La popularidad de los jardines verticales no deja de aumentar. Especialmente, dentro de las zonas urbanas, donde la presencia de la naturaleza no es tan frecuente. Este tipo de obras tienen la ventaja de poder construirse en cualquier espacio, independientemente de su tamaño. Lo único que hay que hacer es elegir el lugar, montar la estructura e instalar sobre ellas las plantas para jardines verticales idóneas para cada caso.
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Al crecer de forma vertical, y no directamente sobre el suelo, se debe crear un sistema que permita que las plantas tengan acceso a los nutrientes que necesitan para su desarrollo. Esto se debe mantener en todos los jardines verticales, sin importar si son interiores o exteriores.
En función de ese sistema de alimentación, encontramos dos tipos de jardines verticales:
Son sistemas de cultivo que cuentan con varios niveles apilados. En cada nivel se sitúan diversos tipos de plantas que van creciendo. Es uno de los sistemas más utilizados en las áreas urbanas.
Las plantas se pueden sembrar en distintos materiales. Los más utilizados son fieltros no tejidos de poliéster, poliamida o polietileno, aunque también es posible emplear polímeros, como poliuria o poliuretano, o láminas minerales.
Los nutrientes se aportan por medio del riego. Es importante seleccionar muy bien el tipo de plantas y el sistema de riego más adecuado. La vida y longevidad del ecosistema vertical estará determinada por la forma en la que las plantas tienen acceso a los nutrientes.
El sustrato es el suelo sobre el que se sostiene una planta. En el caso de los jardines verticales, este suelo puede ser proveído por diversos tipos de materiales. Entre ellos, el compost (que se genera a partir de residuos vegetales), humus, viruta y aserrín, musgo, cáscara de arroz, fibra de coco o fertilizantes.
Esta clase de sistema facilita el drenaje y la capacidad que tiene el jardín para retener el agua.
De igual forma que en los jardines hidropónicos, los nutrientes se aportan a través del sistema de riego. La diferencia en este caso es que el sustrato también cuenta con nutrientes que se transfieren a las plantas a través de sus raíces.
En teoría, se puede emplear cualquier tipo de plantas para jardines, siempre que se garantice una correcta aportación de los nutrientes. Sin embargo, existen algunas especies vegetales que destacan en esta clase de ecosistemas.
Son especialmente adecuadas las plantas verticales trepadoras, o de raíces trepadoras, porque por naturaleza crecen sobre un soporte vertical. También se recomienda el uso de arbustos, para que aporten frondosidad al ecosistema, así como las herbáceas.
Estas son algunas de las especies más usadas en este tipo de jardines:
Esta especie destaca entre los tipos de plantas de exterior. Es conocida como ajo de jardín y procede del sur de África. Crece rápidamente, en especial en los climas cálidos. De ella nacen flores de seis pétalos durante el verano y el otoño. Esas flores aportan un aroma agradable al jardín.
Son plantas pequeñas de exterior que necesitan la luz solar para su correcto desarrollo y florecimiento, por eso se incluyen en la clasificación de plantas para jardín exterior. No requieren una gran cantidad de agua ni de abono, por lo que son capaces de sobrevivir durante mucho tiempo, incluso cuando el sistema de riego del jardín presenta problemas.
La armeria marítima pertenece a la clase de plantas perennes para jardineras y suele crecer en las zonas costeras. Se encuentra en algunos puntos de Europa y de América del sur, y se la conoce popularmente como clavelina de mar.
Crece mejor en los climas cálidos y necesita muchos cuidados, aunque son plantas que aguantan el sol directo.
Destaca por sus flores, que son pequeñas y coloridas. Las hay de color lila, blancas y rosas.
Es una de las variedades de plantas perennes colgantes de exterior, original del continente americano. Cuenta con hojas frondosas, flores que nacen en racimos y frutos que resultan tóxicos, por lo que no son comestibles. Sus flores pueden ser de color violeta, lilas, blancas o azules.
Necesitan mucha luz solar para florecer, no son resistentes al frío y es necesario podarlas de forma regular. Están consideradas como una de las mejores plantas de exterior.
Esta herbácea es original de Europa y del norte de África. Es importante tener en consideración que no sobrevive en los climas muy secos. Necesita la presencia de la luz solar, ya sea en un jardín con iluminación directa o en semisombra. Además, debe estar en contacto constante con una superficie húmeda, por eso es una de las plantas para jardines verticales más adecuada.
Se trata de un tipo de helecho perenne y de clima cálido que se encuentra principalmente en el sur de Australia. Solo puede crecer sobre otra especie vegetal.
No tienen un comportamiento parasitario, sino que utilizan a las otras plantas solamente como sostén. Debido a que no se sujetan bajo tierra mediante la raíz, se conocen también como plantas aéreas o raíces trepadoras.
No sobreviven en los climas donde no se alcanzan los 15 °C. En el momento de plantarlas, es importante asegurarse de que sus hojas queden en contacto con el fieltro por la parte exterior. De lo contrario, pueden morir.
