Durante la noche es común ver en el océano estructuras que parecen ir a la deriva, con forma de cono o de cilindro, que emiten una hermosa luz azulada, visible a muchos metros de distancia. Son los pirsosomas, cuyo nombre proviene del griego y significa “cuerpo de fuego”.
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Estos destellantes seres submarinos han maravillado a viajeros y marineros durante siglos, pero ¿qué son exactamente los pirosomas?
Los pirosomas son un conjunto de miles de organismos
Los pirosomas no son un animal, es decir, cuando se avista un pirosoma no se trata de un solo organismo, sino que se trata de cientos de miles o millones de organismos que se unen para formar una estructura superior. Son superorganismos.
Estos superorganismos pueden ser pequeños (de unos pocos centímetros) o alcanzar varios metros, pero su tamaño no está relacionado con su edad porque, en realidad, no crecen, sino que se van uniendo más miembros a la colonia, como ocurre en un hormiguero, que crece en la medida en que nacen más hormigas. En este sentido, los pirosomas son idénticos a los corales, que son colonias de pequeños seres.
Los pirosomas están formados por pequeños zooides que tienen la capacidad de detectar y emitir luz, de ahí que cuando uno de ellos emite un haz de luz, rápidamente su acción es detectada por sus compañeros, quienes la replican, creando el hermoso efecto de luminiscencia que caracteriza a estas criaturas.
Dado que son muy primitivos, su capacidad de organización no va más allá de la aglomeración en formas tubulares que permite una mejor gestión de los nutrientes, al formar un saco común del cual pueden extraer elementos alimenticios. No son capaces de decidir su rumbo, de modo que suelen ir a donde les lleven las corrientes.
La luminiscencia es común en el mar
A pesar de ser tan rara en general, la capacidad de emitir luz es mucho más frecuente en el mar que en tierra. Son muchos los organismos marinos que contienen órganos luminiscentes y que son capaces de utilizar este «superpoder» en su provecho.
Esta característica es particularmente útil a partir de los 500 metros de profundidad, zona en la que los rayos del sol no logran penetrar, a menos de que el agua sea excepcionalmente clara. Medusas, invertebrados y hasta peces abisales producen luz para atraer a sus presas.
Sin embargo, los pirosomas no viven a tales profundidades, así que no se sabe a ciencia cierta para qué les sirve emitir luz.