Corea del Norte desarrolla actualmente un programa militar de armas nucleares que ha contado con distintas pruebas a lo largo del siglo XXI. Dichas pruebas, que involucran dese el lanzamiento de misiles hasta el uso de bombas, han despertado las alarmas de la comunidad internacional por el peligro que representan para la paz mundial y el bienestar de la raza humana.
Corea del Sur, su vecino más próximo, y Estados Unidos han sido dos de los países que más han criticado a la nación comunista por su desarrollo en armamento nuclear. Sin embargo, y pese a que el país ha recibido sanciones como consecuencia de esto, no hay signos que indiquen que Corea del Norte detenga su programa de armas nucleares en un corto-medio plazo.
Algunos sucesos determinantes en el desarrollo del programa nuclear norcoreano
El programa nuclear de Corea del Norte se puede rastrear hasta los años 80, cuando la nación estaba interesada en los usos prácticos de la energía nuclear y en completar un sistema de desarrollo de armas nucleares. Para esto, la nación empezó a operar fábricas dedicadas a la fabricación y conversión de uranio, y también condujo pruebas de explosivos de alto calibre.
En la parte final de los 90, y justo como Pakistán declararía en 2002, Corea del Norte tuvo acceso a la tecnología nuclear que la nación medio oriental tenía en ese entonces. Esto ocurrió mientras el Acuerdo de 1994 estaba en curso, siendo uno de los factores que conducirían a su abandono oficial en 2002.
Pruebas nucleares
Corea del Norte demostró por primera vez sus capacidades nucleares el 6 de octubre de 2006 en el marco de su primera prueba nuclear bajo tierra. En esa ocasión, se hizo detonar un dispositivo de plutonio con una fuerza estimada de entre 0,2 y 1 kilotones. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó el hecho y dio lugar a la imposición de la Resolución 1718.
Aunque Corea del Norte apagó su principal reactor nuclear en febrero de 2007 después de un proceso de negociación en torno al desarme, el país anunció en abril 2009 que sus instalaciones habían sido reactivadas y que el procesamiento de plutonio con fines armamentísticos se había restaurado. El mes siguiente, la nación llevó a cabo su segunda prueba bajo tierra, siendo esta más potente que la primera al tener una potencia estimada entre los 2 y 7 kilotones.
Una mayor provocación por parte de Corea del Norte tendría lugar en diciembre de 2015, cuando Kim Jong-un declaró que su país podría haber desarrollado la capacidad suficiente para el lanzamiento de una bomba de hidrógeno. Sin embargo, esta declaración fue recibida con escepticismo por parte de la Casa Blanca y por oficiales de Corea del Sur.
Sin embargo, el 6 de enero de 2016 y después detectarse un terremoto de 5,1 grados de magnitud, el régimen norcoreano declaró que habían probado una bomba de hidrógeno de manera exitosa. Pese a esto, todavía no se ha probado que dicha prueba haya ocurrido en realidad, habiendo expertos que señalan que, de haber sucedido, habría sido mucho más potente de lo que habría sido.
Ese mismo año, el 9 de septiembre, y después de que los sismogramas de países cercanos hubieran detectado un temblor de 5,3 grados de magnitud, Corea del Norte declaró que habían llevado a cabo otra prueba nuclear. Según expresaron, dicha prueba les permitió confirmar la potencia de su ojiva nuclear, y confirmar también que ella puede ser montada sobre un misil.
En septiembre de 2017, Corea del Norte declaró nuevamente haber probado exitosamente una bomba de hidrógeno. Basado en el estudio de los datos sísmicos generados por un temblor de 6,3 grados de magnitud, se calculó que la potencia de esta bomba fue de alrededor de 250 kilotones. Esto motivó que, en diciembre de ese año, Corea del Norte entrase en la lista del Departamento de Estado de Estados Unidos de países que patrocinan el terrorismo.
