ver el mundo interconectado con jerarquías. Teniendo este enfoque claro una persona puede enfrentarse a un problema y solucionarlo, parte por parte, hasta dar con un todo. El enfoque del pensamiento sistémico se encarga de analizar un sistema completo para identificar cómo todas las partes interactúan entre sí.
En síntesis, la definición de pensamiento sistemático más simple es que es una práctica en la que se desarrollan estrategias para investigar factores e interacciones que podrían dar uno o varios posibles resultados, pero también es una mentalidad que ayuda a comprender cómo funciona el trabajo en equipo con distintos tipos de personas, para poder llegar a un fin, resolver un problema o lograr casi cualquier cosa.
El pensamiento sistémico tiene gran valor porque el conocimiento sistémico puede evitar “impactos indeseados” dentro de las jerarquías de un sistema o en el ciclo de la vida. Asimismo, el pensamiento sintético puede aplicarse en la ciencia, y los negocios; también, como hemos indicado en el concepto de sistemático, se aplica en las decisiones personales y la resolución de distintos problemas, que no siempre son simples y varían en su complejidad.
Si nos guiamos por el concepto de sistemática, el pensamiento sistémico tiene soluciones simples para problemas complejos porque requiere de estructuraciones y técnicas que dan con soluciones que se han pensado bien. En este sentido, el pensamiento sistemático puede aplicarse en todos los ámbitos, así como en un entorno natural.
Es ideal pensar en los distintos ecosistemas que conocemos y cómo estos han cambiado para poder identificar que han pasado por una especie de “efecto dominó” en el resto del sistema, y eso produjo cambios impredecibles.
Lo mismo pasa en un sitio de trabajo, pues los profesionales deben tener integrado en su pensamiento nociones de distintos sistemas para poder hacer bien su trabajo, no solo basta con simples nociones. Por ejemplo, una enfermera tiene que conocer la anatomía humana, al tiempo que debe tener un trato amable con las personas, y debe saber gestionar toda la información, para finalmente suministrar el tratamiento de la persona en cuestión.
Realmente no hay diferencia entre sistémico y sistemático, y todas las personas que se lo propongan, pueden abrir más su mente para adaptarla al cambio y poder desarrollar el pensamiento sistémico. No está de más decir que la percepción sistémica es una herramienta que sirve como recordatorio de que siempre debemos evaluar las cosas y situaciones en un panorama general.
Puede ser que el proceso de hacer una disección sea fácil, pero el objetivo del pensamiento sistemático y sistémico es que las personas puedan ver cómo interactúan las partes individuales para formar un todo, aunque signifique algo desafiante.
Tener desarrollado el pensamiento sistémico permite —por ejemplo, en el área laboral— de forma individual o grupal hacer cambios o resolver problemas necesarios para ver cómo estos podrían impactar en el proyecto en curso. Es decir, hay que evaluar todas las posibilidades para poder ver con claridad los tantos factores y ver si impactarán de forma negativa o positiva en el resultado final.
La teoría de sistemas se emplea para la comprensión de sistemas que no son fáciles de comprender, predecir o modelar utilizando únicamente el pensamiento estándar basado en un análisis superficial. Existen más de 20 teorías que se usan en el pensamiento sistémico, pero en esta sección enumeramos las más significativas.
El pensamiento sistémico requiere pasar de la mentalidad lineal a la circular para entender que todo está interconectado científica y biológicamente hablando. La interconexión en el pensamiento de sistemas trata de ampliar la visión sobre la dependencia de una cosa u otra para sobrevivir. En este caso, las personas necesitan sustentar su vida, cuerpo y mente con la comida, el aire fresco, el agua, ejercicios, diversión.
La síntesis, en el sistémico y sistemático, se refiere a la combinación de dos o varios factores para crear algo nuevo. Es decir, este sistema de pensamiento es contraposición al análisis, y busca comprender el todo, las partes que lo componen, también las conexiones y relaciones que permiten ver la interconexión que hemos mencionado anteriormente.
En el razonamiento sistemático se entiende que las cosas más grandes surgen de lo más diminuto. Así que la emergencia es el resultado natural de las cosas que se unen de formas diversas y únicas; en este caso, la emergencia describe la interacción de un todo.
