La agenda global de los próximos años contempla la aplicación y fortalecimiento de las soluciones para el efecto invernadero a fin de prevenir, reducir y contrarrestar los efectos negativos que este fenómeno ha generado en la Tierra y la raza humana. Dichas soluciones del efecto invernadero involucran a los gobiernos nacionales, organizaciones y asociaciones globales, y la sociedad civil a escala mundial.
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Las distintas acciones para reducir el efecto invernadero surgen en vista de los estragos ocasionados por el cambio climático y su manifestación más notoria, el calentamiento global. Las medidas para disminuir el calentamiento global cobran cada vez mayor relevancia en unos tiempos donde los huracanes son más feroces que antes, y en que la temperatura global amenaza con seguir aumentando.
De no aplicar medidas de prevención del efecto invernadero ni ninguna de las propuestas para disminuir el calentamiento global, es bastante probable que el planeta sufra una notoria pérdida de ecosistemas y recursos naturales, un aumento del nivel del mar que amenace con enterrar ciudades enteras bajo el agua, y ondas de calor que arriesguen las vidas humanas. Esto solo por mencionar algunas de las consecuencias del efecto invernadero que pueden surgir por la falta de respuestas certeras.
La prevención del calentamiento global es una tarea de todos, y siendo así, se presentan a continuación poco más de 40 acciones para contrarrestar el calentamiento global. Estas son acciones que varían en escala y nivel de organización según quién o quiénes la realicen, pero todas van orientadas a lo mismo, esto es, ofrecer soluciones para evitar el cambio climático y respuestas a interrogantes alrededor de cómo disminuir el calentamiento global y cómo evitar el efecto invernadero.
Los paneles solares fotovoltaicos emplean las propiedades de sus materiales para convertir la luz solar en energía, siendo capaces de abastecer local o regionalmente y reducir el uso de combustibles fósiles. Esto convierte a estos paneles solares como una de las soluciones al cambio climático más polifacéticas en la actualidad.
Por el momento, China está en la cabeza respecto a la capacidad instalada de paneles fotovoltaicos instalados, superando a Alemania en el año 2014.
El poder solar concentrado se recolecta en áreas abiertas y que reciban muchos rayos solares que puedan ser dirigidos a un pequeño receptor a través de espejos y lentes. El calor generado en el receptor puede ser usado para encender turbinas u otro tipo de maquinaria. Un ejemplo de esta aplicación es la torre Gemasolar en España, que concentra 80 GWh de poder al año.
Este método de recolección energética es una de las formas de prevenir el calentamiento global en tanto reduce el uso de combustibles fósiles, y toda la producción que le antecede. Por el momento solo puede emplearse en campos abiertos por la cantidad de rayos solares que requiere.
Unas de las más simples acciones para prevenir el calentamiento global es reducir el consumo de energía eléctrica en los hogares, empresas e industrias. El derroche de energía eléctrica disminuye la eficiencia de la oferta energética, lo que se manifiesta en un desperdicio de recursos.
Apagar los dispositivos eléctricos cuando no son usados es una acción que todos pueden practicar desde sus hogares. Bombillos, equipos de aire acondicionado y computadoras son algunos que más demandan energía y que deben ser suspendidos cuando no se usen.
Establecer leyes que fomenten el uso de energías renovables permitirá que ellas tengan una mayor y más rápida penetración en el día a día a partir de la relativa presión que pudiese existir para implementarlas.
El estado de California en Estados Unidos aprobó una ley que establecía que las casas que se construyesen a partir de 2020 tuviesen a la energía solar como fuente energética principal.
Varios son los países que a mayor o menor escala usan energía eólica para abastecerse; ella ofrece la posibilidad de instalar el equipo necesario sobre tierra o en el mar, permitiendo que se instale allí donde las corrientes de aire sean más pronunciadas.
Portugal es uno de los líderes mundiales en el uso de esta energía renovable porque el 24,3% de la energía que consume al año es eólica.
Usar agua de lluvia para nuestras necesidades diarias no es una apuesta sinsentido entre las propuestas que buscan responder a cómo podemos evitar el calentamiento global. A fin de cuentas, con el agua de lluvia es posible disminuir el uso de agua corriente y desperdiciarla, reduciendo en consecuencia las posibilidades de que se desperdicie.
