En el mundo fantástico creado por J. R. R. Tolkien para El Señor de los Anillos, los hobbits viven en casas que resaltan por su pequeño tamaño. Actualmente, el modelo es replicado en la vida real en hogares de un tamaño bastante limitado, pero cargados de ingenio.
Tiny Homes es el nombre que reciben esas casas que aprovechan al máximo todos los metros cuadrados que poseen. La tendencia ha ido creciendo progresivamente y la vida en espacios limitados es hoy la primera opción para muchas personas.
Vivir en una tiny house tiene ventajas muy atractivas. En primer lugar, su valor, que se encuentra muy por debajo del precio de compra de una casa tradicional, entre £15,000 y £50,000. También permite que muchas más personas puedan tener un hogar propio, con la libertad que supone no tener hipotecas bancarias.
Chelsea Vien-Goetz, dueña de una mini casa móvil, aseguró a Refinery29 que contar con este hogar le aporta una sensación de seguridad. Sin importar lo que suceda, tiene y tendrá siempre un lugar donde vivir y eso genera estabilidad.
Vien-Goetz explica que estos hogares también presentan retos, en algunos casos como el de ella, la instalación de los servicios básicos. Afirma que, por su ubicación, la electricidad no representa un problema, pero el sistema de agua tuvo que ser colocado en el exterior, y durante invierno el agua se congela obligándola a buscar soluciones alternativas.
Hay quienes ven el reducido espacio como una desventaja, sin embargo, existen múltiples ejemplos que demuestran que para vivir dentro de ellas de forma cómoda solo hace falta ingenio y creatividad.
Con esto en mente, se crean diseños estéticos multifuncionales; pequeños pero acogedores, luminosos y modernos. Se aprovecha hasta el último milímetro. Un hueco debajo de un sillón puede ser convertido en cajones para guardar ropa, utensilios o cualquier otra pieza del hogar.
Una experiencia ideal para personas minimalistas, ordenadas y creativas, que valoran más su libertad que los metros cuadrados y los lujos.