Por ejemplo, un copo de nieve se forma a partir de factores ambientales y elementos biológicos cuando la temperatura es la adecuada y las partículas de agua helada crean estos lindos patrones fractales partiendo de una sola molécula. Entonces, una persona tiene la capacidad de crear resultados emergentes de cosas aleatorias y extrañas con las cuales se ha topado o ha analizado.
Cuando pensamos en qué es el pensamiento sistemático entran en juego los anteriores conceptos que hemos mencionado arriba, para unirse con los bucles de retroalimentación, que se presentan como causa y efecto.
En esta relación causa-efecto secuencia de causa-efecto, la mente responde a los eventos o datos con base en el reconocimiento de un resultado para, posteriormente, poder tomar decisiones futuras en distintas situaciones. De esta forma, el cerebro aprende y entiende más sobre las codificaciones de los sistemas.
Tras la compresión de los bucles de retroalimentación una persona puede obtener una perspectiva de la causalidad. Es decir, comprende cómo una cosa da como resultado otra cosa en un sistema dinámico, variable y en constante evolución.
La causalidad, en lo qué es pensamiento sistemático, busca constantemente poder descifrar la forma en que las cosas suceden y cómo se influyen entre sí en dentro de un sistema. El resultado de esta comprensión es contar con una perspectiva más profunda de las conexiones y los bucles de retroalimentación.
El mapeo de sistemas también entra en el rango de lo qué es ser sistemático, y es una de las herramientas clave para una persona que tiene un pensamiento sistémico. El mapeo de sistema consiste en identificar y distribuir los elementos que están dentro de un sistema para comprender cómo están interconectados, la relación entre ellos y cómo se desenvuelven en un sistema complejo.
El mapeo de sistemas forma parte de lo qué significa sistémico, porque ayuda a utilizar los conocimientos para hacer cambios o intervenciones en una idea o proyecto, así como para tomar decisiones drásticas que pueden cambiar el sistema de forma eficiente.
Tras hacer un desarrollo de qué es pensamiento sistémico, es momento de abordar las raíces que dieron pie al significado de sistemático. En esta sección abordaremos el origen del pensamiento sistémico, para poder entender cómo se ha desarrollado en el tiempo y ha mostrado el verdadero significado de sistemática.
Para empezar con las primeras bases teóricas del pensamiento sistémico, haremos un salto al pasado, exactamente en 1950, cuando el significado de sistémico se empezaba a aplicar a la ciencia y la tecnología, cuando varios expertos —entre ellos el filósofo austríaco Ludwig von Bertalanffy (1901-1972) y el economista británico Kenneth Boulding (1910-1993)— reconocieron la necesidad de aplicar un enfoque “transdisciplinario” para afrontar las complejidades, así que se enfocaron desarrollar una “teoría general de sistemas”.
Posteriormente, el pensamiento sistémico se convirtió en un término genérico para “diferentes desarrollos de la posguerra” como en la cibernética, la ciencia, ingeniería de sistemas, la teoría de la información, de los juegos y autómatas, así como en la teoría de redes, teoría de juegos, teoría de autómatas, y también en la investigación de operaciones.
El resultado fue pasar del pensamiento reduccionista al pensamiento holístico, que está destinado a comprender “los vínculos entre las partes y aumentar la comunicación organizacional”; lo que hemos explicado anteriormente sobre las teorías de sistemas.
Por su parte, el estadounidense Barry Richmond (1947-2002), una figura conocida en el campo del pensamiento sistémico y la dinámica de sistemas, acuñó el término de “pensamiento sistémico” en 1987, y escribió en 1991, que “a medida que aumenta la interdependencia, debemos aprender a aprender de una nueva manera”. Dijo Richmond que no era suficiente con ser muy inteligentes, pues “debemos tener un lenguaje y un marco comunes para compartir nuestros conocimientos especializados” y la experiencia con “expertos locales” que forman parte de la red.
“Necesitamos un esperanto de sistemas (lenguaje universal). Solo entonces estaremos equipados para actuar con responsabilidad. En resumen, la interdependencia exige un pensamiento sistémico. Sin el, la trayectoria evolutiva que hemos seguido desde que salimos de la sopa primordial será cada vez menos viable”.
