La innovación en la ciencia médica también ofrece buenos resultados cuando se trata de los animales.
El más reciente ejemplo ha sido una loba marina llamada Ziggy Star, que fue intervenida con éxito por un equipo de neurocirujanos de la Universidad de Tufts, en los Estados Unidos.
Se cree que la cirugía es la primera de su tipo en esta especie animal. La operación se efectuó para tratar su empeoramiento por la hidrocefalia, una condición neurológica en la que se incrementa el líquido cefalorraquídeo en las cavidades del cerebro.
La institución ha revelado que la hembra adulta se encuentra en pleno proceso de recuperación en su hogar, el Mystic Aquarium.
Ane Uriarte, que se desempeñó como principal responsable de la cirugía, informó a través de un comunicado de que el procedimiento se completó con éxito gracias “a la colaboración de expertos de diferentes áreas. Sus habilidades en conjunto fueron vitales para este triunfo”.
El acuario decidió adoptar a Ziggy después de que, en el 2013, las autoridades de California la encontraran varada en sus costas. Tras examinarla, el gobierno local decidió que el animal no estaba en condiciones de volver al océano.
En esa ocasión se le practicó una primera resonancia magnética, que reveló diversas anormalidades derivadas de la hidrocefalia. La enfermedad le estaba causando convulsiones, dificultades para moverse y daños neurológicos severos.
La loba marina comenzó en aquel entonces a recibir tratamiento, en un intento de contrarrestar la enfermedad. Sin embargo, los síntomas siguieron progresando de forma dramática.
Según las autoridades, la loba marina fue sometida a una segunda resonancia el pasado mes de setiembre, que evidenció que la enfermedad había empeorado.
“El cerebro estaba desapareciendo, producto del exceso de líquido que había. Después de analizar la situación en conjunto con los veterinarios de Mystic, se decidió hacer la cirugía para drenar el exceso de líquido, con lo que se alivió la presión sobre el cerebro”, añadió Uriarte.
La intervención no revirtió el daño que ya tenía el cerebro, pero podría detener la progresión de su condición, lo que incidirá en su movilidad, calidad de vida y nivel de respuesta. Actualmente, la loba está en proceso de recuperación.