El origen de Japón estuvo marcado por un notable número de acontecimientos que generaron diversas transformaciones en todos los ámbitos de esa sociedad, cambios que contribuyeron a la consolidación del antiguo imperio. Entre los periodos japoneses de la historia vale la pena mencionar la época Asuka, trascendente periodo caracterizado, principalmente, por la llegada del budismo a territorio nipón, acontecimiento que marcó para siempre el desarrollo político y religioso de esta región. En este artículo profundizaremos en los aspectos más relevantes del periodo Asuka, quizás el más importante dentro de la historia de la cultura japonesa.
Imperio del Japón:
Historia, características, ideología y consecuencias del imperialismo japonés
Para mayor comprensión del tema a tratar y a manera de elaborar una historia de Japón resumida, resulta fundamental saber qué fue el periodo Azuka, el contexto temporal en el que estuvo vigente dicha época (que, desde la visión eurocéntrica, coincide con el desarrollo de Japón en la Edad Media) y los periodos japoneses previos y posteriores a la época en cuestión.
Dentro de la periodización histórica y cultural del Japón, se trató del periodo donde se dieron cambios significativos en el aspecto político, social y artístico del antiguo imperio, debido a la introducción del budismo, llegado bajo la fuerte influencia de los modelos de gobierno y de cultura tanto de Corea como de China. También se le denomina periodo Yamato por ser esta provincia, específicamente en el Valle de Asuka (actual ciudad de Nara), donde prevaleció el sistema de gobierno de la región nombrada y, al mismo tiempo, se dio impulso al desarrollo de la creencia budista.
Cabe acotar que es uno de los periodos japoneses más relevantes de la historia de dicha nación, comparándose con otros como el periodo Yayoi, donde se introdujo las prácticas del cultivo de arroz, la alfarería y la metalurgia; el periodo Kamakura, en el cual cobró fuerza el shōguncomo figura militar y política del momento; y la transición de la edad Premoderna a la Moderna con el periodo Edo en Japón.
La época Asuka tuvo vigencia entre los años 552 y 710 d.C. De acuerdo a la clasificación hecha por el arqueólogo Charles T. Keally, tomando en cuenta la producción artística y el progreso político que contribuye a la periodización de la historia japonesa, el periodo Asuka se vivió como un subperiodo del Kofun tardío que, a su vez, fue el último periodo de la prehistoria nipona.
Como primer subperiodo del Kofun tardío, el periodo Asuka se desarrolló luego del denominado Kofun medio, época donde se afianzó la influencia de China y de Corea en el acontecer del Japón de este entonces, y de cuya relación se dio forma a aspectos como el político, artístico y cultural, motivado a la introducción del budismo.
Por otra parte, la época Asuka precedió al segundo subperiodo del Kogun tardío, llamado Hakuhō, donde se establecería el gobierno imperial, fortalecido en el 710 durante el periodo Nara, cuando se consolida la centralización estatal en Heijō-kyō, un hecho que representa el fin de la Prehistoria y la llegada de la Edad Antigua japonesa.
A lo largo del periodo Asuka, se generaron algunos acontecimientos históricos que determinaron y caracterizaron a esta época en particular. Entre ellos están:
Como se mencionó previamente, las relaciones diplomáticas que tuvo Japón con Corea y China, impulsaron la introducción de esta creencia en territorio nipón, específicamente en 552, cuando Syong-Myong, monarca de uno de los tres reinos de Corea, envía al Emperador japonés Kinmei, a manera de obsequio, una estatua de Buda y manuscritos en sánscrito.
Posteriormente, ante la necesidad de crear un Estado centralizado sólido, Japón tomó como referencia el empleo de la religión como factor que garantizaba la legitimidad del poder en la figura del emperador, por lo que comenzó el impulso de la adopción del budismo como religión oficial.
A pesar de los fuertes enfrentamientos que generó esta medida, que incluso llegó a convertirse en una confrontación armada entre defensores budistas y sintóistas conservadores, la victoria del primer bando en 587 garantizó la difusión de la creencia, de la mano de la poderosa familia Soga, que rápidamente se emparentó algunos de los miembros de la corte imperial para determinar asegurar el poder.El hito más importante de esta época fue el ascenso al trono de Suiko, que marcaría el inicio del periodo Asuka en el ámbito político.