Hay varios diseños de sistemas de captación de agua de lluvia, siendo su elaboración y aplicación un asunto que depende del volumen de lluvias de la zona y también de las facilidades del espacio.
La energía geotermal, nuclear e hidrotérmica son alternativas energéticas que necesitan inversión para poder aplicarse en un futuro y sustituir a gran escala los combustibles fósiles.
Por el momento, estas energías alternativas se emplean de manera localizada, lo que le otorga un rol reducido entre las acciones para disminuir el efecto invernadero. Un ejemplo destacado es la capital de Islandia, Reikiavik, que es la primera ciudad del mundo en usar energías 100% renovables, como lo son la energía geotermal y la energía hidroeléctrica.
El sector energético aún no ha incorporado del todo las bondades y ventajas de la tecnología en sí, por lo que no es lo suficientemente flexible para permitir innovaciones a nivel estructural que permitan bajar las emisiones de gases de efecto invernadero. El uso de baterías y sistemas mixtos que incorporen distintas fuentes energéticas es un primer paso para que las energías renovables sean las principales en el mercado.
Dinamarca ha establecido para 2030 constituir el 63% de su oferta energética a partir de energías renovables. En la actualidad, las energías renovables componen alrededor del 56% de su oferta energética total.
Una acción instrumental en cómo reducir el calentamiento global es reducir la concentración de gas metano en la atmósfera. Este es uno de los más potentes gases que promueven el efecto invernadero, aproximadamente 30 veces más que el dióxido de carbono.
Hay alternativas para poner en práctica esta solución, pero no suelen emplearse porque el retorno de la inversión es relativamente bajo. Siendo así, es importante una legislación adecuada para que la reducción de estas emisiones sea más rentable para las empresas.
Recircular los materiales fabricados por las empresas y extender su periodo de vida útil permitiría una reducción de costos, así como una menor emisión de gases contaminantes durante su producción.
La recirculación de materiales es una acción muy necesaria dentro de los países de la Unión Europea, que generarían 800 kilogramos de acero, concreto, aluminio y químicos por persona cada año.
El reciclaje quizá sea la medida más enseñada en lo que respecta a cómo evitar el calentamiento global para niños debido a su relativa facilidad y accesibilidad. Reciclar recursos es una práctica que lleva tiempo en el mundo y que debe seguir aumentando a fin de acentuar el ahorro de recursos naturales y sintéticos.
Francia apunta a usar solamente plástico reciclado para 2025, lo que sería una importante contribución a cómo podemos evitar el efecto invernadero.
Hay procesos productivos que usan una mayor cantidad de material del que necesitan. Siendo así, incrementar la eficiencia de los materiales usados representa menores costos y un menor nivel de contaminación en el sector.
La eficiencia de los recursos puede aumentar si se estudia cómo extender el ciclo de vida de los materiales, y qué usos pueden recibir más allá de los convencionales.
Las medidas para reducir el efecto invernadero involucran en general una sustitución y actualización de la infraestructura existente por el equipamiento más actual y ecológico disponible en el mercado.
En este respecto, la industria de minería y minerales de Suecia apunta a librar por completo sus operaciones de combustibles fósiles para el año 2035. Actualmente, este sector representa el 8% del total de emisiones de CO2 de Suecia, un porcentaje no menor.
Las economías circulares son aquellas en que se maximiza la circulación de productos, componentes y materiales dentro del sistema económico, así como el valor asociado a ellos. En otros términos, se trata de un modelo en que los recursos pasan de propietario a propietario con relativa frecuencia.
Un modelo económico circular reduciría las emisiones contaminantes de la industria pesada en un 54% para 2050, y esto únicamente dentro de los países de la Unión Europea.
Los clorofluorocarbonos y los hidrofluorocarbonos son dos refrigerantes que contribuyen al cambio climático dado que se acumulan en la atmósfera y fortalecen el efecto invernadero. Esto ha llevado a medidas para reducir su uso.
En 2016, 65 países del mundo acordaron reducir y posteriormente abandonar el uso de hidrofluorocarbonos a partir del año 2019. Dicho tratado proyecta reducir la temperatura global en 0,4 grados centígrados a lo largo del siglo.
