Un proyecto de vida es un plan de beneficios para el futuro, pero hacerlo requiere de programación y autoconocimiento, no es algo que se improvisa basado en los deseos propios y caprichos de otros, sino más bien en necesidades primordiales personales. Para el diseño de un plan de vida se debe valorar la realidad del presente y las oportunidades también reales del logro futuro, de igual forma los pasos a seguir y el recurso al alcance para que la meta no se desvanezca a mitad de camino y no se trate de un documento cargado de aspiraciones vanas e ilusorias, sino de un sueño cumplido.
Ambientes sociales:
Definición, características, tipos y ejemplos de entornos sociales de hoy en día
Es el plan que todas las personas nos trazamos para establecernos metas esenciales a futuro, acerca de lo qué queremos ser, hacer y cómo lograrlo. Esta especie de hoja de ruta incluye las oportunidades y medios o recursos que requeriremos para lograr cada objetivo y las acciones que emprenderemos para hacerlos posibles. Es básicamente un manual en el que registramos nuestros sueños más ambiciosos.
Puede definirse como un plan fundamental de existencia que generalmente se adapta a las expectativas que nuestro entorno tiene depositadas en nosotros; que puede ser variable y de construcción permanente en el tiempo, agregando nuevos deseos y adaptándose a las circunstancias de cada etapa de vida. Se trata de conectar las actividades diarias a objetivos más amplios y de llevar una gestión más seria o formal de nuestra vida.
Todo proyecto de vida moviliza la acción y consecución de metas significativas a corto y largo plazo, pues reúne la consistencia de los valores y la ilusión de las aspiraciones personales. Dicho plan nos hace recorrer un camino de esfuerzos pero también de gratas satisfacciones.
La principal importancia de diseñarnos un claro plan de acción para la vida es el propósito de autorrealización, una necesidad elemental para todo el que vive en sociedad y lleva la herencia de una cultura en su espalda. Asimismo, colabora con la construcción de la identidad, ya que las personas son esencialmente aquello a lo que dedican su tiempo, sus acciones, valores y necesidades.
La motivación y el autoconocimiento, son otras dos grandes ventajas de fabricar un plan de vida. La primera mantiene nuestros esfuerzos en la mira de incentivos económicos, sociales, etc; para el sorteo o superación de obstáculos. La segunda invita a una exploración atenta de incógnitas existenciales e introspección favorable de quiénes somos y por qué vamos en cierta dirección.
Según el concepto de proyecto de vida fijarnos metas y visualizarnos nos ayuda a ser exitosos y felices; a enfocar nuestras energías para satisfacer los deseos de de seguridad, reconocimiento y afiliación; así como a aprovechar todo tipo de talentos y oportunidades. Son parte de los objetivos de un plan de vida.
El ser humano desde siempre ha revelado un interés especial por conocer y controlar su futuro, por ello forma parte de la naturaleza humana la tendencia a desarrollar planes de vida que dependen de sus propias decisiones y que garanticen una vida plena. Claro que siempre dependerá de la personalidad y el contexto social de cada persona, también de sus expectativas y la percepción de sus propias capacidades. Conforme a estas variables de cual es el proyecto de mi vida, este contempla tres características básicas:
Abarca los valores, gustos y preferencias de cada persona; todo plan es creado por ti y para ti, aunque el beneficio trascienda a otras personas como consecuencia de tu esfuerzo. En esencia, articula prioridades personales cómo es un proyecto de vida personal.
Según la definición de proyecto de vida, un plan de vida siempre esboza propósitos futuros y brinda la oportunidad de crear una visión particular, separada de lo que otras personas esperan, en consideración de pretensiones de relaciones románticas, éxito profesional, condición económica, etc.
El desarrollo de un proyecto de vida contiene las estrategias que cada persona utiliza para su desarrollo, puede tratarse de disciplina, recursos, relaciones sociales, etc. Proporciona acciones específicas necesarias para conducirte a la dirección donde quieres estar en cada área importante de vida. Aunque puede modificarse y ajustarse cuando sea necesario.
