Renovar una vivienda es una tarea emocionante y a menudo necesaria, pero también puede ser abrumadora. Desde la planificación hasta la ejecución, hay muchos factores a considerar para asegurarse de que el proyecto sea un éxito. Te ofrecemos una guía sobre qué hacer y qué no hacer al renovar tu hogar, destacando las necesidades primarias y secundarias, y explorando las formas de financiar una reforma.
La planificación es esencial. Piensa claramente lo que quieres. ¿Quieres mejorar el carácter funcional, aumentar el valor del inmueble, o deseas darle un nuevo estilo a tu espacio?
Establece un presupuesto. Asegúrate de investigar los precios actuales de materiales y mano de obra. Es crucial no subestimar los costos y estar preparado para gastos adicionales.
Selecciona contratistas y profesionales con buena reputación y experiencia. Verifica sus credenciales y pide referencias. Un buen profesional puede hacer una gran diferencia en la calidad del trabajo y en cumplir los plazos establecidos.
Comienza por las necesidades primarias, como la estructura y la funcionalidad. Esto incluye reparar techos, actualizar sistemas eléctricos y de fontanería, y mejorar el aislamiento.
Realiza renovaciones que sumen al atractivo. Renovación de cocinas y baños, ampliaciones de espacios, y mejoras en la eficiencia energética suelen ser los idóneos.
Evita comenzar las renovaciones sin una idea y organización clara. Esto puede resultar en cambios y retrasos que al final del día significan más inversión.
No subestimes el tiempo de construcción. Los retrasos son frecuentes. Asegúrate de tener un calendario flexible.
Cumple con todas las regulaciones e infórmate sobre el papeleo necesario antes de empezar. Ignorarlos puede llevar a multas.
No optes por lo más barato en materiales y mano de obra. Lo barato puede salir no tan bien como se piensa.
Considera el mantenimiento en el futuro; 10, 20 o incluso 50 años, de los materiales que optes.
En las necesidades primarias podemos encontrar la reparación de techos, paredes, y cimientos. Así mismo como actualización de sistemas eléctricos, de fontanería, y de calefacción y por último, la mejora del aislamiento, instalación de ventanas eficientes, y sistemas de energía renovable.
Las necesidades secundarias se enfocan en comodidad y estética, esto es; renovación de acabados, pintura, y decoración. Ampliaciones de espacio e instalación de sistemas de domótica. Mejora de jardines, patios, y áreas exteriores.
Emplear ahorros es la manera más frecuente de pagar una reforma. Esto evita endeudarse y permite un control total sobre el presupuesto.
Los préstamos personales pueden ser una opción. Proporcionan una acomodación para poder usarlos en lo que se necesite.
Algunas instituciones ofrecen créditos específicamente para renovaciones del hogar.