Una de las mejores respuestas a cómo mitigar el calentamiento global consiste en implementar en el sector digital y tecnológico energía eléctrica 100% renovable en tanto es el sector económico que probablemente más electricidad requiera para su funcionamiento.
Google, Apple y otras empresas ubicadas en los países nórdicos y ciertas partes de Estados Unidos ya usan energía eléctrica completamente renovable. Sin embargo, esta es una capacidad que no se percibe igual en otros sectores del mundo, por lo que hace falta una inversión importante en infraestructura.
Hay varias posibilidades de optimización de los centros de datos digitales para disminuir su huella ecológica. Una de ellas es eliminar los centros de menor o mediana escala en pro de sitios que centralicen sus funciones.
También es viable localizar los centros de datos en entornos fríos a fin de reducir las emisiones de refrigerantes, así como para disminuir costos.
Emplear energía eléctrica 100% renovable eliminaría 2/3 de las emisiones contaminantes correspondientes a la producción de dispositivos electrónicos. El tercio faltante es un poco más complicado al involucrar materiales, procesos industriales, transporte y energía no eléctrica.
Intel ha realizado importantes esfuerzos en este ámbito al reducir las emisiones de gas de flúor de sus plantas fabricantes de chips en un 10% respecto a sus niveles de 2010.
Una menor demanda de construcción de edificios involucra una menor cantidad de procesos contaminantes. Esta es una de las acciones para evitar el calentamiento global que ya está en práctica dado que los sectores postales y bancarios progresivamente han dejado de construir nuevos espacios debido a que mucha de su actividad ha pasado a los entornos virtuales.
Puede que el sector educativo se sume a esta tendencia en la medida en que sus actividades pasen a ser virtuales, pero sería una transición informe a lo largo del mundo.
El derroche energético en las edificaciones es un problema que fácilmente puede solventarse con regular el uso de luces, termostatos y ventiladores de modo que funcionen solo cuando se necesiten.
Este puede resolverse con un poco de conciencia ecológica, así como con el uso de dispositivos inteligentes, capaces de ajustarse automáticamente a los hábitos de sus usuarios.
Maximizar el uso de espacios reducirá la necesidad de construir nuevos edificios, lo que se traduce en menor contaminación y menor gasto de recursos naturales.
Por ejemplo, una escuela puede ser sitio de actividades no escolares fuera del horario escolar, incrementando así el grado en que sus instalaciones son usadas y recibiendo mayores ingresos por ello.
Los sistemas convencionales de regulación térmica en los edificios contribuyen a las emisiones de efecto invernadero, pero esto puede revertirse a partir de la inversión gubernamental en tecnologías bajas en carbono como celdas solares y tecnología de almacenamiento de calor.
También es necesario invertir en sistemas distritales de distribución de calor hechas a partir de recursos renovables.
La producción de materiales como cemento, concreto y acero genera una emisión sustancial de gases de efecto invernadero que deben ser atendidas. Sin embargo, reducir las emisiones de los procesos de construcción es un tema poco explorado, por lo que no hay muchas ideas al respecto.
Una primera respuesta a esta problemática puede ser rehusar estructuras de edificios ya existentes, y si es necesario construir una edificación desde cero, la mejor opción podría ser emplear materiales bajos en carbón.
Establecer regulaciones para la circulación de vehículos es una de las medidas de prevención para el calentamiento global que ciertas autoridades han tomado, principalmente a baja escala. Además de reducir diariamente las emisiones de Co2, esto facilitará la circulación vehicular en la ciudad.
El método más común de regulación es el “pico y placa”, esto es, establecer días donde ciertos vehículos no pueden circular según el número terminal de su placa.
Los residuos eliminados ineficientemente pueden desprender gases de efecto invernadero a la atmósfera. Este fenómeno se acrecienta más en el caso de los vertederos a campo abierto, fuentes importantes de contaminación aérea.
Entre lo que podemos hacer para evitar el calentamiento global está categorizar nuestros residuos a fin de que ellos pueden ser reciclados o, en su defecto, desechados con las mayores facilidades posibles.