De acuerdo a la personalidad y a los requerimientos que tenga, algunas personas son propensas a planificarlo todo; pero la mayoría de nosotros improvisamos o tenemos intereses particulares en cada etapa de vida. Quizás a los 20 años la prioridad era conseguir al amor de mi vida y formar una familia pero pasado los 25, solo pienso en mi carrera y en alcanzar la prosperidad anhelada. En fin, que tu proyecto plan de vida tiene un carácter personal y eres tú quién decide a qué dedicar tu tiempo y esfuerzo y en qué momento. Mencionaremos a continuación las metas que mayormente se incluyen en los planes de vida:
Este tipo de objetivo es muy probablemente el primero en la lista cuando viene a la mente la idea de plantearnos seriamente un objetivo, se trate de la necesidad de alcanzar un ascenso en la empresa donde trabajamos o algún tipo de reconocimiento, o quizás de avanzar y buscar un nuevo y mejor reto profesional, quizás con la idea de independizarte o emprender. En fin, que en este ámbito de la vida siempre estamos en movimiento y descubrimiento.
Entre tantos ejemplos de metas y objetivos de un proyecto de vida, puede tratarse de la obtención de un grado, mejorar el desempeño laboral, alcanzar una promoción, emprender tu propio negocio, aprender una nueva habilidad, etc.
Estos objetivos están casi siempre estrechamente vinculados a los objetivos profesionales, ya que muy seguramente solo el trabajo honrado te permitirá alcanzar la seguridad financiera que necesitas o aspiras. Lo importante en este tipo de proyectos es trazarte metas realistas y ajustadas a tu condición profesional. Como ejemplo de plan de vida financiera, son metas relacionadas con el dinero, a alcanzar beneficios materiales y comodidades, por ello es esencial la planificación y organización de gastos e ingresos.
Ejemplos de cómo hacer un proyecto de vida financiera es conseguir un aumento de sueldo, quizás pagar un préstamo; ahorrar para unas vacaciones o la jubilación, adquirir un bien material importante como casa o vehículo, etc.
Aunque el éxito profesional y financiero pueda brindarnos comodidad y seguridad, es probable que no disfrutemos de esos logros si no sabemos gestionar nuestro comportamiento y emociones. Es por eso, que debe ser la prioridad para todos convertirse en una buena persona, de hecho el desarrollo personal es un proceso de toda la vida en el que constantemente deberíamos invertir.
Un ejemplo de proyecto de vida personal está relacionado a mejorar la actitud y la confianza hacia los demás, otro ejemplo un proyecto de vida es habituarse a una rutina matutina más saludables física y mentalmente, vencer o superar algunos miedos, mi proyecto de vida personal incluye entrenar la inteligencia emocional, aprender un nuevo lenguaje o habilidad, etc.
La primera buena relación que se debe de tener es consigo mismo, por ello la importancia de las metas de desarrollo personal. Ya convertidos en una mejor persona, padre, amigo, hijo o colega, conscientes de nuestras cualidades y de mejorar nuestros defectos, podemos aspirar a relaciones armoniosas y duraderas con otras personas, ya sea en términos románticos, familiares o de amistad. Las relaciones son una parte vital de nuestras vidas y es natural establecer algunas metas para aprovecharlas al máximo.
Es común escuchar el interés alcanzar metas de relaciones como mejorar la calidad de tiempo familiar, también otro ejemplo de qué es un plan de vida propone iniciar una nueva relación, contraer matrimonio, mejorar la comunicación en pareja, cultivar amistades o de los ejemplos de mi proyecto de vida, conocer un nuevo grupo de amigos, tener más participación en comunidad, club deportivo o iglesia, etc. Uno de los secretos para una vida larga y saludable es ser parte de una comunidad.