Entonces, la prevalencia del pensamiento sistémico, como es evidente, que ver con lo ético y lo social porque también necesitan cambios prácticos en la toma de decisiones; lo mismo aplica para el área científica y tecnológica, que no puede estar cegada por la arrogancia, y más bien debe apoyarse más en este sistema de pensamiento.
A finales del siglo XX, el Instituto de Santa Fe llevaba años de investigación sobre este modelo de pensamiento y los sistemas complejos, y finalmente dio con un cambio de paradigma en el pensamiento científico. Sus investigaciones se enfocaron en dar con un pensamiento orientado hacia “el desequilibrio, la autoorganización, la dinámica no lineal, la emergencia y la imprevisibilidad”; de nuevo, conceptos que se alinean a las teorías de sistemas y a la visión de Richmond.
En 2011, en On System Thinking and The Systems Approach, su análisis sobre el enfoque de sistemas, Asterios G. Kefalas (1936-2020), sostuvo que el pensamiento sistémico es “una visión del mundo” y, por lo tanto, funciona como un esquema conceptual en el que cada persona “organiza sus pensamientos y acciones” basándose en la realidad.
Asimismo, planteó que el pensamiento sistemático es interdisciplinario y busca “construir un punto de vista general” tomando partido de varias disciplinas que se diferencian del “pensamiento científico convencional”. Kefalas también declaró que el pensamiento sistémico ve a los fenómenos del mundo real como sistemas y, a su vez, hace énfasis en la forma en la que se interrelacionan e interaccionan entre sí para llegar a un fin.
Estudios recientes sobre el pensamiento sistémico han estado de acuerdo con muchas de las teorías que hemos explicado en esta entrada, pero han otorgado una visión más actualizada de la definición de pensamiento sistemático. Por ejemplo, en Health Systems Research and Critical Systems, Thinking: The Case for Partnership (2020), que investiga los sistemas y la ciencia del comportamiento, quedó establecido que este modo de pensar reconoce la existencia de “una estructura y fuerzas poderosas que afectan los resultados incluso sin que la gente se dé cuenta”.
Mientras que el artículo Bringing systems-Thinking into the Classroom (2020) de la revista International Journal of Science Education, los autores explican que el pensamiento sistémico “reconoce que el mundo existe en ciertos aspectos circulares con una estructura que crea las condiciones que enfrentan las personas”, pero advierten que cada acción trae consecuencias únicas e impredecibles.
El pensamiento sistémico se ha ido incrustando mucho más en el pensamiento colectivo para que las personas puedan comprender cómo funciona y cómo pueden optimizar el rendimiento de los distintos sistemas aplicando este enfoque. Para coexistir con este modo de pensar es necesario practicar, explorar y comprender los patrones o jerarquías que lo hacen funcionar, al tiempo que se crean nuevos paradigmas y se rompen esquemas.
Ahora bien, tras el repaso histórico del pensamiento sistemático, hablaremos en esta sección de las características del pensamiento sistémico. Una de tantas es la limitación, pues todos los sistemas tiene controles, duración, radio de influencia y un modelo de operación; es decir, no es estático, puede variar según el tiempo y el ámbito. Otras características o principios de este enfoque son:
Es imperativo saber que una característica clave del pensamiento sistémico es el pensamiento holístico, hay que buscar el todo en cada una de las partes que se han analizado. Esto implica estudiar los patrones de comportamiento para ir en busca de las mejores decisiones para un proyecto personal o laboral. Las visiones positivas y negativas cuentan por igual cuando se evalúan las posibilidades en busca de un cambio.
Otra característica clave del pensamiento sistémico es la formulación de preguntas y tener la voluntad de hacer los cuestionamientos adecuados. Es necesario identificar el problema, nombrarlo, e ir en busca de los factores que influyen en dicho problema; las personas deben indagar para encontrar las respuestas, siempre y cuando se hagan las preguntas adecuadas. Asimismo, hay que tomarse el tiempo de experimentar cada paso de la investigación para dar con las respuestas y no quedarse solo en las adivinanzas.
La jerarquía es otro de los principios del pensamiento sistemático, porque existe un orden vertical en los sistemas y suprasistemas, y cada elemento ocupa un lugar correspondiente. Por eso es importante el pensamiento holístico.
