La Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) ha dado inicio este 24 de abril con un objetivo claro: combatir la proliferación de discursos de odio en las aulas de 124 países.
En España, más de 1.000 estudiantes de siete comunidades autónomas se sumarán a esta iniciativa con acciones callejeras que reivindicarán la Educación Transformadora para la Ciudadanía Global (ETCG) como herramienta fundamental contra la discriminación en el entorno escolar.
Según la Campaña Mundial por la Educación (CME), entidad impulsora de la SAME, los discursos de odio se han extendido a un ritmo sin precedentes en la última década, impulsados por la desinformación en redes sociales, la polarización y el auge del populismo.
Esta situación ha motivado que la 21ª edición de la SAME centre sus esfuerzos en erradicar estos mensajes perjudiciales de las aulas.
La CME, coalición internacional integrada por ONG, sindicatos del sector educativo, centros escolares y movimientos sociales, considera crucial el proceso socioeducativo de la ETCG en un contexto donde solo el 7% de los estudiantes de países de la OCDE alcanza un nivel competencial suficiente para discernir entre hechos y opiniones, según el informe PISA.
«La Educación Transformadora para la Ciudadanía Global permite que los alumnos de todas las edades tomen decisiones informadas, a la vez que detectan las causas y mitigan las consecuencias de los discursos de odio en el ámbito educativo», explica Mariluz Aparicio, coordinadora de la CME en España.
Con el fin de conocer de primera mano la situación en las escuelas, la CME ha realizado una encuesta al profesorado en la que han participado más de 140 educadores de 13 comunidades autónomas.
Según Aparicio, la gran cantidad de respuestas y su extensión y profundidad demuestran la necesidad que tiene el personal docente de compartir sus experiencias relacionadas con los discursos de odio dentro del aula.
Una de las principales inquietudes expresadas por los docentes es la atmósfera de animadversión actual, que impregna el día a día en las escuelas.
A los docentes les preocupa la naturalidad con la que están asumidos muchos discursos de odio y la poca empatía que muestra el alumnado hacia el daño que puede causar sus comentarios.
Aún así, suele haber dos grupos muy marcados de alumnado: aquellos que descartan directamente ese tipo de discurso y aquellos que los repiten sin reflexionar sobre sus palabras y el efecto que tienen en los demás.
La CME destaca que esta situación no es exclusiva de España, sino que se replica en numerosos países de todo el mundo.
Los discursos de odio se han normalizado en gran medida en las aulas, provocando un ambiente tóxico y perjudicial para el aprendizaje y el desarrollo integral de los estudiantes.
En este sentido, la SAME busca sensibilizar a la comunidad educativa sobre la importancia de combatir estos mensajes discriminatorios desde edades tempranas.
Para la organización es fundamental que los docentes cuenten con las herramientas y recursos necesarios para detectar y abordar los discursos de odio en el aula, promoviendo valores como el respeto, la empatía y la tolerancia.
Asimismo, la iniciativa global pretende fomentar un cambio cultural en el ámbito educativo, alejándose de los enfoques tradicionales y fomentando una perspectiva más inclusiva y diversa.
A partir de las conclusiones de la encuesta y los testimonios del profesorado, testigos del creciente clima de tensión, la CME ha solicitado al Gobierno una serie de peticiones y a las administraciones públicas con el fin de prevenir, detectar y eliminar los discursos de odio en las aulas.
Estas demandas incluyen impulsar nuevas estrategias y planes para evitar cualquier tipo de discriminación, revisar los procedimientos burocráticos existentes e incluir materias relacionadas con la educación antirracista, entre otras reclamaciones.