Para nadie es un secreto que en toda la historia, Europa ha sido el epicentro del arte mundial, emergiendo de ese territorio varios de los movimientos y estilos artísticos de mayor trascendencia. Por supuesto, el arte italiano no está exento de ello y, específicamente las pinturas italianas han sido todo un referente para el mundo de las artes plásticas, destacando de esa disciplina creativa las pinturas del Renacimiento italiano, que se encuentran en los primeros lugares de las obras más reconocidas y afamadas del planeta. Este artículo presenta los aspectos más interesantes de 15 apreciadas pinturas de Italia, concebidas dentro del periodo renacentista. No te pierdas la siguiente información.
Pinturas famosas del Renacimiento:
Características y artistas de las 18 principales pinturas del Renacimiento (imágenes)
Venus de Urbino, Tiziano
Iniciamos esta lista de obras de arte italianas con este magnífico cuadro realizado en 1538 por Tiziano, como parte de un encargo hecho por el hijo del duque de Urbino. Como en algunas obras de la pintura renacentista en Italia, Tiziano usó como tema principal la mitología grecolatina al representar a la diosa Venus, con la particularidad de que la figura femenina se desprende de la divinidad para exponerse como una mujer cargada de erotismo y provocación, un elemento que se diferencia enormemente del tradicional idealismo renacentista.
Esta pintura ha sido ampliamente reproducida e imitada por artistas de movimientos y corrientes posteriores, demostrando así el gran impacto que ha marcado esta obra dentro de arte pictórico.
Tránsito de la Virgen, Andrea Mantegna
Mantegna fue uno de los más consagrados pintores del Renacimiento italiano en su primera etapa, el Quattrocento, como bien se puede evidenciar en este cuadro realizado en 1462 como un encargo hecho por Luis III Gonzaga al renombrado artista veneciano para decorar la capilla del castillo ducal de Mantua. Representa la muerte de la Virgen María, que yace en la escena rodeada de once apóstoles.
Forma parte de la colección del Museo del Prado de Madrid.
Cristo en el monte de los Olivos, Giovanni Bellini
Muchas de las imágenes renacentistas están dedicadas a la representación del hijo de Dios, como bien lo muestra este cuadro al temple sobre tabla realizado en 1459 por Bellini, pintor renacentista italiano que desplegó su carrera principalmente en Venecia. Esta obra fue inspirada por un cuadro similar de Andrea Mantegna, cuya temática principal es la oración de Jesucristo en el monte de los Olivos, acompañado por unos durmientes Simón Pedro, Juan y Santiago.
Hoy se expone en la Galería Nacional de Londres.
La tempestad, Giorgione
Otro renombrado pintor del Renacimiento italiano fue Giorgione, que legó esta maravillosa obra elaborada en 1508 para complacer un encargo del noble Gabriel Vendramin. En este cuadro se puede observar una mujer y un hombre que posan delante de un paisaje que anuncia una tormenta, escena que ha tenido diferentes interpretaciones, que van desde lo mitológico, bíblico y hasta lo alegórico.
Se encuentra expuesta en la Galería de la Academia de Venecia, como parte de la nutrida colección de cuadros famosos del Renacimiento que reposan en este recinto.
El pago del tributo, Masaccio
Entre las pinturas renacentistas italianas producidas en el Quattrocento se encuentra esta obra de Masaccio, que es una de las representaciones más famosas del conjunto de frescos hechos por el célebre pintor para decorar la Capilla Brancacci, hoy iglesia de Santa María del Carmine, situada en Florencia.
Representa la narración de un pasaje del Evangelio según Mateo, que reseña hechos de la vida de san Pedro; para ello, Masaccio hace el uso de la yuxtaposición para colocar en una sola escena tres acontecimientos: el reclamo del tributo a Pedro por parte de un recaudador (centro), la toma de una moneda tragada por un pez en el lago Tiberíades por parte de Pedro (izquierda) y el pago del tributo (derecha).