Seguidamente, otro elemento que conforma la percepción sistémica es la relación. Por supuesto, debe existir una relación entre los elementos de un sistema (o entre sistemas distintos del mismo suprasistema) para que puedan generarse, polaridades, cosas en común o elementos distintivos, para poder formular teorías.
La equifinalidad es otra de las características del pensamiento sistémico y consiste en llegar a un fin por medio de distintos mecanismos y condiciones. En este caso, los sistemas avanzan hacia un punto en específico siempre que contemplen el mismo propósito, no importa los caminos que tomen para concretarlo.
El principio de la estructura tiene que ver con el modelo de iceberg (10% sobre el agua y 90% bajo el agua), el cual se utiliza a menudo para describir el pensamiento sistémico. Sencillamente, con este modelo se busca hacer relación entre el sistema, que es la superficie, y la profundidad, que es todo lo que debemos identificar y conocer mediante el pensamiento holístico y las preguntas adecuadas.
Avanzando con el conocimiento sistemático, vamos a enlistar varios ejemplos de pensamiento sistémico para ilustrar mejor el contenido, al tiempo que damos una idea más clara de cómo funciona este enfoque. Estos son cuatro ejemplos del enfoque sistémico:
Google, que inició como dos personas y un algoritmo, es uno de los mejores ejemplos de sistemático, porque a medida que la compañía fue viendo su crecimiento se dio cuenta de que debía trabajar a escala gigante. No solo creó grandes sucursales y centros de datos que requieren un consumo energético importante, sino que trabajó para retribuir todo lo que ha consumido.
Actualmente, Google es el mayor inversor y representante mundial de energías renovables. Con esta forma de trabajar el gigante tecnológico ha crecido como marca, a nivel económico, pero también ha crecido en cuanto a las inversiones positivas para la naturaleza.
Continuando con ejemplos del análisis sistémico, tenemos a Subaru Motor Company, el fabricante japonés de automóviles, que tiene la única planta de fabricación de coches con “Zero Waste” (cero residuos) en Estados Unidos.
Al igual que Google, Subaru se ha enfocado en invertir en el capital natural, al tiempo que la compañía sigue beneficiando su entrada financiera. De hecho, con esta política de cero residuos, Subaru tiene márgenes de ganancia que están muy por encima de otras empresas de automóviles.
Entre otros ejemplos del método sistemático tenemos al gran Leonardo Da Vinci, el pintor italiano que, aunque ganó fama mundial por sus obras, fue todo lo que quiso ser en su búsqueda del conocimiento; fue un matemático, geólogo, anatomista, escritor, botánico… y la lista sigue.
Da Vinci quiso aprender tanto como pudo, y eso lo llevó a convertirse en un hombre de pensamiento sistémico. Halló las interconexiones necesarias, quedó maravillado y dijo: “Date cuenta de que todo se conecta con todo lo demás”. Luego, quedó para la posteridad su obra El Hombre de Vitruvio o Estudio de las proporciones ideales del cuerpo humano según Vitruvio (1492).
El Hombre de Vitruvio es un perfecto ejemplos del conocimiento sistemático, pues más que una obra de arte, es el resultado de todos los estudios del artista para dar con una pieza invaluable.
Un bate y una pelota juntos cuestan 110 euros. Si el bate cuesta 100 euros más que la pelota, ¿cuánto cuesta la pelota?
Este es un acertijo sencillo, pero tiene una cáscara de banana en la que muchos pueden caer al afirmar que la respuesta es 10 euros, cuando en realidad son 5, ¡piensa de nuevo!
Este ejemplo de pensamiento sistemático tiene mucho que ver con la forma en la que pensamos tan rápido sin buscar detalles u otras perspectivas. De hecho, el psicólogo Daniel Kahneman, ha abordado situaciones como esta cuando explica que las personas toman decisiones impulsadas por dos sistemas de pensamiento:
Dicho esto, Kahneman afirma que estos dos sistemas son las distintas maneras en las que la mente humana reacciona a las situaciones, amenazas, y también influyen en la formación de los pensamientos.
Como hemos dicho al principio del texto, el pensamiento sistémico puede aplicarse en distintas áreas de la vida, ya sea personal o laboral, y para poner en práctica el pensamiento sistemático no está de más tomar cursos que te ayuden a explotar el potencial de tu mente. A continuación, enlistamos ocho opciones que no te puedes perder:
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