La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha lanzado una alarmante advertencia sobre el uso de vapeadores y cigarrillos electrónicos, destacando que estas nuevas formas de consumo tabáquico, particularmente populares entre los jóvenes, pueden causar cáncer de pulmón en un periodo de exposición más corto que el tabaco convencional.
Este hallazgo subraya la urgencia de concienciar a la población sobre los peligros asociados a estos dispositivos, que a menudo se consideran erróneamente menos dañinos.
La SEOM expresa una profunda preocupación por la creciente popularidad de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes, ya que estos dispositivos no solo representan una nueva vía de exposición al tabaco, sino que también actúan como puerta de entrada al tabaquismo tradicional.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es responsable de un 33% de los tumores y un 22% de las muertes por cáncer.
Estos porcentajes resaltan el papel crucial del tabaco como el principal factor de riesgo evitable para el cáncer de pulmón.
Un aspecto particularmente preocupante es el aumento progresivo de casos de cáncer de pulmón entre las mujeres.
En 2024, este tipo de cáncer se ha consolidado como el tercer tumor más incidente y el segundo más mortal entre las mujeres en España.
Este incremento se atribuye al aumento del consumo de tabaco entre las mujeres desde la década de 1970.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), se estima que en 2024 se diagnosticarán 10.285 nuevos casos de cáncer de pulmón en mujeres, y en 2022, 5.967 mujeres fallecieron por esta causa.
Este patrón también sugiere un futuro aumento en la incidencia de otros tumores relacionados con el tabaco, como los de la cavidad oral y faringe.
El uso de cigarrillos electrónicos y otros productos de tabaco por calentamiento plantea serios riesgos para la salud, aunque no contengan nicotina.
Estudios recientes indican que estos dispositivos pueden incrementar el riesgo de enfermedades neoplásicas.
La SEOM ha reiterado su posición, publicada hace unos años, de que no se puede recomendar el uso de cigarrillos electrónicos y subraya la necesidad de investigaciones científicas exhaustivas para comprender su seguridad y regularlos adecuadamente.
Los productos de tabaco por calentamiento también son considerados peligrosos para la salud. Actualmente, no existe suficiente evidencia para considerar que estos productos sean más seguros que el tabaco convencional.
Al igual que los cigarrillos electrónicos, pueden representar una pérdida de oportunidad para el abandono del hábito tabáquico o, peor aún, fomentar la iniciación en el tabaquismo entre los jóvenes.
La educación sanitaria y la información sobre los riesgos asociados con estas nuevas formas de fumar son esenciales para proteger a la población joven.
Desde la SEOM, se subraya que no existe un nivel seguro de consumo de tabaco. Además de ser un factor de riesgo para el desarrollo de tumores, seguir fumando afecta negativamente la supervivencia de los pacientes con cáncer ya diagnosticado. En pacientes con cáncer de pulmón, el tabaco se asocia con complicaciones derivadas de los tratamientos, una reducción de la calidad de vida y una disminución de la supervivencia.
El tabaco también está relacionado con enfermedades no oncológicas como la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar, enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares y úlceras gastrointestinales, aumentando el riesgo de muerte prematura en un 70%.