Seguro que te entusiasma leer, y tienes en casa una buena biblioteca que has ido levantando con el tiempo. Seguro te encantan las librerías y entras en ellas con el ojo puesto en las nuevas ediciones, en ese olor tan particular de sus hojas y todos esos detallitos maravillosos que uno descubre siendo un asiduo lector. ¿Pero sabes cómo se elaboran los libros realmente? Más allá de saber que viene de una imprenta, ¿sabes cuáles son los pasos para fabricarlo? No temas, amigo lector: en este artículo te daremos una guía rápida y sencilla para que te hagas una idea de qué significa hacer un libro.
La industria editorial, para dummies
Demos por sentado que entiendes, ya que lees con frecuencia, que todo libro comienza porque hay alguien que lo escribe. Un autor, que dedica mucho de su tiempo a darle forma a sus ideas o a investigar y luego vierte todo eso en un manuscrito (que se llama así todavía, pero en realidad son documentos digitales), y lo hace llegar a un editor.
En la editorial el manuscrito es leído, evaluado, corregido y luego diagramado, todo en ese orden y con más o menos intervención del autor (a veces ninguna). El resultado final de esta serie de procesos aburridísimos es un libro listo para imprimirse, cosa que a lo largo de los países tiene diversos nombres y apodos, como tripa, machote, original, etc.
Ya en este momento se han tomado todas las decisiones respecto al contenido del libro, a sus detalles de contenido, gráficos, editoriales y se han hecho todos los trámites legales y burocráticos, como solicitar un número de ISBN (número internacional de registro de libros) y un depósito legal o equivalente. Entonces, sólo entonces, el libro llega a manos del impresor, en donde empieza a hacerse realidad.
En la imprenta
Los libros, naturalmente, son impresos en papel, así que el primer paso sería escoger el adecuado. Hay muchos tipos de papel y no todos son buenos para todo: los papeles muy blancos y satinados son ideales para fotografías, pero pésimos para la lectura; los papeles opacos y color crema, en cambio, al revés.
Luego se escogen los colores y las tipografías, que suelen estar definidas de antemano entre la editorial y la imprenta, ya que esos detalles normalmente tienen que ver con la colección, y el nuestro no suele ser el primer libro de ninguna.
Acto seguido se procede a la impresión, que no es precisamente como lo hacemos con nuestra impresora, sino que se hace a partir de una hoja gigantesca de papel donde saldrán de golpe 16, 32 o hasta 64 páginas del libro en su tamaño definitivo, todas en una misma cara del papel. Antiguamente esto se hacía con grandes planchas de impresión, especie de moldes de diversos materiales que debían realizarse antes de echar mano al papel y se usaban para cada ejemplar producido. Hoy en día, en cambio, la tecnología digital ha permitido suprimir esos engorros e imprimir directamente en el papel de manera masiva.
Una vez impresas las 16, 32 o 64 páginas del libro en una misma hoja (esta cantidad, obviamente, depende del criterio editorial: tamaño, orientación, etc., pero también de la tecnología que se utilice: antiguamente se podían imprimir sólo 8), se procede al doblado de esta hoja de modo que cada página sea consecutiva, es decir, encuentre el orden en que debe leerse.
Así, de una gran lámina de papel salen 64 páginas de libro, en una especie de acordeón que luego es guillotinado de acuerdo a unas guías también impresas en sus bordes. Estas páginas, ahora sueltas, se cosen o encolan por el borde hasta constituir un lomo, que a su vez se encola y se sujeta con una malla de tela. El resultado es una suerte de carpeta.
Una vez prensadas las hojas para sujetarlas en su sitio, se redondea el lomo de la carpetita y se pega a una tapa de cartón que ha sido previamente diseñada, impresa y guillotinada de acuerdo a principios muy similares a los descritos. Una vez que la cola seca, se le dan al libro sus retoques finales y se recubre de un film plástico para protegerlo. ¡Y está listo para distribuirse en librerías!
¡Y listo!
Así es, tu libro está listo. ¿A que no ha sido tan difícil de seguir? Pero no te creas, este proceso es resultado de cientos de años de artesanía y de innovación, que cristalizan en nuestras imprentas y editoriales modernas. De modo que, cuando vuelvas a sujetar un libro, recuerda cómo se hizo y podrás valorarlo todavía más. ¡Es uno de los grandes inventos de la humanidad!
Hay algunos errores al usar la terminología, y alguna expresión que suena rara, como «la tecnología digital ha permitido suprimir esos engorros e imprimir directamente en el papel». Lo que la tecnología ha permitido es economizar el procesado de planchas, acortando tiempos de procesado y costes de materiales. En las imprentas que yo he transitado, se sigue imprimiendo en offset, es mucho más económico que en digital y hay más control a la hora de los registros para encuadrar los distintos colores y páginas del libro.
En edición editorial no se suele llamar hojas, se usa el termino pliegos, los pliegos no se doblan, se procede a su plegado. De ese proceso salen los distintos «librillos» que compondrán el alzado de un libro.
Estos son detalles. Se agradece el articulo, por ser necesario dar a conocer la parte desconocida del proceso de un libro. Seria interesando un articulo algo más extenso y con más detalle gráfico de los procesos. La parte de la imposición de las páginas del libro es muy importante, y el porque de esa combinación del numero de páginas por pliego