Hay piedras de todo tipo, desde las blandas, que se rompen fácilmente, hasta los durísimos diamantes. Algunas de ellas pueden poner en riesgo la vida aún sin necesidad de golpearse con ellas. Esto es sabido desde mucho antes de que el matrimonio Curie falleciera a causa de la radiación.
Tipos de plásticos:
Composición, toxicidad y usos
Los antiguos alquimistas sabían que había algunas piedras que era mejor no tener cerca, y dejaron constancia de ello en sus escritos. La mayoría de estos minerales envenenan por contacto o enrarecen el aire al desprender finas partículas. El resultado es que acortan la vida de quien las manipula.
La obsesión de muchos alquimistas fue encontrar o fabricar la piedra filosofal. Se suponía que convertía en oro todo aquello que tocase, y que podía garantizar vida eterna a su poseedor. Pero la mayoría solo logró hacerse daño.
Muchos usaron el cinabrio –que en realidad es sulfuro de mercurio–. Contiene suficiente mercurio como para envenenar a quienes se exponen a ella sin tomar las precauciones debidas. Actualmente se usa para extraer el mercurio, que tiene múltiples usos en medicina y en la búsqueda de oro.
La pirita u óxido de hierro libera arsénico y puede ser muy venenoso para el ambiente. También tiene un gran parecido con el oro, razón por la cual se le conoce como “oro de los bobos” o “falso oro”.
Una mención aparte merece la familia de los asbestos, conocidos por ser cancerígenos. El amianto azul, o crocidolita, es uno de ellos y se considera sumamente peligroso. Se usa para crear aislamientos térmicos. Tiene el récord negativo como responsable de un millar de fallecimientos entre los mineros de Australia durante dos décadas de extracción.
Del mismo grupo, el amianto blanco (crisotilo) es cancerígeno y su extracción está prohibida en más de 50 países. La inhalación del polvillo que desprende destruye los pulmones y estimula el cáncer. Lo extraño es que sigue usándose en la industria automotriz.
Aunque estos dos minerales no causan daño al contacto, la ambición del hombre por poseerlos ha causado más muertes que cualquier otra piedra en el mundo.
Durante muchos años, la base del sistema económico mundial fue el valor del oro (aún es muy importante) y los países pugnaban por acaparar las reservas del metal amarillo, provocando guerras y muertes.
Actualmente los intereses se han mudado al oro negro o petróleo (piedra + aceite), cuya importancia es enorme: el transporte y la producción de energía dependen de él; por eso en las recientes décadas casi todas las guerras se han producido en países con reservas de petróleo o que sirven de paso a las rutas petroleras.