Una respuesta un poco inusual a cómo disminuir el efecto invernadero se encuentra en fomentar el uso del transporte público, no sin antes mejorar su calidad y su accesibilidad. Esto se debe a que un transporte público más usado repercute en una menor emisión de gases de efecto invernadero por haber un menor número de vehículos particulares en circulación.
El transporte público de Viena, la capital de Austria, es usado por el 50% de sus habitantes, mientras que solo el 25% tiene auto particular, lo que habla de la eficiencia y accesibilidad del transporte de esa ciudad.
Las bicicletas manuales son un medio de transporte que forma parte de lo que podemos hacer para prevenir el calentamiento global, especialmente si se vuelve política de alguna autoridad, y esto ocurre porque las bicicletas no emiten gases de efecto invernadero.
Smart City Viena 2050, un proyecto de ciudad futurista impulsado en Austria, contempla el uso masivo de bicicletas dentro de la planeación de su infraestructura urbanística y de movilidad, lo que hará a esta ciudad una punta de lanza en lo que respecta a desarrollo sostenible.
Como su nombre sugiere, los vehículos eléctricos se movilizan a partir de electricidad, anulando por completo los combustibles fósiles y la emisión de gases contaminantes. Solo representan menos del 1% de todos los autos en circulación, pero el porcentaje puede aumentar en los siguientes años a partir de políticas de Estado.
Recientemente, la ciudad de Viena introdujo una flotilla de autos eléctricos a la ciudad para regular las emisiones contaminantes. Esta acción se ha complementado con la instalación de puntos de carga a través de la ciudad para facilitar su uso.
Las restricciones en la venta de vehículos de baja emisión contaminante es una de las medidas para evitar el efecto invernadero que más acuerdos han tenido. La idea detrás de ellos es ejercer presión entre las empresas para priorizar la producción y distribución de vehículos eléctricos a modo de acelerar e incrementar su presencia en el mercado.
Entre 2017 y 2019, once economías han anunciado restricciones en las nuevas ventas de vehículos fósiles ligeros. Entre ellos están Francia, China, Reino Unido, Irlanda, India y Holanda. Por su parte, 35 grandes empresas se han comprometido a producir la totalidad de sus autos como vehículos eléctricos al unirse al EV100.
Que el trabajo a distancia sea una respuesta a cómo prevenir el efecto invernadero y así a cómo prevenir el calentamiento global no es sorpresa. Después de todo, trabajar a distancia implica no sacar el vehículo, lo que repercute en una menor emisión de gases contaminantes.
Esta modalidad depende mucho de la infraestructura de internet disponible y la velocidad de conexión, por lo que haría falta una importante inversión en los sitios donde esta infraestructura tecnológica no esté lo suficientemente desarrollada.
Los aviones comerciales desprenden gases de efecto invernadero en puntos muy altos de la atmósfera, causando un impacto muy grande en el clima. Por otro lado, la importancia y crecimiento del transporte aéreo en la actualidad dificulta pensar en posibles soluciones para la reducción de emisiones.
Una solución parcial es la disminución de la demanda aérea, lo que puede lograrse en el sector económico si las cargas transportadas se distribuyen entre vías marítimas y terrestres. En el sector comercial, mejorar las carreteras, autopistas y sistemas de transporte marítimos y ferroviarios puede ser una opción.
En Suecia ha surgido un movimiento llamado “Stay on the Ground” que fomenta a la sociedad civil a tener un año sin vuelos aéreos. Este movimiento pudo haber tenido cierta repercusión en el país junto con el recientemente introducido impuesto aéreo. En el primer cuarto de 2019, los aeropuertos suecos observaron una baja del 4,5% en el número de pasajeros respecto al mismo periodo en el año 2018.
Los servicios de entregan terrestre no están regulados bajo el Acuerdo de París, lo que quizá explica por qué emiten enormes cantidades de gases contaminantes. Aunque lo ideal es reducir la emisión a cero para el mediano o largo plazo, este es un escenario que puede no desarrollarse hasta 2030, y solo con implementación de políticas en el medio.
Entretanto, entre las estrategias que pueden tomarse está la optimización de las rutas con tecnología digital, reducción de la velocidad, emplear combustibles bajos en carbón, y ampliar las capacidades de almacenamiento a fin de reducir el número necesario de viajes.