La última cena, Leonardo da Vinci
Da Vinci es, indudablemente, el primero de los artistas famosos de Italia, desarrollando carrera como pintor, escultor, inventor y también científico. Este polifacético personaje es el autor de esta aclamada pieza, un mural al temple realizado en 1495 para decorar el convento de Santa María de la Gracia, ubicado en Milán, como parte de un tríptico de escenas que representan importantes narraciones bíblicas.
El último encuentro de Jesús con sus apóstoles es reseñado pictóricamente en esta obra, que si bien es una pintura italiana del siglo XV, hoy en día sigue tomándose como referencia dentro de la cultura popular.
El nacimiento de Venus, Sandro Botticelli
Botticelli es otro de los reconocidos pintores italianos del Renacimiento, desarrollando su carrera concretamente en el Quattrocento. Con una marcada referencia hacia el arte grecolatino, esta pintura, creada en 1485, representa extraordinariamente el mito romano en torno al nacimiento de Venus, la diosa del amor, que es pintada desnuda en la pieza emergiendo de una concha marina, siendo también el primer desnudo realizado en la historia del arte pictórico. La pintura, hoy expuesta en la galería Uffizi de Florencia, conformó la amplia colección artística que poseía la poderosa familia Médici.
Cristo muerto, sostenido por un ángel, Antonello da Messina
La técnica mixta del óleo y temple sobre tabla es la principal característica de este cuadro datado entre 1475 y 1476, siendo una obra de Messina que se mantuvo inédita hasta su adquisición en 1965 por parte del Museo del Prado de Madrid, donde se pudo comprobar que esta pintura renacentista italiana es una de las piezas más significativas del artista.
La escena representada es protagonizada por Cristo ya fallecido después de su calvario, que es sostenido por un ángel lloroso, en una imagen dramática que se aprecia ante un paisaje que recuerda al Gólgota.
La anunciación, Fra Angélico
Entre las famosas pinturas de pintores italianos que desarrollaron su carrera en la primera etapa del Renacimiento destaca este cuadro de temática religiosa elaborado en 1426 por Guido di Prietro, conocido mundialmente como Fra Angélico por su ejercicio como fraile en la orden de los dominicos.
Y es para uno de los conventos de dicha orden que pintó este magnífico retablo, que reseña la aparición del arcángel Gabriel ante la Virgen María para anunciar su futuro como madre de Jesús. La pieza se puede apreciar en el Museo del Prado de Madrid.
Escuela de Atenas, Rafael
Rafael Sanzio fue uno de los aclamados pintores del siglo XVI italianos, siendo considerado para la realización de varios encargos artísticos hechos tanto por renombradas figuras como para instituciones religiosas. Un ejemplo de ello fue su designación para decorar cuatro espacios del segundo piso del Palacio Apostólico, habitaciones que, precisamente, hoy se conocen como Las estancias de Rafael, que muestran un conjunto de pinturas que simbolizan distintas ramas del conocimiento.
La Estancia del Sello está decorada como este interesante fresco, elaborado por Rafael y sus discípulos entre 1510 y 1512 para representar a la filosofía, tomando no solo aspectos del arte pictórico griego, sino también de la arquitectura clásica, como se muestra en la escena que congrega a un nutrido grupo de filósofos y pensadores griegos.
Lamentación sobre Cristo muerto, Giotto
La pintura del Renacimiento italiano se originó después de una profunda transición que vivió el predecesor arte medieval, por lo que su producción artística vino a llamar la atención de la opinión pública desde el siglo XIV, cuando esta época creativa comenzaba a dar sus primeros pasos. Uno de los precursores de esta corriente fue Giotto di Bondone, prominente muralista que realizó en 1306 este fresco para decorar la capilla de los Scrovegni situada en Padua. En dicha obra se muestra la dolorosa escena protagonizada por una afligida Virgen María que sostiene en brazos a Jesucristo, acto que atestiguan con lamentación un nutrido grupo de personas encabezadas por María Magdalena, los apóstoles y unos ángeles.
