Los derechos de los animales, hasta de los más pequeños, se hacen valer en Suiza. Recientemente se ha decretado como ilegal que se hiervan langostas para el consumo humano mientras aún están vivas.
Estos crustáceos se consideran como un plato exquisito y se sirven en los mejores restaurantes del mundo. Pero en Suiza los cocineros tendrán que cambiar de técnica para preparar el manjar.
¿En qué consiste la regulación que prohíbe cocinar langostas vivas?
La nueva norma establece que la langosta debe ser aturdida antes de empezarla a cocinar, y también prohíbe transportarlas vivas sobre hielo o agua helada, pues deben permanecer en las mismas condiciones que en su hábitat natural.
Algunos defensores de los derechos de los animales, que incluyen a las langostas, consideran que, aunque se evita un sufrimiento, quizá no sea la mejor alternativa, pues dicho “aturdimiento” consiste en técnicas también criticadas, como la descarga eléctrica.
El mundo científico ha debatido durante mucho tiempo si las langostas sufren o no en estas circunstancias. Lo cierto es que cuentan con 100.000 células nerviosas, que distan mucho de la gran cantidad que tienen los humanos, que son 100.000 millones. Pero, según algunos científicos, son suficientes para que lleguen a sentir dolor, aunque otros aseguran que no.
Otras leyes en favor de los derechos animales
Suiza también trabaja en una prohibición de las granjas ilegales de cachorros, muy criticadas por los defensores de los derechos de los animales, debido al maltrato al que son sometidos los perros, y también por el uso de dispositivos con los que los castigan cuando ladran.
Otras normas que también se encuentran en discusión son las que tratan de regular cómo deben ser sacrificados los animales que padezcan alguna enfermedad terminal o que estén gravemente heridos.