Desde la existencia de los primeros pobladores prehistóricos, el ser humano ha tenido la capacidad de comunicarse de diversas maneras, sea de forma escrita u oral, siendo en esta última manera donde se muestra el mayor desarrollo. Es por ello que podemos notar que, en prácticamente cada parte del mundo, se han establecido una importante cantidad de lenguas, algunas más curiosas que otras. Una de ellas es el código silbón. Una de las muestras más peculiares de este lenguaje es el silbo gomero, un histórico idioma en Canarias con tal relevancia que en 2009 fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Por medio de este artículo conocerás qué es el silbo gomero, su historia, características lingüísticas, vigencia y otros aspectos de interés relacionados con este peculiar silbo canario.
Lengua y dialecto:
Definición, ejemplos y principales diferencias entre idioma y dialecto
Si se investiga qué idioma se habla en las Islas Canarias, se puede confirmar que es el español el que se usa de forma oficial, adaptado, claro está, bajo una modalidad dialéctica propia de dicho archipiélago que incluye ciertas palabras y léxicos fomentados por el intenso intercambio cultural desarrollado en dicha región. Pero en el caso de la silbada como sistema fonético de comunicación, éste ha permanecido desde los tiempos de los primeros pobladores de la isla. Veamos de qué se trata.
Consiste en un lenguaje compuesto por un conjunto de silbidos que, a su vez, reemplazan las vocales y consonantes del español. Pero ¿qué significa gomero? Pues este sistema de comunicación articulado se ha puesto en práctica desde tiempos remotos en la isla de La Gomera en Canarias (de ahí su nombre), perdurando hasta la actualidad gracias a la práctica de este idioma por parte de una numerosa comunidad que lo ha adoptado como parte de su cultura local.
Si bien el silbido de La Gomera es todo un ícono lingüístico de dicha isla, anteriormente se practicaba también en otras islas canarias como Tenerife, el Hierro y Gran Canaria, teniendo auge hasta bien entrado el siglo XX. Por otra parte, se ha determinado la difusión del silbo gomero del mundo, fomentada principalmente por las oleadas migratorias protagonizadas por canarios al establecerse en otras regiones del planeta, principalmente en Latinoamérica.
Se cree que se lleva a cabo esta práctica lingüística por su efectividad dentro de la comunicación a largas distancias, por medio de factores geográficos que trascienden en dicho aspecto como la orografía de la isla, compuesta por montañas y barrancos, que para los campesinos locales, permitía el intercambio de mensajes hasta 5 km de distancia en una época donde aún no estaban presentes los avances tecnológicos con los que contamos hoy. Gracias a este sistema de comunicación, se evitan los gritos o el desplazamiento de un punto distante a otro.
Su vigencia en pleno siglo XXI se debe a que es parte de las tradiciones y costumbres culturales no solo de la isla Gomera en Canarias, sino de todo el archipiélago, siendo incluido en muchas oportunidades el silbo canario como sistema comunicativo en celebraciones civiles y religiosas.
Como se mencionó previamente, el origen del silbo canario data de los tiempos de la población del archipiélago por parte de los primeros habitantes aborígenes y, se cree que haya derivado de un sistema fonético establecido con anterioridad dentro del idioma guanche, expandiéndose así a otras islas como Tenerife, Gran Canaria y El Hierro. Durante el proceso de conquista de las Canarias en el siglo XVI, los descendientes de pobladores gomeros adecuaron el silbo canario al idioma castellano que comenzaba a difundirse a partir de entonces, quedando desplazado así el idioma guanche original.
Para el siglo siguiente, este silbo fue ampliamente utilizado en toda la región, debido a que era un sistema de comunicación muy efectivo para transmitir mensajes a largas distancias, sobre todo dentro de la comunidad campesina, por lo que se tomó esta lengua indígena dentro del ambiente rural, aprovechando la orografía de las islas, conformadas principalmente por barrancos donde se apostaban los silbadores para intercambiar sonidos. En el caso del silbo herreño, éste tuvo una acogida tardía, ya que floreció en el siglo XIX.
Ante la aparición y desarrollo de las innovaciones tecnológicas (de manera específica, los teléfonos), el silbo canario sufrió una etapa de decadencia a mediados del siglo XX, un contexto en el que también jugó un rol importante para el descenso del empleo de este lenguaje la migración rural a los grandes centros urbanos en busca de mejores condiciones de vida, por lo que la población conocedora de esta silbada se vio forzada a abandonar su uso ya que era asociado de forma negativa con la comunidad rural, señalamientos hechos principalmente por la clase media.
