Donald Trump se transformó en un fenómeno electoral realizando propuestas poco ortodoxas en materia económica. Esto causó un revuelo entre los grandes pensadores sobre esa materia, hasta el punto de que varios ganadores de los premios Nobel emitieron opiniones al respecto en franca contradicción a los planteamientos realizados por el nuevo presidente estadounidense.
Edmund Phelps, Joseph Stiglitz, Angus Deaton, y Roger Myerson estuvieron junto a Robert Schiller en una mesa redonda convocada por la American Economic Association (Asociación Estadounidense de Economía), en Chicago, con el fin de emitir sus opiniones sobre el futuro que depara a la economía mundial con la llegada de Donald Trump al poder.
Edmund Phelps, Nobel en 2006, amenazó con una explosión de la deuda pública si se cumple la intención de Trump de cargar a las empresas que produzcan fuera de los Estados Unidos, bajar los impuestos e incrementar el gasto público.
En este sentido señaló que medidas como éstas sólo conllevan a la destrucción de la innovación, con la pérdida de la confianza de los inversores y una profunda recesión.
Se refirió, además, al acoso a las grandes empresas para lograr incrementar la producción y los niveles de empleo y recordó que medidas similares se impusieron en Alemania en la década de los años 30 del siglo pasado, trayendo como consecuencia primero una etapa de crecimiento y luego una de estancamiento con consecuencias impredecibles.
Robert Schiller, galardonado en 2013, fue cauto en sus declaraciones, asegurando que esperaba ver los resultados del trabajo de Trump y que en estos momentos prefería no emitir vaticinios sobre el futuro económico de los Estados Unidos.
El profesor Joseph Stiglitz, premiado en 2001, señaló que las políticas anunciadas por Trump se cuentan entre las que no funcionarán, debido a que las buenas relaciones comerciales son indispensables para solidificar la confianza entre las diferentes naciones.
Angus Deaton, Nobel en 2015, indicó que para él lo más importante eran las relaciones internacionales, especialmente con China, mostrando preocupación por la política fiscal que pudiera ponerse en práctica durante el mandato del nuevo presidente.
Roger Myerson, galardonado en 2007, mostro inquietud por los anuncios de Trump que, a su juicio, crearán déficit fiscal y una gran tensión entre los socios de los Estados Unidos. Señaló que en otras ocasiones, cuando tenían un déficit como el previsto, necesitaron buenas relaciones con los socios para estos terminaran comprando las deudas adquiridas.