¿Sabías que la World Wide Web casi alcanza los 30 años? Así es, este fabuloso invento nos ha acompañado desde hace casi tres décadas, y cada vez está más y más integrado en nuestro modo de vida, facilitándonos el día a día y permitiéndonos comunicarnos rápido y efectivamente a lo largo del globo. Pero ¿qué va a ser de su futuro? ¿Se pueden hacer predicciones sobre internet?
En 2014, con motivo de la conmemoración del 25 aniversario de Internet, los expertos del Centro de Investigadores Pew y de la Universidad de Elon en Estados Unidos, se aventuraron a hacer predicciones sobre internet, sus problemas y condicionas futuras, poniéndose como meta el año 2025, colaborando con un equipo de 12 mil expertos y gurús tecnológicos, revisando la bibliografía disponible al respecto.
Los resultados son sorprendentes y apuntan hacia una misma dirección: la privacidad como algo limitado únicamente a las élites.
Eso que hoy en día entendemos como conexión y compartir podría tornarse en el futuro en un condición existencial automática, donde internet esté tan integrado en la vida cotidiana que sea imposible detectarlo, como ocurre con la electricidad actualmente.
Eso, según los estudios, podría incidir en los márgenes de exposición siempre crecientes y convertir la intimidad, el anonimato y la capacidad de preservar la información privada en algo que, después de todo, cueste dinero.
Las alertas acusan un posible crecimiento de la violencia virtual, del resentimiento y de fenómenos dolorosos.
Algunas soluciones se pueden plantear a priori, como ser hacker o experto en ciberseguridad e intentar prevenir todo tipo de amenazas procedentes de la red, pero, aunque no es algo imposible, tampoco resulta viable para la gran mayoría de la población. Por lo tanto, ¿qué opciones tenemos?
“La naturaleza humana no está cambiando: hay pereza, intimidación, acoso, estupidez, pornografía, trucos sucios, delitos y aquellos que los practican tienen una nueva capacidad para hacer miserable la vida a los demás”, afirmaron los expertos.
Los gobiernos no parecen tenerlas todas consigo de cara al futuro hiperconectado que se nos plantea, aunque los gobiernos y las empresas sí, de acuerdo a los resultados, siempre y cuando sepan actualizar sus plataformas y estar al día con el mundo venidero.
El lado amable del asunto es que la conectividad se prevé mucho más veloz, pudiendo así expandir la penetración de internet a medida que se haga indispensable en la vida cotidiana, y en ello siempre reside un potencial educativo y de fomento de la igualdad social, lo cual permite sostener las esperanzas.
Otra proyección estriba en el desarrollo de tecnologías de realidad aumentada y aparatos “ponibles” que conviertan la ropa y los accesorios en formas nuevas y prácticas de manejo tecnológico. Las aplicaciones de ello en materia de salud, de paso, son muy sugerentes. La detección temprana de enfermedades se beneficiará enormemente del crecimiento de internet.
En lo que la totalidad de los investigadores se mostraron de acuerdo fue como la escalada de velocidad a que la World Wide Web se está complejizando y expandiendo, supone un reto para todas las generaciones venideras, en la medida en que nacerán en un mundo tecnológicamente avanzado pero con gigantescos retardos culturales, morales y humanitarios.
¿Quizá deberíamos estar buscando las maneras de solucionar estas predicciones sobre internet a un ritmo 2.0? ¿Quizá no haga falta ir tan aprisa?