A pesar de que el silbo gomero corrió peligro de extinguirse, durante la época de los noventa se llevó a cabo un proceso de revitalización, impulsado por un conjunto de iniciativas promovidas por la misma comunidad local que se negaba a dejar morir este legado lingüístico de tantos siglos. Gracias a ello, se logró la protección de esta silbada como patrimonio cultural intangible, su regulación por medio de medidas legislativas y su inclusión dentro del sistema de enseñanza de aprendizaje, por lo que a partir de 1999 el gobierno canario estableció las clases formales para aprender silbo gomero dentro de las escuelas.
Por si esto fuera poco, se creó una Escuela del Silbo Gomero para la población estudiantil que, una vez finalizada su formación secundaria, quisiera continuar aprendiendo de este dialecto, con la oportunidad de certificarse como instructores profesionales y enseñar a otros pobladores y a turistas interesados este curioso silbo.
Así, la vigencia de este peculiar sistema de comunicación recae hoy en día tanto en la población nacida antes de 1950, que adquirió este conocimiento por transmisión generacional, como en los jóvenes que tuvieron oportunidad de aprender el silbido gomero durante su paso por los colegios de la región.
Considerando el papel que ha tenido el silbo canario dentro del desarrollo sociocultural del archipiélago, en 2009 recibió su declaratoria como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad otorgado por la UNESCO, tomando en cuenta todo el esfuerzo que la comunidad hizo para fomentar la revitalización de este icónico dialecto que, indudablemente, forma parte de las particularidades de las Islas Canarias.
Esta modalidad de comunicación cuenta con una serie de aspectos que lo caracterizan y distinguen de otros sistemas fonéticos practicados en el mundo. Estos rasgos son:
Si bien no es el único sistema fonético existente en el planeta, sí es uno de los más estudiados dentro del ámbito lingüístico. A través del silbo gomero se pueden expresar más de 4.000 códigos o palabras.
Los silbidos emitidos por medio de este sistema fonético son distinguibles de acuerdo a su tono y tiempos de interrupción o continuidad. Con ellos se reemplaza tanto vocales como consonantes del español gracias a pocos elementos; en total se emplean seis silbidos, dos silbidos diferenciados (grave y agudo) para sustituir a las cinco vocales y los otros cuatro (grave continuo, grave interrupto, agudo continuo y agudo interrupto) para las consonantes.
El silbo gomero requiere años de práctica y de ciertas precisiones físicas debido a que es un idioma difícil de aprender. Para llevarlo a cabo, se utilizan las manos, los labios y la lengua, partes del cuerpo que permiten la producción de los sonidos requeridos. A estos también se suma el oído, ya que tanto emisor como receptor debe entender con agudeza el mensaje trasmitido, y más cuando un mismo silbido representa varios fonemas, por lo que puede tornarse una comunicación ambigua.
A lo largo de su existencia, el silbo gomero ha sido requerido como lenguaje del colectivo adecuado a los diferentes contextos históricos. Por tanto, se ha empleado como código secreto en tiempos de guerra y de conquista, pero además para la transmisión de mensajes orales de forma pública, muy a pesar de los inminentes cambios que se desarrollan con el paso del tiempo, por lo que pasó de ser un lenguaje propio del campesinado a convertirse en todo un referente cultural de La Gomera en España.
No solo es utilizado como un simple medio de comunicación, también forma parte de fiestas locales y celebraciones, siendo imprescindible, por ejemplo, durante las procesiones de la Virgen María y otros santos patronos de la región insular.
Junto a su nombramiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, el silbo gomero ha tenido trascendencia como resultado de su difusión gracias a documentales, producciones cinematográficas, exhibiciones, publicaciones y centenares de estudios dedicados a este interesante tema.
La supervivencia del silbo canario se ha dado principalmente por el rol que asumió la población local en su intento por revitalizar esta ancestral costumbre dialéctica, con tal efecto que hoy es uno de los más importantes patrimonios intangibles de la comunidad isleña. El silbo gomero, proveniente de la fonética utilizada por los primeros habitantes del archipiélago atlántico, es uno de los máximos referentes de la idiosincrasia canaria, hecho que demuestra su trascendencia como elemento sociológico, lingüístico y cultural autóctono de las Islas Canarias.