Existen 422 especies de plantas que conforman el grupo de los geranios. Son muy populares debido a la belleza y al aroma de sus flores, que pueden ser de varios colores.
Es importante que dispongan de luz solar, en especial durante el proceso de floración. Se recomienda que pasen alrededor de seis horas bajo el sol.
Requieren muchos cuidados. Estas plantas se deben mantener húmedas, pero sin que haya un exceso de agua para que no se pudran. El uso de abono las ayuda a superar los meses cálidos de verano.
Suelen estar presentes en cualquier jardín vertical con plantas aromáticas.
Esta planta trepadora es fácil de cultivar y es capaz de vivir durante largos períodos de tiempo. Sus flores cuentan con colores suaves, a menudo son rosas o de color crema. Suelen colocarse dentro de macetas colgantes porque de esta forma destacan más sus flores, por eso se consideran plantas para jardineras de exterior.
Más de 1.500 especies conforman el grupo de estas plantas tapizantes mediterráneas. Cuentan con flores que presentan diversos tamaños, formas y colores, y sus raíces son finas y necesitan espacio para extenderse.
Son capaces de florecer en cualquier época del año.
Es una planta herbácea que proviene de Sudáfrica. Es de clima cálido, por lo que su presencia en el exterior suele ser más frecuente en los países donde el clima predominante no es frío.
Hay quienes consideran que se debe tener mucho cuidado con esta planta, ya que crece con tanta rapidez que puede llegar a invadir toda la pared o gran parte de la instalación si no se previene.
Se recomienda mantenerlas en zonas donde la luz tenga una intensidad media. En el exterior y bajo la luz directa del sol se pueden quemar. La humedad también debe ser media.
Resultan muy adecuadas para los jardines verticales porque no necesitan ser regadas con mucha frecuencia. Cuentan con un sistema radicular grueso que les permite almacenar agua y sobrevivir largos períodos sin ser regadas. Sin embargo, durante el verano o en climas más cálidos se debe aumentar la frecuencia de riego.
Su nombre científico es Chlorophytum comosum y popularmente también se conoce como lazo de amor, araña o mala madre.
Es una planta trepadora, frondosa y con hojas grandes que suele crecer en las selvas tropicales de México y Argentina. Son de clima cálido y pueden utilizarse como plantas colgantes exterior y también en jardines de interior.
Es importante que se encuentren en un ambiente húmedo, con una temperatura entre los 20 °C y los 30 °C. Son plantas de sombra para jardín y no sobreviven en los entornos fríos. Suelen florecer al cabo de tres años de ser plantadas, aunque no es habitual que florezcan cuando se encuentran en jardines interiores.
También es conocida como higuera trepadora. Aunque es originaria de Asia y de Australia, hoy en día se puede encontrar en cualquier zona del mundo. Se trata de una planta trepadora que aprovecha las superficies rugosas para crecer. Es bastante sencilla y decorativa.
Estas plantas no pueden exponerse directamente a la luz solar, pues sus hojas se queman. Lo ideal es situarlas en la semisombra. Tampoco sobreviven en los climas donde el frío es extremo. Para que su crecimiento sea adecuado es importante garantizar un ambiente húmedo. En el caso de ser un jardín de sustrato, hay que asegurarse de que el sustrato se mantenga húmedo.
Es original de Siberia y Mongolia y popularmente se conoce como hortensia de invierno, aunque crece mejor en los climas cálidos. Sus hojas son grandes y onduladas, y sus flores son pequeñas. Por lo general, las flores suelen ser rojas o rosas y crecen en conjunto.
Son plantas bonitas para jardín que se desarrollan mejor en los espacios interiores. Se pueden colocar en el exterior siempre y cuando el sustrato se mantenga húmedo. Además, deben ser regadas con frecuencia.
A pesar de ser plantas de climas cálidos, pueden sobrevivir con temperaturas más bajas si no se descuida su riego y se mantiene su espacio y el sustrato con humedad.
Los helechos se adaptan fácilmente, resisten la humedad e incluso son capaces de crecer en la sombra. Debido a estas características, son unas de las plantas más utilizadas en los jardines interiores. En el mundo existen una gran variedad de helechos: hay unas 12.000 especies de esta planta, y todas difieren en tamaños y formas.
Se suelen colocar en macetas colgantes y destacan por la forma en que sus hojas se distribuyen a través del jardín.
Existen diversas especies de orquídeas, aunque no todas son capaces de sobrevivir en un jardín vertical. Para este tipo de ecosistemas, se recomiendan las variedades Dendrobium, Miltonia y Cymbidium.
Las orquídeas son flores que necesitan muchos cuidados. Si se exponen en exceso al agua se pueden pudrir. Por lo tanto, lo más recomendable es situarlas en lo más alto del jardín. De esta forma, sus raíces no están tan expuestas a la humedad, no pueden ser cubiertas por otras especies vegetales (lo que podría causarles daño), ni tampoco corren el riesgo de enfrentarse a temperaturas bajas o al viento extremo.
