La primera “lectura sideral” tuvo lugar durante la misión norteamericana Apolo 8.
A priori se podría pensar que los astronautas se llevarían un best-seller para rellenar algún momento de ocio, si es que los hubiese. Puestos a elucubrar, es posible que se ayudaran para ello del listado de los libros más vendidos.
Esta nómina la encabeza nuestro “Don Quijote de la Mancha”, al cual siguen “Historia de dos ciudades”, de Charles Dickens, “El señor de los anillos”, “El principito” y “El hobbit”.
El año 1968 ha pasado a la historia por la desolación y la barbarie. Fue el año que asesinaron a Martin Luther King y a Robert Kennedy, el año de la Primavera de Praga y en el que doce mil estudiantes norteamericanos salieron a la calle para protestar por la guerra de Vietnam.
También es recordado porque fue el año en el que la NASA puso en órbita la misión Apolo 8. Su objetivo era orbitar diez veces la Luna en un periodo de veinte horas.
La misión fue todo un éxito, porque además se captó por vez primera imágenes de la Tierra, se pudo contemplar el lado opuesto de nuestro satélite, se enviaron imágenes de televisión de la superficie lunar y se batió un nuevo record de velocidad -10,8 kilómetros por segundo-.
Los amantes de la fotografía seguramente tienen grabada en la retina la histórica fotografía que realizaron los astronautas de esta misión, en donde aparece la Tierra desde el espacio profundo, sobre el horizonte lunar.
Una fotografía épica, por primera vez el Homo sapiens sapiens captaba su hogar desde la órbita de “otro mundo”. Para ello fue preciso que viajase a 380.000 kilómetros de distancia, la imagen fue bautizada como “earthrise” –amanecer de la Tierra–. Era el 24 de diciembre de 1968.
No deja de ser asombroso que los astronautas fueran a explorar la Luna y lo que descubriesen fuese la Tierra…
Quizás no sea la imagen más espectacular del programa Apolo, pero sí es una de las más impactantes. Además, se hizo a la antigua usanza, es decir, apretando un botón y revelando el carrete al regresar a la Tierra.
No fue el único gesto grandilocuente de aquel mítico viaje.
Los tres tripulantes del Apolo 8 –Frank Borman, Jim Lovell y Bill Anders– sorprendieron al mundo cuando, en una conexión en directo con los canales de televisión, leyeron, por turno, el libro del Génesis hasta el versículo 15.
Anders fue el primero en comenzar la lectura: “En el principio, Dios creó el cielo y la Tierra…”. De esta forma, la Biblia se convirtió en el primer libro en ser leído desde el universo.
Esta lectura fue, sin duda, un guiño al programa soviético. Tan solo siete años atrás, el cosmonauta ruso Yuri Gagarin había sido el primer humano en viajar al espacio. Lo hizo a bordo del Vostok 1.
Durante el viaje se quedó mirando fijamente a través de la ventana de la nave espacial y de forma reflexiva afirmó: “No veo a ningún Dios allá”.
El Apolo 8 tardó sesenta y ocho horas –casi tres días– en recorrer la distancia entre la Tierra y la Luna. A su llegada, los astronautas fueron recibidos como verdaderos héroes y la revista Time los nombró “Hombres del Año”.