Después de siglos de permanecer como temas tabú, finalmente, las enfermedades y trastornos mentales han cobrado la relevancia que merecen en las últimas décadas.
Profesionales de la salud del todo el mundo se han abocado a investigar y tratar de encontrar cura para estas afecciones. La demencia, sin embargo es una de las que permanece sin cura alguna.
En la actualidad, aproximadamente 50 millones de personas están afectadas por la demencia y se estima que esta cifra incremente, llegando superar los 150 millones para el año 2050.
Por este motivo, diferentes organismos, como la Organización Mundial de la Salud, han dedicado esfuerzos para abordar este tema.
La OMS ha dado a conocer un conjunto de consejos y directrices que permiten reducir el riesgo de padecer demencia, o, al menos, de retardar el progreso de la enfermedad. Esta guía se basó en décadas de investigación y permitió determinar varios factores de riesgo.
LAs mejoras en el estilo de vida podrían ser la clave para prevenir o retrasar esta enfermedad.
Cada uno de los consejos publicados por esta organización abogan por un cambio en el estilo de vida en diferentes aspectos, que van desde una dieta rica y balanceada, hasta el tratamiento de enfermedades como diabetes o hipertensión.
En la actualidad muchas personas mantienen un estilo de vida sedentario, en gran parte debido a sus profesiones. Sin embargo, un aspecto fundamental en la prevención se encuentra en la actividad física.
Por eso se recomienda practicar algún deporte o disciplinas como yoga o pilates. Incluso realizar caminatas diarias pueden ayudar.
La dieta mediterránea es considerada una de las que ofrecen una mejor alimentación al estar compuesta por una variedad de elementos que permiten al organismo recibir todos los nutrientes necesarios para su óptimo funcionamiento.
Sin embargo, los expertos aseguran que, para que pueda realmente ayudar en la prevención o reducción de la demencia, es necesaria una fuerte disciplina en estos hábitos alimenticios.
Contrario a la creencia popular, los investigadores expresaron que no existen pruebas suficientes que permitan vincular el aislamiento social con la demencia. De hecho, Bart de Stropper director del Instituto de Investigación de la Demencia en el Reino Unido, expresó:
«Hay pocas pruebas sólidas disponibles para demostrar que la modificación de los factores ambientales modifica fuertemente el riesgo de demencia»
Si bien estos consejos pueden resultar bastante generales, son un gran avance en la prevención y tratamiento de la demencia. Es posible que, en un futuro no muy lejano, los investigadores logren encontrar una cura definitiva para esta enfermedad.