El término “rigidez” en el contexto deportivo puede ser algo confuso para quien carece de conocimientos en el tema. La rigidez muscular es, de hecho, una de las características que todo buen deportista necesita tener o desarrollar para un mejor control de movimiento.
En el baloncesto los jugadores deben mantener una dieta estricta y entrenamientos especializados enfocados a lograr un buen rendimiento. Por ello los especialistas califican la rigidez muscular como un beneficio en vez de una desventaja, por muy difícil que sea de creer.
«Rigidez» se asocia con «falta de flexibilidad» y es bien sabido que los deportistas de alto nivel trabajan duro para mantenerse flexibles y poder exprimir al máximo sus músculos y articulaciones…
Un corredor profesional, por ejemplo, realiza movimientos gráciles y fluidos. Sus músculos muestran total flexibilidad de movimiento y sin rigidez alguna. Es ahí donde entra el análisis hecho por médicos y especialistas deportivos, que defiende que los músculos, ligamentos y articulaciones, al “fluir” con total libertad, muestran movimientos suaves y elásticos, sin control propio, lo cual los hace técnicamente más vulnerables.
Se ha comprobado con el tiempo que, al no existir rigidez muscular alguna, los deportistas pueden llegar a tener un buen rendimiento, pero son mucho más propensos a caídas y lesiones. Por lo tanto, volviendo al corredor profesional, técnicamente podría perder el control total de sus articulaciones y sufrir cualquier tipo de lesión o contratiempo…
Rigidez muscular en baloncesto
En el contexto deportivo, y más específicamente en el baloncesto, la rigidez es una cualidad extra muy valorada. Terapeutas y médicos especializados han confirmado que la rigidez muscular en estos deportistas no solo es necesaria, sino que mejora considerablemente sus habilidades.
Los mejores jugadores trabajan activamente para ganar rigidez y moverse mejor dentro de la cancha, ya que esto les proporciona un mayor control muscular.
Algunas técnicas para mantener rigidez muscular
- Levantamientos de pantorrilla: ejercitan los dedos del pie, los tobillos y los músculos de la pantorrilla, ayudando a mejorar en golpes y saltos.
- Saltos de profundidad: típicos en baloncesto, los jugadores hacen saltos profundos que logran controlar. Para ello se entrenan con saltos en tierra, para mejorar la reacción corporal, potenciar la coordinación y obtener capacidad de controlar la fuerza en el momento de aterrizar o pisar firmemente.
- Correr descalzo: sobre superficies suaves como el césped, este entrenamiento ayuda a mantener la forma de los pies y a controlar el desplazamiento y la amortiguación. Usando zapatillas estas habilidades se desarrollan mucho más fácilmente y se potencian de forma instantánea.
La rigidez muscular no solo es beneficiosa para el baloncesto
No. Si bien sus beneficios en el baloncesto son apreciados y han ido desarrollándose y extendiéndose, la rigidez muscular ayuda en otras actividades, como el yoga, los deportes de alto impacto, entrenamientos de gimnasio, el fitness y en el baile.
En el ballet se realizan movimientos lineales y coordinados. Es fácil imaginar cuánta soltura y fluidez necesita una bailarina, sin tener en cuenta que cada movimiento está controlado por contracciones. En los entrenamientos de ballet se busca desarrollar precisamente un nivel de rigidez que ayude al control de movimientos.
Como puedes comprobar, y por increíble que pueda parecer, la rigidez muscular es un atributo necesario para muchos deportistas, sobre todo para los que necesitan tener un mayor control y resistencia en sus músculos.