Si bien Suiko asumió el cargo de Emperatriz, en 593 se designó su regencia, la cual recayó en el príncipe Shōtoku, que con el tiempo se convirtió en una de las figuras más importantes de la historia japonesa. Fue él el que tomó como eje del estado a la religión budista, siguiendo el modelo chino, y el que, a su vez, promovió la construcción de múltiples templos de esta creencia.
Vale destacar que la difusión de esta fe y de su filosofía impactó también en el acontecer artístico de la época, concretamente en la arquitectura, escultura y pintura del periodo Asuka que, paradójicamente, fueron géneros desarrollados de la mano de artistas coreanos y chinos.
De la mano del regente Shōtoku, en 604 se creó la primera constitución de la historia japonesa, basada bajo los principios de armonía, lealtad y fidelidad, propios del confucionismo, y que fueron determinantes para la publicación de diferentes códigos de conducta y ética gubernamental. A su vez, este documento garantizaba la protección del budismo como religión oficial, siendo la figura del Emperador considerada como «hijo del cielo y padre de la Tierra».
Ante la muerte de las figuras más influyentes de la época, el príncipe Shōtoku (622) y Soga-no-Umako, patriarca de la familia Soga, fallecido en 626, se generó un clima de inestabilidad política generado por el vacío de poder. Esto motivó un nuevo enfrentamiento armado entre familias que se disputaban el trono, hasta que en 646 ascendió el Emperador Kōtoku (respaldado por los clanes aristocráticos), el cual llevó a cabo una serie de importantes cambios que motivaron una reorganización a nivel político y económico.
Así, la reforma Taika estableció medidas como la sistematización en la recaudación de impuestos, el poder total del Emperador sobre todo recurso agrícola, la división político-administrativa de la nación en provincias, distritos y aldeas y la abolición de la propiedad privada.
A partir del año 701 se aprobaron diversos decretos que rigieron el acontecer legal del Japón en épocas posteriores. Uno de los más destacados fue el código Taihō, que contemplaba decisiones de carácter penal y administrativo, además de promover el equipamiento y formación del ejército, siguiendo el modelo chino.
Aunque el periodo Asuka trajo consigo cambios trascendentales para el devenir del Japón, algunos factores, eventos y causas que surgieron en lo interno del poder imperial aceleraron el fin de esta significativa época. De este punto, vale la pena detallar los siguientes aspectos:
Las medidas y transformaciones que generó la reforma Taika impulsada en su momento por el Emperador Kōtoku, promovieron la centralización del Estado imperial que, en gran medida, trajo como consecuencia uno de los cambios más importantes de la época, siguiendo el ejemplo de la casa imperial china. Así, por ejemplo, de ser un gobierno con sedes temporales, a partir de 710 se estableció una capital permanente en Nara, ciudad que, de hecho, da el nombre del siguiente periodo histórico japonés.
Una confrontación por sucesión se llevó a cabo en el 672 después de la muerte del Emperador Tenji. Los protagonistas de esta disputa fueron los príncipes Ōama y Ōtomo (respectivamente, hermano e hijo del fallecido gobernante) que luchaban por el poder, trayendo consigo una guerra civil por espacio de un mes, donde salió victorioso Ōama, forzando la salida al trono de su sobrino que, después de la derrota, puso fin a su corto reinado de ocho meses y a su vida, cometiendo suicidio. Esta inestabilidad contribuyó a que poco tiempo después se diera fin al periodo Asuka.
Por el corto espacio de un año, se produjeron una serie de eventos que afectaron notoriamente al Imperio japonés. Entre el 686 y 687 se desarrollaron acontecimientos como un terremoto, el incendio de un palacio, la predicción de la muerte del Emperador Temmu que, en efecto, se cumplió tiempo después, y la ejecución de su hijo, el príncipe Ōtsu, al intentar tomar posesión del trono dejado por su progenitor, buscando usurpar la figura de la Emperatriz Jitō.
Como se pudo leer, el periodo Asuka ha sido uno de los más importantes del acontecer de Japón por los cambios trascendentales que se vivieron en materia política, económica, social, cultural y artística, impulsados en gran parte por la cercanía que tuvieron los dirigentes de ese entonces con fuertes estados asiáticos como el de China y Corea. Lo más resaltante de la época Asuka, sin duda, fue la adopción del budismo como religión oficial del naciente Imperio, que de igual manera, vivió en este contexto una serie de transformaciones que marcarían el destino de lo que hoy conocemos como Japón.