Seguimos en el siglo VIII. Favila, tras un corto reinado de apenas dos años, había fallecido como consecuencia de una pelea con un oso en los montes asturianos, o, como dicen algunos, a manos de los nobles descontentos con alguna de sus decisiones. Estos mismos nobles proclamaron a Alfonso I como nuevo rey de Asturias.
Alfonso I
Hijo de don Pedro, duque de Cantabria, instalado en la corte de Don Pelayo, se casó con Ermesinda, hija de éste, que aparece como causa justificativa última de su acceso al trono.
La jefatura de Alfonso era la formalización de una alianza astur-cántabra desde los primeros tiempos del Asturorum Regnum y la unión de los dos linajes, el pelagiano y el de Pedro, entre cuyos descendientes recaerá, casi exclusivamente, la Corona del reino, afirmándose finalmente el principio de sucesión patrilineal.
De este matrimonio nacerán Fruela, Vimarano y Adosina. Una vez fallecida Ermesinda, Alfonso mantuvo relaciones con una cautiva de origen musulmán. Ésta le dio un hijo varón, al que pusieron el nombre de Mauregato, y que llegaría a ser rey de Asturias.
Nada más comenzar su reinado, en el año 739, tuvo que pelear con las tropas de Uqba ibn al-Hayyay, valí de al-Andalus, pudiendo conseguir la victoria.
Este hecho trajo consigo la consolidación de su posición al frente del trono asturiano. En consecuencia del enfrentamiento y la debilidad de los últimos valíes, se atrevió a emprender una serie de campañas militares cuyo fin era ampliar sus territorios.
Pero se planteaba un problema: la repoblación de los terrenos conquistados y su defensa ante los ataques musulmanes, por lo cual optó por trasladar a la población de los territorios conquistados hacia el Norte, lo cual fue interesante, ya que aumentó la escasa población de Asturias, pero dejando una extensa zona desértica a orillas de Duero.
Así se repoblaron las Bardulias, que fueron el origen del futuro Condado de Castilla.
Llegado el año 757 murió Alfonso por causas naturales, siendo enterrado en el convento de Santa María junto a Ermesinda.
Ermesinda
Una vez más, los documentos consultados la nombran por diversos nombres: Ormisenda, Ermenisinda y Ermisenda. De cualquier forma, sabemos que era hija de don Pelayo y su esposa Gaudiosa.
Ermesinda contraerá matrimonio con un hijo de Pedro de Cantabria, de nombre Alfonso, el cual, una vez muerto su cuñado Favila, sería elegido rey de Asturias, accediendo al trono como Alfonso I.
Aunque desconocemos la fecha de su fallecimiento, sí sabemos que fue enterrada en la Cueva de Covadonga, donde esperaría la llegada de Alfonso.
En el sepulcro, que suponemos contiene los restos de ambos cónyugues, se puede leer este epitafio:
«Aquí yaze el Católico y santo rei don Alonso el primero i sv mvjer doña Ermenisinda, ermana de don Favila a qvien svcedio. Gano este rey mvchas vitorias à los moros. Fallecio en Cangas año de 757».
Es interesante saber que, durante el reinado en Asturias de Alfonso I, otro personaje, en el Sur, se declaraba emir independiente del califato Omeya, es Abderramán I.