La Fórmula 1 es un deporte que mueve millones de dólares. Los diez equipos que componen la máxima competición de automovilismo internacional invierten importantes cantidades de dinero en construir sus monoplazas para luchar en la pista. Un modelo de negocio desequilibrado que actualmente solo beneficia a los equipos más importantes de la parrilla. A pesar de las modificaciones que pretendía implantar el grupo estadounidense de medios y entretenimiento Liberty Media desde su llegada hace dos años, esta estructura económica permanecerá inamovible hasta que el Acuerdo de la Concordia, reglamento que rige el campeonato de la Fórmula 1, llegue a su fin en 2020. Un año que marcará el futuro de la competición.
Actualmente, cada escudería recibe una determinada cantidad de dinero que varía dependiendo de múltiples factores. Formula One Management, grupo de empresas responsables de la promoción del campeonato y del ejercicio de los derechos comerciales, cuenta anualmente con un presupuesto que ronda los 1850 millones de dólares. De esa cifra, los diez equipos de la Fórmula 1 reciben aproximadamente la mitad, unos 940 millones, por los beneficios obtenidos por los derechos de televisión. Un importe que no depende exclusivamente del rendimiento en la pista. De hecho, Ferrari es el equipo que más dinero ha percibido esta temporada que acaba de echar el telón en Abu Dhabi.
Ferrari es la gran intocable del negocio de la Fórmula 1 en materia de ingresos. De hecho, la escudería italiana es la única en la parrilla que recibe dinero anualmente por su larga trayectoria y su impacto a nivel mundial. Un concepto que se denomina «Long standing teams» o «Equipos de largo recorrido» y que la sitúa en una posición privilegiada. Un dinero extra que esta temporada ha ascendido a 68 millones de dólares y que ha vuelto a suscitar las quejas del resto de los nueve equipos de la máxima competición de automovilismo internacional. Una estructura económica diseñada por Bernie Ecclestone en el año 2013 que condena a los equipos más modestos de la competición.
El modelo económico implantado por Ecclestone en 2013 es sólo viable para los grandes equipos de la Fórmula 1. Ferrari, Mercedes, Red Bull y McLaren negociaron sus respectivos acuerdos con la organización de la competición de forma completamente independiente al resto de escuderías. De esta forma, los cuatro equipos reciben un bonus individual de dinero extra en cada edición. Por ejemplo, Mercedes percibe 39 millones de dólares por ganar dos campeonatos de constructores, misma cantidad que recibe Red Bull por ser la primera escudería de la parrilla en firmar este acuerdo hace cinco años.
Los equipos grandes contarán con este respaldo económico hasta 2020, cuando Liberty Media firmará un nuevo Acuerdo de la Concordia que busque una mayor igualdad y equilibrio en la parrilla. Unas medidas para intentar buscar la supervivencia de las escuderías más modestas, así como la llegada de nuevos fabricantes a la competición. Una nuevas realidad que devuelva la emoción a una Fórmula 1 que año tras años sigue perdiendo adeptos en todo el mundo por su falta de espectáculo en las carreras.