Aprender a planificar, establecer prioridades y tomar decisiones reales; mejorar la autoestima y la autoconciencia; aprovechar al 100 por ciento los recursos y oportunidades que se nos presenten y así podemos extendernos en la cantidad de beneficios que nos otorga la disciplina de elaborar un plan de vida. Es en definitiva un recurso muy importante para el desarrollo humano y dar claridad a nuestros anhelos. Pero mejor enumeremos algunas de las ganancias que esta práctica nos deja:
Al planificar cualquier proyecto que nos conduzca a las metas deseadas, debemos establecer las estrategias que nos llevarán a ellas, es decir el método, los pasos a seguir y los recursos con los cuáles contamos para lograr el éxito de nuestro propósito de vida.
Un ejemplo corto de proyecto de vida, si el proyecto de vida propuesto es el de ingresar a la facultad de medicina de una universidad local, debemos tomar en consideración las acciones o actividades que debemos realizar para lograrlo. Muy seguramente debas realizar algunas pruebas de admisión y demostrar que tienes un promedio excelente que te respalde. También es propicio investigar sobre las posibilidades reales de ayuda financiera que puedas obtener para cubrir los costos educativos, como patrocinios, préstamos o becas de estudio.
No podemos hacer el planteamiento y diseño de un proyecto personal de vida si no tenemos claridad mental en lo que queremos, hacia donde nos dirigimos y con qué cualidades contamos para un fin. Hacer un proyecto de vida nos lleva a la reflexión y descubrimiento de muchos aspectos personales que hasta entonces no tomábamos en cuenta; es decir que nos impulsa a un proceso de autoconocimiento. Para proyectar planes a futuro o lo qué es un plan de vida, toda persona debe partir del reconocimiento de su contexto personal, sus capacidades, vocación y sus valores.
Asumir todo lo que implica la planificación, organización, así como la constancia y esfuerzo de emprender un proyecto de vida importante, también nos lleva a asimilar la advertencia de que toda acción tiene consecuencias. Entendemos que somos los únicos responsables del éxito o fracaso de cada objetivo y también de resolver los inconvenientes que se presenten en el camino, ya que somos los primeros y a veces únicos interesados. Conforme a lo qué significa proyecto de vida, aprender a planifica implica también desarrollar la responsabilidad por las decisiones y acciones inherentes a cuál es mi proyecto de vida.
Al hacernos responsables tomamos consciencia y entendemos que existen conductas de riesgo que debemos evitar si estamos enfocados en el éxito del plan de vida que nos hemos trazado. Las personas que avanzan a sus planes futuros, evitan los comportamientos, vicios y malos hábitos que puedan poner el peligro sus metas y aspiraciones; esto contribuye con el bienestar y la estabilidad de las personas en diferentes áreas de su vida.
Decidir si estudiar biología o nutrición; elegir a cual editorial entregar tu hoja de vida o si comparas casa o apartamento, son alternativas más simples de escoger cuando tenemos claro lo que queremos y hacia donde queremos avanzar. Se trata de decisiones importantes que proyecto a mi vida y que pueden cambiar el rumbo de nuestro destino por lo que no podemos dejarlas en manos de otros, pero el poder de decisión permite que aremos el camino en situaciones diarias que nos llevan a metas más grandes.
La construcción de un plan de vida toma como punto de partida el conocimiento de nuestras propias cualidades y habilidades y nos inclinamos hacia las actividades para las que estamos más cualificados; en consecuencia el desarrollo de estas acciones nos ayuda a su vez a desarrollar cada vez más esas capacidades identificadas. Para dar un ejemplo, cuando una persona escoge estudiar matemáticas como proyecto de vida, lo hace reconociendo sus capacidades intelectuales y la posibilidad de potenciarlas con la absorción de nuevo conocimiento y la experiencia.
Nadie está exento a cometer errores y toparse con obstáculos durante el avance de algún plan de vida; pero la resiliencia o la capacidad de superar los inconvenientes negativos que se presentan en el camino nos puede cambiar y mejorar la experiencia. Tener confianza en los pasos y las estrategias establecidas, ayuda a reconocer los errores a tiempo y buscar alternativas para superarlos.