Lanzamientos de misiles balísticos
Además de pruebas nucleares, Corea del Norte también ha realizado lanzamientos de misiles a lo largo de los años. No todos ellos han sido exitosos, pero los que sí han tenido éxito han generado preocupación en la comunidad internacional por el alcance que los misiles pueden alcanzar y los objetivos que podrían tener de ser usados con fines hostiles.
El 6 de marzo de 2017, Corea del Norte lanzó 4 misiles balísticos hacia el mar de Japón, lo que motivó la condena por parte de Naciones Unidas y de Corea del Sur. Diez días después, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, se embarcó en una gira internacional con destinos a Japón, China y Corea del Sur para intentar apaciguar la tensión internacional que surgió como consecuencia del lanzamiento.
El 16 de abril de ese año, un día después de un desfile militar masivo en la capital, Corea del Norte intentó el lanzamiento de un misil desde la costa este de la nación, en el puerto de Sinpo. Dicho misil explotó segundos después de lanzado. Sin embargo, doce días después, tuvieron éxito en el lanzamiento de un misil balístico en su propio territorio. El misil explotó poco después del lanzamiento, a una altitud aproximada de 70 km.
Posteriormente, el 4 de julio, la nación lanzaría un misil Hwasong-14 que aterrizaría en las aguas de la zona económica de Japón después de recorrer aproximadamente 930 kilómetros. El destino del lanzamiento fue intencional porque el gobierno norcoreano sabía que las fuerzas japonesas y estadounidenses tendrían dificultades para encontrar el motor del misil. Además, el gobierno norcoreano tampoco tenía intereses en recuperarlo.
Estimaciones en torno a la capacidad nuclear de Corea del Norte
A raíz de que Corea del Norte no ha brindado mucha información sobre la evolución de su poder nuclear ni el tipo o número de armas que se desarrollan más allá de las demostraciones ocasionales, diversas entidades a nivel global han realizado estimaciones a partir de informes de inteligencia y proyecciones.
Federación de científicos estadounidenses
En 2012, la Federación de científicos estadounidenses estimó que Corea del Norte tenía menos de 10 ojivas nucleares. Seis años más tardes, en su reporte sobre las capacidades nucleares de la nación, la federación afirmó que el país tenía combustible nuclear suficiente para crear entre 30 y 60 armas nucleares.
Dicho informe indicó que Corea del Norte podría tener entre 10 y 20 ojivas nucleares como máximo, con la mayoría de ellas siendo armas de fisión de una sola etapa con una fuerza de entre 10 y 20 kilotones.
Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI)
En enero de 2013, el Instituto Internacional para la investigación sobre la paz de Estocolmo (SIPRI por sus siglas en inglés) estimó que Corea del Norte tendría entre 6 y 8 ojivas nucleares.
Por su parte, el reporte anual de la institución, publicado en junio de 2020, indicaba que, durante enero de ese año, el país había añadido 10 armas nucleares al estimado del año anterior que era de entre 20 y 30.
Instituto para la ciencia y la seguridad internacional
En 2013, este instituto estimó entre 12 y 27 “equivalentes de armas nucleares”, incluyendo acumulaciones de plutonio y de uranio. Para 2016, se proyectaba que Corea del Norte tendría entre 14 y 48 equivalentes del mismo tipo, pero el estimado descendió a entre 13 y 30 para 2017. Sin embargo, el estimado volvió a aumentar a hasta 60 equivalentes de armas nucleares para agosto del mismo año.
Aunque no se cuenta con información exacta sobre la capacidad nuclear que Corea del Norte tiene actualmente, podría haber evidencia suficiente para sugerir que el despliegue de dicho armamento tendría terribles consecuencias para el ecosistema de la tierra y que podrían tardar varias generaciones en disiparse.
Por ende, el mundo reacciona con preocupación cada vez que Corea del Norte efectúa una prueba para algún componente de su armamento. Representa un recordatorio de lo frágil que es la estabilidad actual y la siempre presente amenaza de una nueva guerra, tanto a nivel local o global.