El módulo ascendente de la sonda Chang’e-6 de China despegó exitosamente de la superficie lunar este martes, llevando las primeras muestras recogidas en la cara oculta del satélite natural hacia la Tierra.
La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) informó que el módulo ha entrado en una órbita preestablecida alrededor de la Luna.
La Chang'e-6, lanzada el 3 de mayo, incluye un orbitador, un módulo de aterrizaje, un módulo ascendente y un módulo de retorno.
La combinación del módulo de aterrizaje y ascendente aterrizó en la Cuenca del Polo Sur-Aitken (SPA) el 2 de junio. Este sitio es una de las regiones más antiguas y profundas de la Luna, ofreciendo valiosas oportunidades para el estudio científico.
El equipo de la Chang’e-6 implementó un nuevo método de muestreo autónomo que permitió completar la recolección en 14 horas, una mejora significativa en comparación con las 22 horas requeridas por la Chang’e-5.
Las muestras, almacenadas en un contenedor dentro del módulo ascendente, fueron recolectadas utilizando un taladro para el subsuelo y un brazo robótico para la superficie.
Durante el proceso de muestreo, los investigadores realizaron simulaciones en un laboratorio terrestre, utilizando datos enviados por el satélite de retransmisión Queqiao-2. Esto proporcionó un soporte crucial para la toma de decisiones y las operaciones en cada etapa del muestreo.
«La misión ha resistido la prueba de las altas temperaturas en el lado oculto de la Luna», declaró la CNSA.
Las cargas útiles instaladas en el módulo de aterrizaje, como la cámara panorámica y el analizador del espectro mineral lunar, funcionaron según lo previsto, realizando exploraciones científicas detalladas.
Una vez completado el muestreo, se desplegó por primera vez una bandera nacional china en la cara oculta de la Luna, un momento histórico mostrado en la cuenta oficial de Weibo de la CNSA.
A diferencia de los despegues desde la Tierra, el módulo ascendente no podía depender de una torre de lanzamiento. En su lugar, el módulo de aterrizaje sirvió como una plataforma de lanzamiento improvisada.
El despegue autónomo desde la cara oculta de la Luna presentó retos únicos. La Chang’e-6 no pudo replicar el ascenso de la Chang’e-5 desde el lado visible debido a la falta de control directo y apoyo desde la Tierra.
Utilizó sensores especiales para posicionamiento y orientación autónomos, con la asistencia del Queqiao-2 para comunicaciones.
Comparada con su predecesora, la Chang’e-6 ha mejorado en autonomía y fiabilidad en sus sistemas de navegación, guía y control.
Estas mejoras fueron esenciales para enfrentar las incertidumbres del lado oculto de la Luna. Según Qiao Dezhi de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CASC), estas actualizaciones han reducido la dependencia del satélite de retransmisión Queqiao-2 y del apoyo terrestre.
La misión Chang'e-6 marca un hito en la exploración lunar, ampliando los conocimientos sobre la composición y evolución de la Luna.
Las muestras de la cara oculta pueden proporcionar información inédita sobre la historia del sistema solar. Este esfuerzo es parte de un ambicioso programa de exploración lunar que incluye futuras misiones para establecer una base lunar y facilitar la exploración humana.
Desde el lanzamiento de la Chang’e-1 en 2007, China ha progresado significativamente en la exploración lunar.
La Chang’e-4 fue la primera en aterrizar en la cara oculta de la Luna en 2019, y la Chang’e-5 trajo las primeras muestras lunares en más de cuatro décadas en 2020. La Chang’e-6 continúa esta trayectoria de éxito, impulsando aún más la capacidad de China para llevar a cabo misiones espaciales complejas.
El éxito de la Chang’e-6 también subraya la creciente competencia en la exploración lunar, con países como Estados Unidos, Rusia y las agencias espaciales de Europa y Japón desarrollando sus propias misiones.
La carrera espacial moderna promete un avance representativo en la comprensión de la Luna y su potencial para futuras exploraciones humanas.