Otra de las acciones para evitar el efecto invernadero que pueden aplicarse desde el sector transporte es sustituir las fuentes energéticas de los camiones de carga hacia alternativas más ecológicas.
La reducción del carbón es un primer paso muy importante en el sector y que puede ser seguido por biocombustibles que antecedan a la etapa final, esta es, el uso de energía eléctrica.
Los procesos de producción de comida derrochan aproximadamente 1,3 miles de toneladas de alimento antes de que el producto final llegue al consumidor. Por ende, una de las posibles soluciones para el cambio climático es maximizar los procesos de producción de alimentos a fin de minimizar lo más posible su pérdida.
La automatización de los servicios es una alternativa para mejorar la producción, así como lo es maximizar los alimentos procesados a fin de disminuir el volumen de material.
El desperdicio de alimentos ocurre cuando comidas que están en buen estado no son consumidas por ninguna razón en específico. Dicho desperdicio representa un uso ineficiente de los recursos alimenticios y que debe disminuirse como parte de qué podemos hacer para prevenir el calentamiento global.
Francia, Italia y Alemania son tres países europeos que han legislado y prohibido el desperdicio de alimentos en supermercados. Por su parte, la aplicación Too Good to Go impulsa a las personas a “rescatar” alimentos que se han quedado sin vender en tiendas o restaurantes para evitar que se desechen. Su objetivo es salvar 100 millones de comidas para finales de 2020.
La descomposición de alimentos libera gas metano a la atmósfera, lo que contribuye al efecto invernadero. Esto puede ocurrir en todo sitio donde la comida no esté correctamente almacenada, siendo los vertederos de basura uno de ellos.
En este escenario, entre las acciones que podemos realizar para reducir los gases de invernadero se hace necesaria una fuerte inversión en las capacidades de almacenamiento de alimentos de modo que ellos puedan mantenerse en buen estado mientras esperan a ser empleados.
La preparación y producción de la carne es un proceso no solamente más contaminante, sino también más dañino para el ecosistema en la medida en que involucra a animales como vacas, pollos y otros. Debido a esto, reducir el consumo de carne a nivel mundial ha sido una demanda por algunos sectores de la sociedad.
En la actualidad, China aporta el 28% del consumo de carne a nivel global, y se ha fijado para 2030 reducir su consumo cárnico a la mitad. Esto representaría una disminución de 12% en las emisiones asociadas a la agricultura a nivel global.
El consumo de carne puede ser reducido notablemente si se emplean sustitutos cárnicos. Dependiendo del sustituto elegido, el consumidor puede percibir sabores muy similares a la carne, pero a cambio de un aporte nutricional más pronunciado.
En este momento, la cadena de comida rápida Beyond Meat crea sustitutos cárnicos basados en plantas que son beneficiosos tanto para el clima como para la vida animal. Se calcula que sus hamburguesas representan una disminución de 90% de las emisiones asociadas a una hamburguesa de carne común.
Generar leyes e impulsar iniciativas para la protección de bosques es parte de la respuesta a cómo disminuir el efecto invernadero. Esto ocurre porque la deforestación es uno de los mayores fenómenos emitentes de gases de efecto invernadero, y reduce además la capacidad del planeta de atrapar las emisiones de dióxido de carbono.
La campaña Trillón de árboles es una iniciativa mundial que enlaza a las personas en torno a un objetivo común: restaurar y proteger 1 millón de árboles para el 2050. Con un trillón de árboles sería posible capturar el 25% de todas las emisiones humanas de dióxido de carbono.
La leña es un combustible muy usado junto con el carbón para las personas que cocinan a cielo abierto. Esta es una práctica que produce el 2% de las emisiones globales cada año, y que impulsa también problemas de salud por la inhalación del humo.
En este escenario, cómo evitar el efecto invernadero pasa por incrementar la accesibilidad a modalidades más limpias de cocción de los alimentos para los sectores que deben cocinar con leña o carbón.
