Pocos son los restos del Románico en la Comunidad Valenciana, a pesar de lo cual vamos a ver los más significativos:
Puerta del Palau
La Catedral de Valencia, consta de tres puertas de acceso. Cada una de un estilo, en el brazo sur del crucero, encontramos la Puerta de «L’Almonia», que recibe este nombre por estar cerca del lugar donde se socorría a los menesterosos; aunque también recibe el nombre de Puerta del «Palau», ya que da paso a la plaza donde está ubicado el Palacio Arzobispal.
Puertas de San Juan del Hospital
Otro de los restos del Románico en Valencia es la Portada Norte de la iglesia de San Juan del Hospital, que data del siglo XIII, formada por un arco de medio punto, en cuya clave central, podemos admirar el escudo de la orden de San Juan de Jerusalén. En la fachada sur de la iglesia, encontramos una puerta gemela, aunque con pequeñas variaciones.
Además de las puertas, vemos los contrafuertes que soportan los muros y los vanos con forma de saeteras. Podemos llegar a la conclusión, sin miedo al error que, este templo nació con una estructura románica, que fue pronto sustituida por elementos más próximos al gótico.
La Virgen de los Estudiantes, Iglesia de San Juan del Hospital
Es una talla en madera, que representa a la Virgen María con el Niño Jesús sentado sobre una de sus rodillas. Al restaurarla, faltaba la mano derecha de la Virgen, así como la corona. Fue colocada en su capilla a finales del siglo XX.
La imagen fue comprada por unos cazadores a un pastor de Rada de Haro, en Cuenca. Conscientes de su valor artístico, la donaron a la iglesia de San Juan del Hospital. Desde entonces ha sido venerada por los estudiantes, ya que tiene un libro en sus manos.
Puertas de San Vicente de La Roqueta
En nuestra búsqueda del Románico valenciano llegamos a San Vicente de la Roqueta, fue construido al poco de la conquista de la ciudad por Jaime I. La portada norte, esta cegada en la actualidad.
Adscrita al románico tardío, entre 1240 y 1287, es una portada de medio punto abocinada. La portada occidental está compuesta por un arco de medio punto ligeramente abocinado. Es de piedra y los capiteles adoptan forma troncopiramidal invertida.
Virgen de las Batallas, Iglesia de San Andrés
En esta iglesia, encontramos una talla románica de autor desconocido, fechada en el siglo XIII y que lleva por nombre Virgen de las Batallas. Según la tradición, el rey Jaime I, cuando entraba en batalla, gustaba de llevar consigo una talla de la Virgen María.
Esta imagen fue donada por el rey a la ciudad de Valencia, una vez conquistada, y quedó en la Ermita de San Jorge.
Restaurada recientemente, ha revelado dos importantes datos: el Niño Jesús que tiene en sus rodillas no es original, ya que es una imagen barroca del siglo XVII, así como que la corona tampoco corresponde al momento de su talla. Está realizada en madera policromada, y en su parte posterior lleva una anilla para colgarla, posiblemente del caballo.
Cristo del Salvador, Iglesia del Salvador
En el altar mayor de la Iglesia de San Salvador, se conserva esta talla románica, fechada con anterioridad a 1250. Según la tradición, el Cristo apareció subiendo por el río Turia, contracorriente, un 9 de noviembre de 1250.
Dice una leyenda que, el Cristo fue tallado por Nicodemo, y fue arrojado al mar en Beirut para evitar que fuera destruido por los musulmanes que asolaban la ciudad.
Mide cerca de tres metros de altura y pesa más de 300 kilos. La imagen conserva caracteres románicos, aunque su cercanía al gótico, hace que ya no se represente a un Cristo muerto, como en el románico, si no un Cristo vivo. Clavado a la cruz con tres clavos en lugar de cuatro, como se suele representar en el románico.
Es extraña la posición de su cabeza, desplazada del eje del cuerpo. Debido posiblemente a que formara parte de un grupo escultórico. La parte posterior no está tallada, lo que nos dice que fue hecho para ser visto de frente.
Pila-Fuente de jardín, museo San Pio V
En el Museo de Bellas Artes de Valencia se han ido almacenando gran cantidad de los elementos pétreos recuperados en la ciudad de Valencia a lo largo del tiempo.
Se trata de una pila o taza que debió pertenecer a una fuente ornamental, tal vez del desaparecido Palacio Arzobispal. Destaca por su decoración en forma de friso decorado y se encuentra en buen estado de conservación.
Esta copa, a través de las máscaras que tiene en la boca, lanzaría agua sobre otra taza en un nivel inferior. La decoración consiste en grandes aves de rapiña, que picotean sobre unas máscaras grotescas.
Esta iconografía es propia del románico. Es posible que fuera una pila bautismal, aunque las aberturas, desaconsejan esta interpretación.
Capiteles de la portada de la Iglesia de Santo Tomás Apóstol
Sin salir del Museo de Bellas Artes de Valencia encontramos tres capiteles procedentes de la Iglesia de Santo Tomás Apóstol, que se encontraba en la calle Avellanas y que fue derribada en 1862 ante el avanzado estado de ruina en que se encontraba.
La portada, de finales del siglo XIII, era del románico tardío y solo se han conservado tres capiteles.
Fueron identificados de manera casual entre otros elementos arquitectónicos que se encontraban dispersos por el museo. Correspondían al lado derecho de la portada, decorada con aves fantásticas, máscaras y dragones, junto a serpientes enroscadas en lazos vegetales.
Todas son representaciones maléficas, símbolos del mal. Se ha conservado un dibujo que nos permite contemplar su aspecto antes de su demolición. Algunos autores dan como fecha de construcción alrededor de 1291.