Proponernos el cumplimiento de un proyecto de vida no depende solamente de un deseo ferviente de hacerlo o de solo buenas intenciones, se requiere el detenido y consciente de varios elementos que se debe tomar el cuenta para evitar el fracaso. Más que pasos, llamémosle evaluaciones importantes que debemos hacer antes de la elaboración de un proyecto de vida para que este no sea solo un documento cargado de aspiraciones vanas e ilusorias.
Es cierto que un plan de vida siempre proyecta un logro a futuro, a largo o mediano plazo, pero es necesario que se sustente en la realidad del presente sin suposiciones e ilusiones adelantadas para no toparnos luego con la incompatibilidad entre lo que queremos y podemos lograr.
Debemos recordar que la vida nos sometes a cambios constantes y muchas veces inesperados, por lo que es probable que un proyecto de vida de extensión deba requerir ajustes y modificaciones en el camino. Nuestro entorno, las personas que nos rodean, incluso nosotros mismos estamos en constantes transformación, lo importante es mantener la esencia inicial del propósito establecido como parte de nuestra identidad.
En ocasiones podemos confundir los deseos con necesidades, es necesario poder identificar estas últimas pues su incumplimiento o presencia en nuestras vidas tienen consecuencias diferentes. Una necesidad puede afectarnos de un modo trascendental, la imposibilidad de logro de un deseo puede ser manejable.
Las necesidades más básicas nos proporcionan seguridad y son imprescindibles para la supervivencia, es el caso de las necesidades fisiológicas, de afiliación, satisfacción y de autorrealización. Detectar necesidades significa reconocer lo necesario, de lo contrario sería sólo un deseo.
Una vez estudiada la situación real presente y las necesidades primordiales, se puede entonces considerar los objetivos personales más importantes y posibles. A veces pensamos en resultados deseables pero difusos en las manera de lograrlos, es decir las acciones y herramientas con las que debemos contar para hacerlo tangible; otras veces nos planteamos propósitos lejos de nuestro rango de acción, demasiado grandes que requerirán de tiempo y esfuerzo excesivo. La clave está en presentarnos el objetivo en pasos alcanzables y a corto plazo; y así ir aumentando la ambición y oportunidades del reto.
Los valores son parte de nuestra formación cultural y nuestra identidad, por eso influyen en gran medida sino en toda, en el planteamiento de objetivos importantes de vida. Los valores se expresan en nuestra vida diaria, en nuestro comportamiento y repuestas a las situaciones, por ello analizar nuestras convicciones nos permitirá diseñar un proyecto coherente con lo que creemos y queremos presentes en nuestra vida.
Hacer algo contrario a nuestros valores ya sea por influencia externa o por indecisión, nos genera una confrontación interna con lo que somos, con cómo actuamos y lo que consideramos correcto. Todo esto es causa de culpas, angustias y el fracaso de nuestros propósitos.
Teniendo en claro todo lo anterior, llega el momento de diseñar e implementar nuestro plan de vida. Hemos reunido las condiciones para construirnos un plan previsible y adecuado a nuestra realidad, es decir, respetuoso con nuestro estado actual o presente, que satisfaga nuestras verdaderas necesidades, alcanzables y compatible con nuestros valores.
Aquí debemos resonar la importancia de no hacernos promesas muy elevadas y estructurarlo con la idea de pequeños logros acumulativos que nos dirijan a esa ambiciosa meta que soñamos; también recordar que debemos ser constantes pero flexibles a los cambios que puedan presentarse y que pueden formar parte de la evolución que buscamos en cada peldaño de vida.
Con todo esto también debemos tomar en cuenta que nuestro proyecto de vida puede fracasar, pese a la pasión y el esfuerzo que le pongamos, pues algunas circunstancias sencillamente están lejos de nuestro control. En estos casos nos debemos levantar y avanzar para replantearnos nuevas formas de conducir un plan de vida exitoso. Es parte de la vida sufrir episodios de pérdida, decepciones y desencuentro pero no se acaba el mundo, debemos aprender a renuncia y reedificar el porvenir con renovada emoción.