La reforestación de los espacios verdes es una de las más grandes respuestas a cómo podemos reducir el calentamiento global dado que los árboles capturan las emisiones dióxido de carbono en la atmósfera, reduciendo así el efecto invernadero. En consecuencia, alrededor del mundo se organizan jornadas de plantación de árboles que surgen de la asociación entre la sociedad civil y las organizaciones.
Recientemente, habitantes de Etiopía establecieron un nuevo récord mundial al plantar alrededor de 350 millones de árboles en un día, lo que contribuirá en el futuro a la capacidad del planeta de producir oxígeno y reducir el gas de efecto invernadero.
El uso excesivo e ineficiente de los fertilizantes aumenta las emisiones de dióxido de carbono, aproximadamente 2,0 gigatoneladas por año. En este sentido, instruir a los agricultores en el uso adecuado de los fertilizantes es una misión a atender por parte de las autoridades correspondientes.
En ciertas zonas del mundo se usan drones para medir la calidad del suelo y sus nutrientes de manera que planten semillas en el lugar adecuado. Un ejemplo de ello lo propone la empresa BioCarbon Engineering, que afirma que sus drones pueden plantar hasta 100,000 semillas de árbol en 1 día.
Las emisiones asociadas al arroz representan el 24% de las emisiones de metano vinculadas a la agricultura, y un 89% de la cifra anterior se ubica únicamente en Asia. Esto pasa porque mucho del arroz consumido en el mundo crece en aguas estancadas, que pueden vaciarse de oxígeno y generar bacterias que induzcan la liberación de gas metano.
En este contexto, los agricultores deben reducir el tiempo del arroz en el agua para disminuir sustancialmente las emisiones de gas metano. Esto también permitiría un mayor ahorro de agua.
Las siguientes respuestas breves pueden resolver las dudas sobre qué acciones pueden disminuir el impacto del cambio climático en el mundo, qué podemos hacer para disminuir el calentamiento global y cómo contrarrestar el efecto invernadero.
Es un fenómeno natural que consiste en la retención de una parte de la energía desprendida por la superficie terrestre y acuática del planeta después de ser impactadas por los rayos solares. La energía es retenida por efecto de los gases de efecto invernadero, que han aumentado peligrosamente en las últimas décadas por la actividad contaminante del ser humano, lo que genera que el efecto invernadero sea ahora perjudicial.
Porque los fenómenos que derivan del cambio climático perjudican el ecosistema terrestre, lo que generará consecuencias para la humanidad en el corto, mediano y largo plazo a medida que los efectos del cambio climático se hagan cada vez más difíciles de prevenir y reducir, llegando a ser irreversibles.
De acuerdo con el Informe de Riesgo Climático Global para el año 2020, los países más afectados en 2018 por alteraciones climáticas fueron Japón, Filipinas y Alemania; Japón tuvo precipitaciones especialmente fuertes, una importante ola de calor, y el paso de tifón Jebi; Filipinas sufrió el embate del tifón Mangjkut, el más fuerte registrado para ese año, y Alemania tuvo su segundo año más cálido desde que se tiene registro, así como un importante periodo de sequía.
Por otro lado, El año 2020 se perfila para ser el año más caluroso nunca antes registrado de acuerdo con datos presentados por el Foro Económico Mundial. Este es un dudoso honor al cual contribuyen los récords que se han observado respecto a la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, particularmente dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Esto incrementa la necesidad de aplicar y fortalecer lo más pronto posible acciones para disminuir el calentamiento global que integren un marco general de qué podemos hacer para evitar el calentamiento global.
Todo lo anterior da cuenta de la urgencia por tomar acciones para detener el calentamiento global que sean verdaderamente certeras e influyentes. Según un informe publicado por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, la temperatura global puede aumentar en poco menos de 0,5 grados centígrados entre 2030 y 2052 si continúa la tendencia actual, lo que acentuaría todavía más los fenómenos climáticos actuales.
En última instancia, las soluciones para el efecto invernadero requieren de un esfuerzo global a fin de atender adecuadamente las causas del efecto invernadero y así actuar contra el calentamiento global. Si esto no ocurre, las soluciones del efecto invernadero serán poco o nada efectivas contra las consecuencias que pueden manifestarse en corto, mediano y largo plazo. En el escenario global actual, reducir medidas no es una opción.