Shoah (“Holocausto” en hebreo) es un documental francés estrenado en el año 1985. Dirigido por Claude Lanzmann y con una duración de 10 horas, el filme presenta las entrevistas realizadas por el director con supervivientes, testigos y perpetradores de la Segunda Guerra Mundial y el holocausto judío específicamente en el transcurso de visitas a sitios del Holocausto en Polonia, incluyendo campos de exterminio.
Este documental ha gozado de aclamación de parte de los críticos, que lo han considerado como una pieza muy detallada y conmovedora de lo ocurrido durante el holocausto judío. Sin embargo, Shoah no ha estado exento de polémica, siendo este un documental que no fue muy bien recibido en Polonia en su momento.
El documental tiene 4 tópicos principales: el campo de exterminación de Chelmno, donde los alemanes utilizaron vanes móviles de gas para exterminar a los judíos; los campos de exterminio de Treblinka y Auschwitz-Birkenau, y el Gueto de Varsovia. A lo largo del documental se encuentran testimonios de supervivientes, testigos, y de los perpetradores de los crímenes cometidos contra el pueblo judío, lo que ofrece una visión bastante completa de los sucesos.
1. Chelmno
Dos supervivientes de Chelmno fueron entrevistados en el documental: Simon Srebnik, que fue forzado a cantar canciones militares para entretenimiento de los nazis, y Mordechai Podchlebnik. Lanzmann también entrevistó a Walter Stier, un ex-burócrata nazi, que describió a profundidad el trabajo en las vías férreas. Él afirmó que estaba demasiado ocupado para fijarse en que los trenes transportaban judíos.
2. Treblinka
La sección de Treblinka incluye los testimonios de Abraham Bomba, que sobrevivió al Holocausto como barbero; Richard Glazar, un recluso del campo de exterminio, y de Franz Suchomel, un oficial del ejército alemán. También se incluye el relato de Henryk Gawkowski, que trabajó en los trenes dirigidos a Treblinka, conduciéndolos en algunas ocasiones. Las intervenciones de Gawkowski suman 48 minutos, y es el primero en presentar los eventos desde la perspectiva de las víctimas.
Suchomel habló en detalle sobre las cámaras de gas y la remoción de los cuerpos. Afirmó que no sabía sobre el exterminio en Treblinka sino hasta llegar al lugar, y que él vomitó y lloró en su primer día en el campo al encontrarse con trincheras de cuerpos de entre seis y siete metros de profundidad. Suchomel indicó también que el olor de los cuerpos se extendía por kilómetros dependiendo del viento, y que los vecinos no actuaban por temor a ser enviados al campo de exterminio.
3. Auschwitz-Birkenau
Los testimonios de Auswitchz son entregados por Rudolf Vrba, un recluso que escapó del campo de exterminio antes del fin de la guerra, y por Filip Müller, un trabajador alemán encargado de un incinerador en que lo cuerpos de los judíos eran cremados después de ser gaseados. Müller recuerda lo que les decían los prisioneros, y recuerda además que los cuerpos eran apilados cerca de las puertas “como piedras”. En la entrevista, él se quebró al recordar cómo algunos de los prisioneros cantaban antes de entrar a las cámaras.
Testimonios de algunos de los aldeanos cerca de la zona daban a saber que ellos observaban cómo los trenes llegaban llenos al campo todos los días y cómo los mismos trenes se devolvían completamente vacíos. Ellos rápidamente lograron adivinar cuál había sido el destino de todos esos pasajeros.
4. Gueto de Varsovia
El gueto de Varsovia es descrito por Jan Karski, que trabajó con el gobierno polaco en el exilio, y Franz Grassler, un nazi que trabajó que se alió con líderes judíos. Karski se infiltró en el gueto y viajó a Inglaterra gracias a una documentación falsa con el objetivo de convencer a los gobiernos aliados de intervenir con mayor fuerza por la causa de los judíos. Algunos testimonios de los supervivientes judíos de la sublevación del Gueto de Varsovia son usados para terminar el documental.
Otras entrevistas
Lanzmann también entrevistó a Raul Hilberg, un historiador del holocausto con el que discutió sobre el significado de la propaganda nazi contra los judíos europeos y el desarrollo nazi en torno a la Solución Final. Hilberg también ofreció un análisis bastante detallado de documentos de vías férreas, presentando las rutas que transporte que se usaron para los campos de exterminio. Todo esto se publicó con el texto oficial del documental, en el año 1985.
Lanzmann también abordó a algunos transeúntes, preguntándoles si ellos sabían qué ocurría en los campos de exterminio. Ellos respondieron que sí, pero que no hicieron nada por temor a la muerte.
Controversias
El filme no fue bien recibido por la prensa de Polonia ni tampoco por la iglesia polaca. El obispo polaco Tadeusz Pieronek fue una de los detractores más visibles del documental, afirmando que “no les está permitido [a los judíos] apoderarse de esta tragedia tan grande para hacer propaganda. La Shoah como tal es una invención judía”. Él también afirmó que los judíos tienen buena prensa porque “están sostenidos de medios financieros poderosos y el apoyo incondicional de los Estados Unidos”.
La Asociación Sociocultural de Judíos en Polonia definió al “documental” como una “provocación”, y entregó una carta de protesta a la embajada francesa en Varsovia. Wladyslaw Bartoszewski, ministro de exteriores polaco que además es superviviente de Auschwitz, criticó duramente a Lanzmann por no incluir a los miles de rescatistas polacos de judíos, enfocándose de hecho en polacos rurales empobrecidos. Según Bartoszewski, Lanzmann los eligió para que se ajustaran a sus nociones preconcebidas.
Shoah duró 11 años en realizarse, estando plagado de problemas financieros, dificultades al momento de rastrear a las personas para las entrevistas, y de amenazas a la vida de Lanzmann. Los primeros 6 años de producción fueron dirigidos a la grabación de las entrevistas en 10 países, aunque este número ha llegado a 14 dependiendo de la fuente. Después de la filmación, la edición de las 350 horas de material continuó por 5 años.
Algunos de los entrevistados alemanes se rehusaron a ser filmados, por lo que Lanzmann optó por usar una cámara escondida, generando un efecto particular en el documental. En una de estas entrevistas, la familia del entrevistado descubrió la cámara escondida, y Lanzmann fue físicamente agredido en consecuencia, lo que resultó en una hospitalización de 1 mes.
Parte del material que no se usó en Shoah fue revelado en el documental de 2015 Claude Lanzmann: Espectros del Holocausto, donde Lanzmann hace un recuento de los desafíos prácticos y emocionales que enfrentó durante los años en que produjo Shoah. Este documental escrito, dirigido y producido por el periodista británico Adam Benzine fue nominado a los Premios Óscar de 2016 en la categoría de Mejor Documental Corto.