Las hostas son plantas de tipo herbáceas, originarias del norte de Asia, de las que existen 40 especies. Son muy frondosas, por eso han alcanzado una gran popularidad en los jardines verticales. Sus hojas pueden ser blancas o amarillas. Este detalle aporta variedad al jardín y permite obtener un ecosistema más colorido.
Esta planta se suele utilizar en los jardines interiores, pues la exposición al sol en exceso resulta perjudicial para la cáscara de nuez e incluso puede llegar a matarla. Es importante colocarlas en un área con semisombra, o completamente a la sombra.
Destaca principalmente por sus hojas, que tienen la forma de un corazón, con tonos verdes y rojos. No necesita mucha agua. De hecho, se aconseja regarla solo una vez por semana, o dos como máximo.
Florece en verano. Sin embargo, sus flores blancas son tan pequeñas que suelen pasar desapercibidas entre las hojas.
Lo primero a considerar es el diseño que se quiere. Esto incluye el tamaño del jardín, su ubicación y los colores que predominarán. Puede tratarse de un jardín monocromático donde solo se vea el verde, o incluir especies más coloridas. Tener una idea clara con antelación permitirá seleccionar las especies con precisión.
También se debe saber si el jardín estará situado en un espacio interior o exterior, y con qué intensidad llegará la luz solar a ese lugar. Algunas especies funcionan mejor en la sombra, mientras que otras requieren la presencia de los rayos del sol. Por este motivo hay que conocer de antemano la ubicación del jardín antes de escoger las plantas.
En segundo lugar, se debe elegir el tipo de sustrato que se utilizará. Hay varias opciones, e incluso existen en el mercado algunas instalaciones prefabricadas que ya cuentan con un espacio para el sustrato y un sistema de riego incluido. Por lo tanto, cada persona deberá escoger el más conveniente.
El sistema de riego tiene una gran importancia. En el caso de que no se cuente con una instalación que lo incluya, se debe realizar la instalación de este sistema. Su complejidad dependerá del tipo de sustrato elegido. Por ejemplo, los sistemas modulares con tierra resultan más sencillos porque solo necesitan un sistema por goteo.
El proceso de mantenimiento de un jardín vertical varía dependiendo del sistema instalado y de las especies elegidas. Sin embargo, por lo general, se basa en tres acciones: el riego, la poda y añadir abono.
En el caso del riego, cuando se ha instalado un sistema automático no es necesario preocuparse por ello. Sin embargo, es importante que se establezca correctamente la frecuencia. En especial, porque hay algunas plantas que no necesitan mucha agua y que pueden ahogarse si el riego es muy frecuente, mientras que otras se secan si requieren un riego constante y no reciben los nutrientes con tanta frecuencia.
Respecto a la poda, se realiza principalmente para mantener la estética del jardín, pero también es útil para prevenir la aparición de plagas y renovar el follaje. Es importante retirar las hojas secas que se encuentren. En el caso de los jardines verticales, también se deben podar las raíces en algunas ocasiones para que no choquen contra la pared o con la instalación. Esto tiene que realizarse con mucha cautela, por lo que es aconsejable que se encargue de ello una persona experta. Solo se podan las raíces secundarias, de lo contrario podría morir la planta.
Por último, el abono. Existen abonos sólidos y líquidos, pero su elección depende de las especies que formen parte del jardín vertical. Su aplicación varía. Lo mejor es consultar con un experto en botánica para saber cuál funciona mejor con cada especie. También es muy importante renovar la tierra cada cierto tiempo y añadir abono, ya que las raíces de las plantas suelen crecer y absorber más nutrientes hasta agotarlos.
Existen muchas formas de instalar un jardín vertical en casa. La creatividad es básica para garantizar un espacio llamativo y que se encuentre en armonía con el resto de la decoración. Hay muchos estilos y jardines en los que inspirarse.
Uno de los más clásicos y elegantes para los espacios interiores es el jardín enmarcado, que se suele instalar utilizando una especie de marcos de cuadros.
También llaman la atención los que se colocan dentro de botes de cristal. Su instalación es sencilla, pues no se trata de un sistema sobrecargado, pero el resultado resulta muy agradable a la vista.
Por último, están aquellos que se colocan sobre repisas o estantes. En esta opción la creatividad es la protagonista, ya que los estantes pueden variar en estilos y formas. La principal ventaja es que el jardín vertical resultante queda muy organizado, distribuyendo con efectividad una gran variedad de especies y creando un ambiente agradable, vistoso y ameno.
Todas estas nociones básicas sobre plantas para jardines verticales están destinadas a ayudar en el proceso de planificación del proyecto de construcción, ya sea en un espacio interior o en el exterior. Lo más importante es conocer bien la zona en la que se ubicará el jardín y las condiciones climáticas del lugar. Esta es la forma de garantizar que el jardín se mantenga sano y en crecimiento durante mucho tiempo.