De nada sirve negar que vivimos en una sociedad donde se le da gran importancia a la imagen estética. Aspiramos a lucir como los actores, los famosos de las revistas de papel couché, músicos de moda o como los mismisimos modelos de las grandes pasarelas, sin ser conscientes de que, en la mayoría de ocasiones, incluso para ellos que viven de su imagen, lucir así requiere un cuidado intensivo de su dieta, la práctica regular de deporte, tratamientos de belleza periódicos, horas de maquillaje y mucho Photoshop.
La realidad es que casi siempre son retocados por algún programa de edición de fotografía en las revistas para perfeccionar aún más su imagen. Tener un cuerpo perfecto se ha convertido hoy día en sinónimo de éxito y todos, sin excepción, aspiramos a él, lo único que ocurre es que a veces nos fallan las fuerzas y no contamos con un editor de imagen profesional, con lo que tenemos que afrontar la realidad, sin retoques.
Achacamos una mala alimentación a la falta de tiempo, el estrés y las prisas, al igual que el hecho de no practicar deporte, pero, sin embargo, nos gustaría poder lucir orgullosos nuestros cuerpos semi desnudos en la playa o poder vestir cualquier modelo que nos gustase y que todo nos sentasen como una segunda piel.
La buena noticia es que salud y belleza van de la mano, y si cuidamos nuestra alimentación y hacemos ejercicio, si nos lo proponemos de verdad, no solo ganaremos en imagen y autoestima, sino en salud física, enfermando menos, fortaleciendo nuestro sistema inmunológico y huyendo de los grandes males actuales de occidente, como son la obesidad y el colesterol, por lo que, claramente, merece el esfuerzo de caminar en esa dirección.
Siempre se ha dicho que los ojos son el espejo del alma, también podríamos añadir que el rostro es el reflejo de nuestra vida, y así es en efecto, no podríamos estar más de acuerdo, pues cualquier malestar, dolencia, enfermedad, malhumor o pesar se nos refleja rápidamente en nuestros gestos, así como la felicidad y el bienestar cuando todo marcha bien.
Sobre el paso del tiempo, este va dejando marcas de edad en nuestra piel y hay que aceptarlas como muestras de todo lo vivido, pero si nos cuidamos y nos aplicamos cremas protectoras contra el sol, hidratantes para la noche, exfoliantes… sin duda luciremos un cutis más terso y más joven, más acorde con lo que somos y queremos sentir.
Además de estos cuidados diarios, si queremos lucir aún más hermosos, hay tratamientos específicos que se realizan exclusivamente por profesionales, como son el botox o el ácido hialurónico que son algunas de las técnicas de rejuvenecimiento facial con el Dr. Fabrizio Moscatiello realiza en su clínica de Barcelona y Sabadell.
Vivimos en una época donde estos tratamientos están a la orden del día, contamos con grandes profesionales en nuestro país que inspiran la máxima confianza y obtienen grandes resultados, y aumenta a pasos agigantados el número de personas que recurren a ellas para sentirse mejor con ellas mismas, con la imagen que proyectan a los demás, ganando en autoestima y, por tanto, en calidad de vida.
Ciertamente, la belleza exterior no lo es todo para ser feliz, pero sí es cierto que ayuda bastante, pues sentirse bien con uno mismo ayuda al equilibrio mental, a tener seguridad en nuestras propias acciones y a caminar por la vida con confianza en nuestras posibilidades, pues es cierto que la imagen importa, y mucho, en las relaciones que establecemos con el resto de la sociedad. Influye, por un lado, porque cambia la percepción que los demás tienen de nosotros y eso hace que nos traten de un modo u otro, y, en segundo lugar, porque actuamos de manera distinta si no sentimos cómodos con nuestra apariencia física.
Pero una vez que tenemos cubiertas estas necesidades, que nos sentimos saludables y bien con nuestro cuerpo, hay que encontrar ese equilibrio interior que te hace sentir pleno. La psicología positiva ayuda mucho a encontrar nuestro camino, sobre todo si andamos algo perdidos, o cuando sufrimos etapas de ansiedad y depresión, pues desgraciadamente, si antes mencionábamos que a nivel físico eran la obesidad y el colesterol los grandes males de nuestro tiempo, a nivel mental sin duda son la ansiedad y la depresión los trastornos que ocupan los primeros puestos hoy día en las sociedades avanzadas e industrializadas que nos ha tocado vivir.
No podemos dar de lado que el verdadero valor de las personas está en su esencia, en sus valores, en su forma de tratar a los demás, en su manera de ser y estar, en todo lo que conforma la personalidad, pero para que esta florezca, para que pueda expresarse tal cual es, necesita. Igualmente, sentirse segura, confiada, creer en sí misma. Y eso se consigue, como hemos señalado, con el correcto equilibrio entre belleza exterior y bienestar interior.
Por eso debemos trabajar cada día en ambos sentidos, cuidando de nuestro cuerpo y de nuestra mente y, cuando sea necesario, recurriendo a los profesionales de ambos campos para que nos ayuden en nuestro camino hacia la felicidad.