El pelo blanco, las gafas polarizadas y los esperados cameos en cada una de sus películas son las características más conocidas del genio del universo Marvel, Stan Lee (1922-2018). Sus geniales personajes, tanto superhéroes como villanos se convirtieron en parte fundamental de la cultura popular. ¿Quién no ha soñado con los poderes de Spiderman o con las cualidades de Iron Man?
Sin embargo, la vida este genio no siempre fue de película…
Creció en un hogar pobre en Nueva York, alimentándose de perritos calientes y recorriendo las calles soñando con los campamentos a los que iban sus amigos, pero que sus padres no podían pagar. (Nunca imaginó que su imagen aparecería decorando algunas de esas mismas calles en forma de grafiti).
A pesar de que no contaba con suficiente dinero para disfrutar de una mejor vida, encontraba increíbles aventuras en los libros de sus autores preferidos (Dickens, Zola, Julio Verne y Mark Twain). Siempre se consideró un fanático de la palabras, amaba la música que las sílabas iban armando y estaba convencido que dentro de su mente se encontraba “La Gran Novela Americana”.
Inició su carrera con las palabras trabajando en Timely Comics, lo que años más tarde se convertiría en Marvel Comics. Al principio su trabajo no cuajó, siendo considerado demasiado simple e insulso (para niños pequeños). Pero pronto, sus brillantes ideas comenzaron a llamar la atención de su jefe, llegando mas tarde a escribir hasta 5 historias semanales.
Sus extraordinarias creaciones llegaron a duplicar las ventas de los títulos de Marvel y hasta los creadores de Superman y Batman quedaron sorprendidos con sus personajes, que habían pasado a ser complejos, con una música y melodía propia que encantaba a sus lectores.
En sus cómics escribió sobre temas tan controvertidos en los años 60 como el racismo, la homosexualidad y el consumo de drogas. Con la creación de Iron Man revolucionó el pensamiento de los amantes de la paz, al ofrecerles un personaje multimillonario y fanático de las armas que se convertiría en héroe en vez de en villano.
Hasta el Increíble Hulk llegó a encontrarse en una dualidad, cuando el Dr. Bruce Banner trató de curarse a sí mismo y deshacerse del gigante verde, pero sin éxito, gracias a la fuerza y determinación de Hulk.
Como es habitual, el éxito suele venir acompañado de dificultades. Llegó a tener problemas con dos de sus mejores artistas, Steve Ditko (Dr. Strange y Spiderman) y Jack Kirby (Los 4 Fantásticos, Thor, Los Vengadores…), ya que sentían que no recibían el crédito que merecían por su trabajo.
A finales de los 80 e inicios de los 90, la industria del cómic tuvo una gran caída, afectando a la gran fortuna que Marvel había amasado durante los años dorados. Hicieron varios intentos (fallidos) de llevar a muchos de sus personajes a la televisión, pero sus creadores no lograban capturar la complejidad de los superhéroes.
Finalmente, Stan encontró su lugar en Hollywood, en concreto con Spiderman y los X-men. Cada uno de los personajes ha ido ganado fanáticos alrededor del mundo, una fiebre que no hace más que crecer.
A pesar de que Stan Lee no tenía poderes especiales como sus extraordinarios personajes, logró alcanzar la inmortalidad con sus increíbles historias, que marcaron a varias generaciones. Incluso sus famosos cameos en sus películas, a pesar de retratar a un hombre normal y corriente, han llegado a ser de las escenas más esperadas del cine de Marvel.