La leyenda de la Santa Cruz, Piero della Francesca
En la Toscana se hallan numerosos cuadros del Renacimiento italiano, siendo éste uno de los más apreciados. En realidad se trata de un conjunto de frescos realizado por Francesca para la decoración de la Capilla Bacci, ubicada en la Basílica de San Francisco de Arezzo, que anteriormente pertenecía a la familia más rica de dicha localidad.
La obra, dividida en doce episodios, relata gráficamente la historia del hallazgo de la Vera Cruz, siguiendo las compilaciones y leyendas escritas durante la época medieval.
Madonna Sixtina, Rafael
Aquí presentamos otra obra famosísima del consagrado pintor renacentista Rafael Sanzio, uno de los máximos representantes del arte pictórico de la mencionada época. Desarrollada entre 1513 y 1514, es decir, en el Cinquecento o segunda etapa renacentista, esta obra fue elaborada con el fin de decorar la tumba del papa Julio II, lo que viene a demostrar la incorporación de la pintura de ese tiempo dentro de los monumentos funerarios que se encuentran en la Ciudad del Vaticano.
Dicha pintura cristiana representa a la Virgen María sosteniendo en brazos al niño, escena que atestigua desde la parte interior unos tiernos querubines, figuras ampliamente replicadas dentro de la cultura popular.
La creación de Adán, Miguel Ángel
Hablar de la pintura renacentista italiana es hablar de Miguel Ángel Buonarroti, artista toscano que se desenvolvió como pintor y escultor durante esta etapa creativa. Tal era su fama a inicios del siglo XVI que el papa Julio II le asignó la responsabilidad de decorar el techo de la Capilla Sixtina, uno de los recintos de mayor importancia dentro de la iglesia católica.
Para ello, pintó un conjunto de frescos compuesto por más de trescientas figuras, que representan a personajes de la Biblia que protagonizaron importantes hechos reseñados en este libro sagrado, una tarea que desarrolló entre 1508 y 1512. Una de las obras que más llama la atención de esta bóveda es la que reseña gráficamente la creación divina del primer hombre de la Tierra, una escena que es ampliamente famosa en todo el mundo y que ha servido de influencia para distintos ámbitos artísticos, más allá del género pictórico.
La Gioconda o Mona Lisa, Leonardo da Vinci
Para cerrar con broche de oro esta detallada lista de pinturas de Italia no podíamos dejar de mencionar la que, para muchos, es la pintura más famosa de toda la historia universal. Nos referimos al aclamado cuadro de Leonardo, pintado en 1503 a inicios del Cinquecento, época en la que da Vinci era ampliamente solicitado para retratar a importantes figuras de la sociedad florentina.
En esta oportunidad le tocó retratar a la esposa del comerciante y mercader Francisco del Giocondo, una joven llamada Lisa Gherardini (de ahí ambos nombres del cuadro) que posa sentada en la obra delante de un paisaje. Lo representativo de esta pintura es la mirada y la enigmática sonrisa de esta figura femenina, la cual puede provocar admiración o desconcierto en el público espectador. Actualmente reposa en el consagrado Museo del Louvre, siendo también una de las piezas de arte mejor valoradas en todo el mundo.
Las pinturas de Italia descritas previamente se ubican entre las más famosas y valoradas del mundo artístico, hecho que demuestra la relevancia que tuvo en su momento y que aún tiene el Renacimiento italiano en pintura, que no solo rompió los esquemas dentro del ámbito estético, sino que también cambió la perspectiva en cuanto a la sensibilidad artística y el simbolismo del arte como expresión de poder y riqueza que, en su momento, tuvieron las familias que patrocinaron y se beneficiaron de estas obras, sin olvidar también que fue una época de consagración para el grupo de artistas que se convirtieron desde ese tiempo en personas famosas de Italia. Hoy, las pinturas italianas renacentistas son una clara muestra del impacto que tuvo este movimiento artístico – cultural para las posteriores generaciones de artistas, siendo aún fuentes de inspiración para muchos pintores actuales y piezas fascinantes para los amantes e interesados del arte.